Esperaré por ti; fillie

𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙧𝙚 𝙥𝙤𝙧 𝙡𝙖 𝙛𝙤𝙧𝙩𝙪𝙣𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙫𝙞𝙙𝙖

          

Yo en general no era conocido como un individuo por nadie.

Yo era:

El mejor amigo de Jaeden, Jack y Wyatt

El de los cabellos locos.

El de la banda nueva.

El hijo de Mary y Erick.

El amigo de...

El hijo de...

El de la banda...

Yo simplemente odiaba ese adjetivo de ¿Por qué simplemente no podía ser Finn Wolfhard?

Pues no lo era y todo esto influenció a lo largo de mi vida. Desde muy pequeño habían empezado los problemas, ansiedad más que nada, esa habilidad única que poder crear mi mundo, adentrarme en él cuando había problemas, ignorar a lo real y no salir hasta que todo se calmara, funcionaba cuando mis padres peleaban, cuando se burlaban de mí en la escuela, cuando estaba solo. Con el paso del tiempo se me hizo más y más difícil salir de ese mundo y ahí fue cuando mis crisis empezaron, mis padres creyeron que con medicamentos y un buen terapeuta todo se calmaría, pero no.

La música lo calmó, incluso dejé mis medicamentos, Jaeden  ayudó, ayudó mucho porque por fin tenía alguien con quien hablar y nunca me juzgó, luego llegó Jack , la banda, de pronto me animé, a Wyatt lo conocíamos meses después, rápidamente estábamos tocando en diferentes lugares, más covers, nos empezaron a invitar con otros artistas, un EP, conocimos a Gaten y Caleb de la nada y nos invitaron a su gira como banda de apoyo,  en un abrir y cerrar de ojos mi vida era otra, ahora ya no vivía atormentándome, esos demonios internos se habían ido y decidí que ya no viviría para mí, viviría para los demás, para Jaeden , para Jack , para Wyatt, para mis padres, para mis fans.

No más autonomía.

Yo era dependiente de los demás.

Existía en grupo, no solo, no había Finn en sí, no había personalidad, ni decisiones, ni nada, era lo que los demás querían y estuvo bien.

Las fiestas comenzaron, las chicas, los conciertos, la locura me acompañaba a dónde fuera y poco a poco el chico de grandes sueños se fue, todo ese alcohol, las develadas, malos comentarios, malas amistadas, las drogas que estaban donde quiera que yo mirara, todas esas chicas, sacaron lo peor de mí, ya no me metía en mi propio mundo para salir de esos problemas, ahora mis demonios se juntaban con los de otros y formaban una fiesta, todo era divertido, todos lidiamos de maneras diferentes con la locura.

Y todo eso es cómo... cómo ingerir mucha azúcar, primero quieres saltar, gritar, correr, bailar y sientes que todo es muy divertido y tienes la energía a mil, pero el azúcar sale de la sangre y luego solo te deja agitado, sin nada, cansado, deshecho, así es esa vida, terminaba en su cama acostado, solo, o con un cuerpo al lado del mío que no me brindaba más que infelicidad y culpa por el hecho de tener que pedirle que se fuera sin siquiera recordar su nombre, así es cuando entras a ese mundo.

Y en realidad ese fui yo por mucho tiempo.

Aparte de el amigo de, el hijo de, el ídolo de, el de la banda, a ese que nadie le prestaba atención ¿Por qué iban a hacerlo? Jack  era más atractivo, Jaeden  era más alto y Wyatt más simpático ¿Quién me iba a mirar entre los cuatro? Sí, bueno podían llevarse algo de impresión por mi desordenado cabello inevitablemente era llamativo ¿Pero y eso qué? Luego de los primeros 5 segundos, podían volver a ver a Jack , después de todo es el cantante principal. E incluso con todo el amor de las fans que yo recibía día a día no me sentía especial o importante, así de perjudicial puede ser la baja autoestima ¿Curioso no? Ningún amor que recibas va a ser suficiente, esta esta constante inconformidad que nunca se va, no importa cuánto te digan que te aman, nunca bastará.