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Tú.
La que clavaste en mi pecho
una flecha tan ardiente,
como el mismo infierno.

Tú, la que marcaste mi vida
dejando un recuerdo indeleble.
Derretiste el hielo de mi carcasa,
y dejaste en mí una huella imborrable.

Ojalá pudieras volver a mis brazos
ojalá supieras cuanto te extraño aquí.
Aún siento la calidez de tus abrazos,
el aroma de tu piel.

Sigo engañándome.
"No te quiero", "No te extraño".
Debo aceptarlo de una vez,
tú nunca te fuiste de mi corazón.

Tú, tú y sólo tú.
La única persona que logró
lo que otros intentaron.
Rompiste mis paredes, y yo bajé la guardia.

Ahora que no estás,
me perderé en la inmensa oscuridad.
No sabré como llegar,
me hundiré cada vez más.

Esa tranquilidad la cual,
sólo en tus ojos podía encontrar.
Esos abrazos tan especiales,
los cuales sólo tú me podías brindar.

Poemas de un alma en penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora