nueve

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– ¿Eres idiota o te haces?

– No le veo lo malo.

El mayor resopló.– Tae, no puedes mandar ese tipo de cartas. No sabes lo molesto que estaba. Doy gracias al cielo que no hayas firmado con tu nombre. –terminó entre dientes, evitando elevar la voz.

Tae rodó los ojos. Él sabía qué hacer eso era suicidio. Miró con recelo por sobre su hombro a Jimin, quién estaba más concentrado en leer lo que su ex pareja le había mandado que en lo que ellos dos discutían.

– No soy un idiota, Hobbie –habló finalmente volviendo su mirada al mayor.–. Morir no está en mis planes aún.

Las siguientes palabras del pelinegro quedaron atoradas en su garganta cuando por el rabillo de su ojo divisó como Jimin tomaba una de sus chaquetas.

– Hey, ¿a dónde vas? –preguntó, deteniendo al chico a mitad del acto.

Jimin,
quiero que sigas a tu corazón.

Sé que he sido una mierda. Te he mentido, y no sólo a ti, sino que, a muchas personas, de todas las formas y métodos posibles. Soy un manipulador, un actor, un mimo y un pallazo que sólo busca protegerse de la mierda que es el mundo, detrás de pintura y máscaras. Soy alguien que nunca ha esperado nada de nadie, pero todos han esperado algo de mi. Y a todos les doy lo que quieren. En cambio, a ti siempre te doy lo que no quíeres.

Me encasillé en mi cobardía y olvidé por completo que adoras la franqueza y las cosas directas.

Tarde en darme cuenta como siempre, pero tú eres la única persona que no espera nada de mí. ¿Cómo lo haces?

Quiero arreglar mi error y darte lo que quieres. Déjame sanar el corazón que destruí, por favor.

Sigue tu corazón y dime si quisieras ir a tomar un café conmigo esta noche.

Estaré esperando en la cafetería nocturna toda la noche, si es necesario.

— Min Yoongi


– Dime que no irás a verlo. –pidió el pelicastaño fulminandole con la mirada.

– No me atrevería a mentirte así, Tae. –contestó tímidamente, no atreviéndose a despegar la mirada de la punta de sus zapatillas y dirigirla hacia su mejor amigo.

El contrario sintió como invadia su cuerpo el dolor de ver como el chico que te gusta se va tras quién le hizo daño, después de que le hayas reconstruido y secado las lágrimas.

– ¿Por qué? –preguntó ocultando el dolor de su corazón con un tono enfurecido.

Jimin saltó en su lugar apretando el agarré en su chaqueta. – Po-porque... porque... por...

– Porque aún lo quieres. –completó por él Hoseok, ganándose una mirada incrédula por parte de Taehyung y una anonadada por parte de Jimin.

– ¿Que? –rió amargamente el pelicastaño.– Debes estar bromeando, Hoseok. Jimin recuerda perfectamente que Yoongi se enredó con su secretaria importándole tres hectáreas de verga arruinar su relación, ¿verdad, Jimin?

– Sí, lo recuerdo perfectamente, Taehyung.

Dear Jimin |›Yoonmin‹|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora