𝙨𝙚𝙧𝙖́𝙨 𝙚𝙡 𝙨𝙪𝙚ñ𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙮𝙖 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖𝙧𝙖

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Está lloviendo afuera a cántaros, el día no está poniendo de su partey hace frío, mis manos se sienten heladas heladas y no hay nada que las caliente.

Me miro al espejo, estoy usando un estúpido traje y de hecho es el mismo de ese día, el día que la conocí, incluso mamá me acomodó la corbata hace unos minutos igual que en esa ocasión, luzco ridículo y no quiero, no quiero salir de mi casa, de mi cueva, no creo lograrlo.

Me estoy desmoronando, de nuevo, pienso mientras me siento en mi cama y paso una mano por mi cabello en un intento de calmar mi interior. Cierro los ojos e imagino su sonrisa, ella no hubiera querido esto para mí, en mi mente le sonrío de vuelta, yo puedo, me vuelvo a levantar y trato de ignorar lo cargados que están mis ojos.

— Finnegan ya es hora. — dice mamá con delicadeza por lo que tomo el desgastado papel que está en mi escritorio y salgo mi habitación.

Esto lo hago por ella.


...


Jack, Wyatt y Jaeden me reciben cuando entro a la iglesia, parecen cansados, han tenido que venir en medio de la noche después de que les avisé, pero están aquí, es porque se los he pedido, no voy a mentir, los necesito conmigo diciendo babosadas y distrayendo mi mente.

Los tres me abrazan y es como si liberara presión, no debo pretender con ellos que estoy bien, puedo ser yo mismo sin temor a que me juzguen. Ha sido mucho tiempo sin estos tres, no sé cómo lo hice para ser tan fuerte cuando lo único que quería era echarme a llorar en mi cama, por suerte ya están a mi lado.

— Pareces un pingüino. — dice el enano cuando nos separamos, río con tristeza y mis amigos me acompañan hasta una de las bancas donde se sientan conmigo, los cuatro juntos, cómo una banda, como amigos, como hermanos.

Liebeher y Wyatt toman mis manos en el momento que el que un hombre comienza a hablar y lo agradezco porque apenas lo escucho unas extrañas ganas de salir corriendo sin volver a ver a nadie empiezan a florecer en mi pecho como el escape ideal de la terrible ceremonia, y lo único que me distrae es contar los dedos de ambos y jugar a lucha de pulgares con ambos, ellos hacen que funcione de alguna manera, ya que me quedo ahí todo el rato.

De pronto unas chicas del coro de la iglesia amigas de ella cantan una canción que supongo era su favorita para la alabanza, no la escucho, solo pienso en ese domingo en que la conocí y en como le gustaba cantar.

— Y ahora antes de finalizar... — empieza el predicador y capta mi atención — El esposo de Millie dirá unas palabras. —dice. La sorpresa se manifiesta en la cara de todo el mundo, yo le he pedido que dijera eso, quería que los presentes supieran que ella era mía, lo es, siempre lo va a hacer ahora, por lo que suspiro y me paro frente a las personas que han ido al funeral, me miran mal, de alguna manera lo entiendo, pero esto es lo último en lo que quiero pensar.

— Lo sé. — comienzo desarrugando el papel que traía en mi bolsillo — No la merecía, nunca lo haré, pero la amaba, la amo, muchísimo y es que Mills era de esas chicas que logran que todo el mundo las ame, siempre he pensado que es imposible no hacerlo. — aseguro y varia personas sonríen — Era tan alegre y siempre estaba llena de vida, me salvó y no solo eso, decidió amarme, de todas las personas en el mundo, escogió darme su amor, a mí, a este ser defectuoso y roto, cada tipo en el mundo, yo, Finn Wolfhard tuve el privilegio de escucharla decir que me quería, eso se quedará conmigo por el resto de mi vida, su manera de amar era única, ella también me enseñó cómo hacerlo, de hecho me enseñó demasiadas cosas, fue un ángel que le devolvió el sentido a mi vida, me hizo mejor persona, llenó mis vacíos pero lo más importante fue que me hizo creer, creer que yo tenía algo por que seguir adelante, creer que yo valía, creer que para alguien yo era importante, para ese alguien todos somos importantes. — me corrijo —Su amor es infinito y puede trabajar de muchas maneras, manifestarse de otras y bendecirte de las menos esperadas, tal vez no lo entendamos, pero sus planes para nosotros son perfectos, para Millie tuvo un plan, su plan para mí fue ponerla en mi vida, aunque fuera por unos meses, ahora ella ha vuelto con él por que cumplió su propósito pero aún así doy gracias por dejarme conocerla, amarla y valorarla. — finalizo sintiendo mis ojos arder, mierda — Gracias.

Esperaré por ti; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora