El fuego de sus ojos

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Sus ardientes ojos
quemaban como flechas,
esos fogosos orbes
derretían hielo como velas.

Bastaba sólo una mirada
te perdías en ellos,
en su basta inmensidad
quedabas eternamente preso.

Esos orbes marrones
poseían una energía y fuerza,
la cual superaba a millones
sin un intento siquiera.

La dueña de aquellos tesoros
era alguien simple y práctica,
enfocada en el arte de sus dibujos
siempre tan carismática.

Sonrisas escapaban de sus ojos
incluso si seria estaba,
siempre alegraba a todos
en ayudar estaba enfocada.

De repente
en un instante
sin previo aviso
y sin razón,
de un destello
ese fuego desapareció.

Sus ojos eran apagados
fríos y distantes,
parecían muertos
sin un rastro de aquel fuego.

Ella se volvió como sus orbes
callada, fría y distante.
Y por primera vez,
me pareció alguien inalcanzable.

Poemas de un alma en penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora