«Querido padre, me alegra comunicarte que nuestro plan del que hablamos antes de que partiera marcha de maravilla, prometo que Francia será mía y gobernaré como tu me enseñaste, tus palabras y muestras de afecto son lo que me motiva a seguir día con día y son la razón para apoyar nuestra causa y harán que al águila bicéfala vuele alto.
El rey Charles es un hombre muy apuesto, no podría decirse que estoy enamorada pero si encantada. Ernest se ha encargado de hacerme ver como un gran partido para cualquiera, esperó que con esto caiga más rápido, sería bueno que lo hiciera.
Tu amada hija.
Elisabeth de Habsburgo. »Doblo la carta y vacío la cera en color roja, tomo el sello y dejo el emblema personal que usaba.
—Joanne— habló la rubia.
—Su alteza— la morena hizo una reverencia.
—Entrega esta carta a un lacayo de los nuestros y que sea enviada a mí padre de inmediato.
—Si su alteza— se fue corriendo a hacer lo que su señora ordenó.
Elisabeth también salió de sus aposentos y se topó con su hermano, rápidamente la tomó del brazo y volvieron a entrar echando el pestillo a la puerta.
—Mi preciosa hermana— Ernest la abrazó con efusividad y dio un beso en cada una de sus mejillas—. No puedo creer en la hermosa mujer que te has convertido.
—Siempre eres así de exagerado— dijo Elisabeth sonriendo—. ¿Alguna razón por la que hayas decidido venir a visitarme?— preguntó.
—Madre ha decidido escribirme.
—Qué raro, madre suelen mantenerse alejada de estos asuntos— dijo Elisabeth frunciendo el ceño.
—Te equivocas hermana, madre siempre ha sido la más inmiscuida en los asuntos de estado— le dijo Ernest seriamente—. Ha mostrado sus intenciones de asistir a la boda.
—¿Por qué?— preguntó.
—Madre está impaciente de ver a su hija convertida en reina— se fue acercando a su pequeña hermana y la observó de cerca—. Ansia verte como la esposa del rey Charles.
—Lo único que logrará es estropear mi plan— dijo Elisabeth.
—¿Qué plan?— preguntó el de ojos azules.
—Nuestro padre quiere verte desposado— le dijo la rubia a lo que consiguió que su hermano frunciera el ceño—. Con la princesa francesa, la pequeña Margot.
—Imposible— dijo el pelinegro.
—Como lo oyes, padre quiere que conviertas a Margot en tu archiduquesa— sonrió.
—Su madre jamás lo permitiría— dijo entre risas.
—¿Y quién dijo que necesitabas su bendición?— dijo con altanería—. Pronto seré la reina de Francia, así que solo necesitarás mi bendición, no podrán negarse. Eres hijo del emperador Maximiliano de Habsburgo.
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Kingdom Fall
Ficción históricaDesde que Elisabeth, Archiduquesa de Austria, era una niña, su padre ha anhelado convertirla en reina. Es enviada a Francia para casarse con el ya Rey; para salvar un país y asegurar una corona, una alianza que sería de utilidad, pero hay fuerzas qu...