Kingdom Fall

«•|Capítulo 13|•»

OSADÍA

Todo se había arruinado para todos en el castillo de Francia, Henry era uno de los lideres protestantes con mayor poder en el continente y no tenia buena relación con los Valois. De no ser por lo ocurrido con los antiguos reyes todo habría acabado en paz pero, Conde tuvo que sentirse atraído por Mary.

—Esto es inaudito— murmuró Elisabeth—. Esto es demasiado estúpido, ¿de donde salió este maldito rey?— preguntó.

—Es primo de Charles— le dijo Ernest—. Se supone que Francia había arreglado esto antes de morir, los Borbón habían renunciado al trono francés.

—¡Pues parece que no!— gritó Elisabeth—. No es posible que haga esto, él ni siquiera está aquí.

—Los matrimonios no siempre se tratan en persona— le contestó Ernest—. Es una alianza muy buena para el país si lo ves desde el punto de vista francés.

—Pero no desde el nuestro padre— susurró—. Padre estará molesto.

—¿Y yo que puedo ofrecerle al país?— preguntó Ernest—. Nada, jamás seré Rey o Emperador, era obvio Catherine accedería, sería su tercer hijo con vida en un trono.

—Navarra es un reino pequeño, tú eres delegado y hasta regente de nuestro padre en ocasiones.

—No hay nada que hacer— susurró Ernest—, es mejor dejarlo así para no dañar tú compromiso, haré lo necesario para verte triunfar, querida.

—Y es por eso que te amo, querido hermano— Ernest dejó un beso en la frente de su hermana, la muestra de amor más sincero y es por eso que ellos eran los más unidos. Muchos creen que por ser familia era normal las muestras de amor pero es que en una familia tan grande como los Habsburgo existían las divisiones y eso era algo que hasta en las mejores familias era una debilidad.

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La corte permanecía en silencio desde que se enteraron del compromiso de Margot, parecía que la tristeza llegó desde que el lacayo entró con esa carta para la reina Catherine todo parecía haberse derrumbado.

Catherine se paseaba en su habitación cuan león enjaulado pensando en cómo deshacer semejante aberración, pero si lo hacía perdía la oportunidad de tener un reina próspero para su hijo Charles y así traería demasiadas complicaciones.

—Piensas demasiado— dijo Narcisse entrando a la recámara de la reina madre.

—Y tú interrumpes mis pensamientos— le dijo ella—. ¿Qué haces aquí?— preguntó.

—He venido a ver cómo te encuentras.

—Me encuentro mal— dijo exasperada—. Tendré que casar nuevamente a una de mis hijas para salvar el reinado de uno de mis hijos. Lo hice con Leesa en su debido tiempo, lo he hecho con Claude y ahora con Margot. No me quedan más opciones.

—Tienes que adelantar la boda de Charles— le dijo el de ojos azules.

—No me queda nada que hacer— susurró Catherine, la idea no le gustaba, la detestaba mucho pero si quería continuar con un reinado prospero para su hijo y ver a sus futuros nietos siendo gobernantes de Francia tendría que actuar pronto—. Lo he decidido.

—¿Adelantarás la boda?— preguntó Narcisse.

—No, casaré a mi hija Margot con Henry de Borbón, y esa es la boda que todos presenciarán.

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Habían pasado días y la corte estaba de cabeza, pronto recibirían la llegada del Rey Henry y debían causar una buena impresión para dar a entender que eran una familia perfecta y que no habría nada que pudiera romperla.