tres

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Jimin.

Bebé, ¿recuerdas la vez en que nos conocimos? Ja. Qué pregunta más estúpida, claro que lo recuerdas. Ese día yo salía temprano de mi trabajo, algo cansado, estresado, deprimido y furioso, había sido un día de mierda. Caminé hasta mi auto sólo para darme cuenta que alguien se había hecho el chistoso desinflando las ruedas y escrito en el parabrisas con letras blancas y grandes "Feliz cumpleaños, YoonGi."

Debo admitir que esa broma me hizo querer cortarle la cabeza a todo aquel que se cruzaran por enfrente de mí. Claro que al verte pasar por la vereda de enfrente mi ira desapareció, el verte sonriendo como si no tuvieras preocupación alguna, moviendo de un lado a otro tus manitas como si en cualquier momento comenzarías a bailar, me hacía querer estar en tu lugar.

Tú desprendías alegría y tranquilidad, mientras yo era amargura e ira.
No recuerdo el momento exacto ni menos en qué estaba pensando cuando empecé a seguirte, pero no me arrepiento de haberlo hecho, quiero decir, pode escuchar tus melodiosos susurros cantando Lost de BTS, no tuve que preguntarte si es que te gustaban porque lo pude ver en tu rostro cuando aceleré el paso.

Quedé embobado y perdido ante tu belleza.

Estaba tan, tan perdido pensando en cómo alguien podía ser tan bello que no me di cuenta de que ya me habías notado, o sea quien no notaría a un tipo que de la nada aparece caminando a tu lado, mirándote como si quisiera pegarte a su cuerpo, besarte y arrastrarte hasta su casa, de dónde nunca volverías a salir.

"– Ahm... ¿Disculpe, nos conocemos o usted me conoce de algún lado? –tu voz... era tan suave y dulce, y tus ojitos me miraban de forma curioso como si tratarás de reconocerme de algún lado. Seguramente pensabas que me habías visto en alguna parte.

– No... –dije tratando de sonar serio y seguro. Si, tratando, porque me sentía terriblemente nervioso, mis manos sudaban, y en mi cabeza las palabras chocaban unas contra otras en un intento por salir y decir algo más.

– Oh. Bueno, yo...

Sabía que te ibas a despedir para seguir con tu camino, así que me vi en la obligación de interrumpir.

– ¿Cómo te llamas? –pregunte en un tono demandante, lo que hizo que te hicieras pequeño en tu lugar.

– Jimin. –susurraste.– ¿Y tú eres...?

– Ehm... YoonGi. Ehm... Jimin, ¿Quieres cenar conmigo?

En ese memento creí que me rechazarías porque vamos, nadie acepta salir con una persona que ve por primera vez en la calle. Bueno, yo creí eso hasta que una linda sonrisa se formó en tus labios, una sonrisa que llegó hasta tus ojos y los hizo desaparecer, en ese momento caí rendido a tus pies. Simplemente problema.

– Ahm... Está bien, ¿por qué no?"

Hasta yo me sorprendí de lo rápido que fue nuestro intercambio de números. Prometimos que algún día de estos nos llamaríamos para quedar.

No recuerdo exactamente cuánto tiempo pasó... Bueno, si lo recuerdo, fueron exactamente tres días, tres días en los cuales me la pasaba horas y horas frente a mi celular, debatiendo en si llamarte o no.

Finalmente decidí llamarte, siendo las tres de la mañana del cuarto día, después de que tu camino y el mío se cruzarán por primera vez.

— Min Yoongi

Dear Jimin |›Yoonmin‹|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora