Es lo que Deseo.

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El sol entraba más fuerte que nunca por el ventanal, despertando a los dos chicos que estaban acostados juntos. Abrazados, ambos sin camisa, la cabeza del rubio apoyada sobre Agoney delicadamente. La mano del otro rodeando la espalda —que tenía relieve como lo llamaba Agoney— con fuerza y firmeza.

A mitad de noche el canario se despertó por el calor que hacía, a lo que reaccionó a quitarse la camisa. Cuando ve a su lado un cuerpo, no muy grande, girado hacia él. No se asustó ni tampoco se enfadó, simplemente se sentía seguro al verle ahí. Las sábanas se pegan al cuerpo por el calor y el sudor de ambos. Estaban en una esquina cada uno, luchando inconscientemente por la sábana que sobraba totalmente. Hasta que amaneció, y unos golpes suaves que venían de la puerta con una voz masculina que preguntaba una y otra vez “¿Raoul, estás ahí?” y por última vez “Tu cama está vacía”. El rubio saltó de la cama inmediatamente, ya que se había despertado con aquello que venía de su hermano que claramente puede reconocer su voz. Agoney aún seguía dormido, buscando con la mano un cuerpo.

-¡Álvaro! ¿Qué pasa? -Raoul abre la puerta muy poco y sale cerrando rápido. Quedó apoyado en la puerta.

-¿Qué hacías ahí dentro, pillín?

-Pues dormir, claramente. Ha pasado mala noche y pues necesitaba ánimos de un amigo...¿Sabes? Es duro tener tan lejos a tu pareja.

-Claro.. ¿Cómo se llama el novio? -Álvaro se apoya en el marco de la puerta sonriendo sabiendo lo que pasaba.

-Marc, se llama Marc. ¿Qué pasa?

-Lo que pasa que el es de Tenerife y Marc es un nombre catalán y no me creo que un tinerfeño se llame “Marc” -Ríe poniendo el nombre entre comillas con los dedos.

-¿Qué estás insinuando, tete?

-¿Yo? Nada, que tengas cuidado y utilices protección. -Se aleja riéndose por el pasillo.

-Tete… joder ¿Cómo vas a decir eso? Que no tío que no. -Le grita desde la puerta aún, asomándose al pasillo.

Raoul volvió a la habitación dónde ya estaba Agoney despierto. Estaba buscando algo en la maleta, dejando la cama llena de ropa y muchas más cosas

-Hombre, el chico que se dignó a dormir conmigo. -Le mira mientras se coloca el pelo.

-Hombre, el chico gilipollas. -Ríe despeinando.

-¿Qué vamos a hacer hoy? -Agoney se dirige al ventanal a observar el cielo.

-¿Me ves cara de guía turístico?

-Más bien de subnormal profundo. De eso te aseguro que sí. -Sonríe de manera muy tonta.

-Ven a mi cuarto, pero no hagas ruido.

Raoul abre despacio la puerta, asomando solo la cabeza y mirando de un lado a otro si había alguien. Al salir del todo, tira de la mano de Agoney. Caminaban lentamente, intentando hacer el menos ruido posible. Agoney agarró la mano de Raoul con fuerzas, empujando rápidamente al rubio hacia su habitación y cerrando la puerta. Aún no le había soltado la mano, ambos miraron sus manos entrelazadas. El canario cada vez se acercaba más y más hasta llegar a su cara. Raoul le miraba con una sonrisa tan tonta, que nunca había sonreído de esa manera.

-¿Sabes que haré ahora? -susurra Agoney.

-Espero que sea besarme, porque lo deseo. -le mira los labios intensamente, humedeciendo los suyos con su lengua.

-Nunca fallas.

Agoney le besó la sonrisa intensamente, mientras le agarraba delicadamente de la nuca. Las manos de Raoul se enterraron en sus caderas, dejando entre ambos 0 espacio vital. Los ojos de ambos cerrados, cada vez había más y más pasión en el beso. Raoul iba a retirarse y el canario acabó con un beso corto e intenso. Sus narices aún chocaban, se sonreían el uno al otro en unos pocos centímetros.


-¿Agoney? ¿Tío? ¿Te has quedado dormido?

-¿Dónde estoy? Qué coño… -se rasca los ojos.

-En mi cuarto. Llegamos aquí y planeamos de ir a la playa. Luego te has quedado dormido. Toma esto, vístete. -Le lanza una camisa de botones con estampado de flores y un short de playa blanco.

Agoney se levantó a vestirse, la verdad que no le gustaba la ropa que le había dado pero estaba tan dormido aún que se la había puesto. Recordando el sueño tan exprés que acaba de tener. Le tenía muchas ganas, muchísimas. Y él sólo le ve como a un amigo más. Tenía que quitarse esa idea de la cabeza, estar así por alguien que ya pasó el tren con esa persona hace mucho. Fue algo del pasado, un rollete de la adolescencia. Pero Agoney nunca le miro de esa manera. Era de la primera persona de la que se había enamorado y de la última.

Se habían preparado y ya bajaban para irse. Pero se encontraron a Álvaro en las escaleras, donde Raoul sabía que iba a decir algo totalmente innecesario de los dos.

-Hombre chicos, los mejores amigos de Barcelona. ¿Qué tal la noche, Agoney? -Sonríe.

Sí, hizo ese comentario totalmente innecesario

-Bastante bien. También estaba en buena compañía, no me podía quejar. -le da un codazo a Raoul mientras reía.

-Nos vamos a la playa, ¿Qué harás hoy, tete?

-Intentar sacar cosas del armario. Lo tengo desordenado, ya me pondré luego.

-Bien, pues disfruta. Nos vamos, Adeu.

Agoney estaba entendiendo a la perfección esta conversación, no era tan tonto como para no. Al llegar abajo, Raoul cogió agua y se fueron dejando una nota sobre la mesa del comedor. El día brillaba más que nunca y el sol ardía bastante. En el coche, el volante y los cinturones quemaban. Raoul suspira, abriendo las 4 ventanas rápidamente.

-No le hagas caso a lo que dijo del armario, siempre es así de gracioso.

-Si no te saca él, te saco yo.

-Espera.. ¿Qué? -le mira.

-Pues que no puedes estar toda la vida dentro de un armario, que no tiene nada de malo ser gay.

-Agoney, ¿Sabes que soy Hetero, no?

-¿Tú? ¿Hetero? ¿La cámara oculta donde?

-Es una broma tío -Ríe-

-¿Entonces que eres?

-No me defino con nada, ¿Sabes? Me gusta lo que me gusta al momento y ya. Un tío, una tía... lo que sea. -dice, arrancando el coche.

-Bueno, al menos no eres Hetero.

-Corrijo, "Bueno, al menos aún tengo oportunidad contigo"

Ojalá Raoul, Ojalá.


Minute By Minute - RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora