El Gran Secreto: Una historia de Star Wars --- Terminada.

Jedi

Hola humanos :) hoy seguiremos con el flashback y sabremos cómo Ayden llegó a ser tan fuerte. Disfrútenlo n.n

>>¿Qué demonios estás haciendo?- preguntó a Ayden su abuelo cuando esta tomó el palo de madera cuando subieron al techo -. Tu agarre está mal. ¿James no te explicó esto?
-Sólo me dio un arma y me hizo pelear.
-Será un trabajo difícil- suspiró él.

***

>>¡Bloquea esos ataques!
Ayden intentaba hacer lo mejor que podía. Su abuelo estaba moviendo, con la Fuerza, 5 palos de madera que atacaban a la chica desde todos los puntos.
-¡Eso intento! Se mueven muy rápido.
-Si tan sólo yo siguiera siendo jóven, te mostraría lo que es un ataque rápido.
-Es culpa de mi ojo, no veo bien.
-Y yo soy ciego de ese mismo ojo, ¿cómo eso te pone en mayor desventaja que a mí? Vamos Ayden, tienes que parar todos los golpes.
Hizo una serie de bloqueos pero finalmente la impactaron en los antebrazos desde arriba, en el pecho en horizontal y luego le barrieron los pies por detrás. Ayden se apoyó sobre los antebrazos. El hombre le tendió la mano -. ¿Estás bien?
-No me dolió.
-Escucha, Ayden. Yo sé que a estas alturas los golpes no significan dolor pero debes saber que no siempre pelearás con palos de madera. Algún día tendrás que usar verdaderas armas, un sable principalmente... Recuerda algo, querida, recuerda que cada golpe con estos palos será una herida mortal, cada toque con moretón será una herida sangrante y cada caída será la ventana para que te asesinen...
-Creí que los Jedi y los Sith habían desaparecido... Ni siquiera sé porqué sigo fabricando estas cosas si no habrá quién los use luego.
-Escucha esto, Ayden... República corrompida, Imperio, Primera Orden. Como sea que se llamen, siempre habrá oscuridad en ellos y siempre habrá alguien usando un sable de luz entre ellos. República Galáctica, Alianza Rebelde, Resistencia... Ellos son quienes tienen nuestra lealtad y sí, no queda otro Jedi entre ellos, por eso debes ser tú.
-Pero Dalia...
-Dalia es... No confío en que Dalia se mantenga leal a los nuestros. Y sus hermanos, Pete y Mike, no son rivales... Por eso tú debes fortalecerte porque la Fuerza es intensa en ti.

***

Tiempo actual
Ben alcanzó a Ayden al poco rato pero no la llamó, optó por seguirla en silencio y ver lo que hacía. Poco después llegaron a un claro desde el que Ayden podía observar el lago Erie. Ben observó desde las sombras, semioculto tras los árboles, cómo Ayden extendía la mano en dirección al agua y esta comenzaba a moverse despacio hasta parecer abrir una delgada brecha, luego ella extendió la otra mano y la giró despacio para poner la palma hacia arriba y subirla despacio. Ayden cerró los ojos y su respiración se aceleró y se hizo pesada hasta que finalmente la nave en la que escaparan subió a flote y terminó en la orilla del lago.
Ayden cayó de rodillas y rio suavemente. Ben alzó las cejas asombrado, sacar la nave del agua no le había tomado arriba de 45 segundos. Ella se inclinó y apoyó las manos en el suelo, respiraba hondo.

PDV: Kylo Ren
En cuanto Ayden se puso de pie y avanzó hacia la compuerta de la nave, rodeé el claro para llegar hasta ahí sin ser visto. Ayden desapareció tras la compuerta y yo seguí hasta las cámaras de escape donde usé la Fuerza para abrir una y entrar deprisa antes de activar la alarma. Me oculté en uno de los armarios y me senté en el suelo apoyando la espalda en el muro. Suspiré y sonreí de lado.
-No irás a ningún lado sin mí- entonces bufé y me rodeé con los brazos -. Maldito frío.

PDV: Ayden
Entré a la cabina y luego de presionar los páneles necesarios, me senté y emprendí vuelo. En segundos subí al límite de la atmósfera y aceleré para salir al espacio exterior. Active el piloto automático y me relajé en mi lugar. Saqué de mi bolsillo una cajetilla y saqué un cigarrillo que encendí y comencé a fumar, no recordaba la última vez que había fumado uno pero estaba segura de que debía ser desde antes de irme de la Tierra.
Suspiré y llevé la mano a los dijes que colgaban en las cadenas. Ahí estaba el dije plateado. Hice una mueca y lo apreté dentro de mi puño hasta que sentí los bordes lastimándome la piel.
-Voy a matarte, Dalia.