La verdad

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Humanos de mi vida y de mi amor, ya volvemos con la historia. Disfrútenla n.n

PDV: Ayden
-Tienes suerte de que la lanza estuviera electrificada, la electricidad cauterizó la herida, evitando que te desangraras- dijo la doctora de la nave. Estaba acostada en una camilla del centro médico siendo atendida de las heridas -. Sólo te pondré este regenerador de tejido y estarás caminando en un par de horas, entonces podremos hacernos cargo de las cicatrices del sable. Y para ti- dijo girándose hacia Ben, sentado a medio metro de mí -. En realidad no tengo mucho que hacer por ti, solamente desaparecer el color negro de las cicatrices del sable.
La doctora empujó por los hombros a Ben para recostarlo en diagonal y posicionó frente a él las máquinas. Pude ver lo nerviosa que la ponía, ya fuera porque era el enemigo más grande de la Galaxia o porque llevaba el torso desnudo, me sonreí al considerar ambas opciones.
-Gracias- dijo él, haciéndonos voltear a mí y a la doctora... Estaba siendo amable con sus enemigos -. Por lo que está haciendo por ella... ¿Puede dejarnos un momento?
La mujer asintió y dejó la habitación.
-Ben, lo siento... Estaba lista para matarte con tal de acabar con ella- murmuré. Él apartó la máquina que le estaba curando las quemadas del sable en el pecho y hombros y se inclinó sobre mí.
-Y estoy feliz de que no dudaras en hacerlo- me puso la mano en la mejilla y acarició mi piel con el pulgar -. De esto se trata la guerra, de sacrificios.
-Pero no tenía porqué hacerte daño lo que decidiera hacer.
-No siempre las decisiones correctas son las más sencillas de tomar. Y no iba a dejarte tomar la decisión sola. Sabía lo que debía hacerse- pasó su lengua por los labios resecos -, y aceptaba que debías elegir entre la Galaxia y yo.
Yo negué suavemente.
-No tendría que haber elegido de haber sido más fuerte, de no haberme dejado cegar- se inclinó sobre mí y me cubrió los labios con su boca.
-Yo metí la pata al ir por ti. Sabía que podías contra Dalia pero Rey me hizo prometer que iría a buscarte luego de acabar con Jinata, luego tú me enviaste a destruir los cañones y... Necesitaba encontrarte.
-¿Viste a Rey?
-Sí, poco después de que tú te fueras y yo recuperara a los troopers, ella y Sogka estaban ahí, seguro buscando aún gente para evacuar. Ella me pidió que te sacara en cuanto te encontrara, y Sogka me ordenó que acabáramos con Dalia- yo suspiré.
-Rey y yo no somos tan diferentes. Somos conscientes de que se debe vencer a cualquier costo, pero en el momento nos frenamos para pensar en las personas que están en medio de nuestro tiro... Sobre todo si es alguien a quien queremos.
Me tomó las manos con la suya y apretó mis dedos dentro del puño.
-Eres la peor Jedi que he conocido en la vida. Tan sentimental- sonrió de lado.
-Ya te dije que soy una Gris- sonreí de vuelta -. Y sí, soy pésima. De eso me he dado cuenta.

***

-¿Tan pronto están de pie?- cuestionó sorprendida Leia al vernos entrar a la sala de comando.
Fue hasta nosotros y me abrazó con cuidado pero firme, luego miró a su hijo y se quedó en su lugar un momento, luego extendió su mano hacia él y lo tomó del brazo. Entonces él extendió los brazos hacia ella y la atrajo hacia su cuerpo para estrecharla. Sentí que me estrujaban el corazón al verlos juntos, olvidando por completo que eran rivales. Sólo eran una mujer y su hijo reencontrándose. Decidí apartarme porque se sentía raro observar la escena, como si invadiera un momento íntimo de familia, era algo a lo que yo jamás podría aspirar a tener.
Vagué por los pasillos hasta llegar de vuelta al centro médico de la nave, ahí me encontré con Rey que estaba recuperándose.
-Supe que te atravesaron con una lanza, ¿eres inmortal acaso?- sonreí de lado y fui a sentarme junto a Rey.
-Creo que no era mi momento.
-Ni el mío, por lo que veo... Diablos, estoy tan cansada.
-No es para menos, lo que hiciste fue increíble. No sabía que poseyeras tal intensidad de la Fuerza.
-Yo no hubiera podido imaginarlo. -¿Sabes que Luke estaría orgulloso? Y también Han, aunque no entendiera la complejidad de ser un Jedi- la cara de Rey exhibió una sonrisa melancólica. Giró la cabeza y miró a un lugar opuesto a donde yo estaba.
-¿Siempre es así de difícil? ¿Querer a alguien y perderlo?- yo suspiré.
-Bastante, aunque duele más una traición de alguien a quien quisiste.
-Ni que lo digas, le das tu confianza a alguien y eso no tiene valor para ellos. ¿Tú y Ben van a volver a irse?- preguntó ella luego de unos momentos en silencio en los que yo observé mis dedos entrelazados sobre mi regazo. Yo asentí.
-Quiero pensar que sí. Creo que podemos tener una vida... Normal allá.
-¿De qué hablas, es que no planean volver aquí?
-No lo sé. Ben y yo odiamos la guerra y sabemos que... Que no es lo mejor con lo que puede vivir alguien toda su vida.
-Ayden, te necesitamos para mantener el orden de la Galaxia, tú misma has dicho que es una frágil estabilidad. Los necesitamos a ambos... Yo te necesito. Eres lo más cercano a una familia que tengo.
-Y yo quisiera quedarme... Pero por una vez en la vida quiero hacer algo que no sea luchar por sobrevivir. Y parecerá extraño, pero mi planeta no me trae esos horribles recuerdos a pesar de haber sufrido tanto ahí, ya no más. Creo que lo que me perseguía era saber que Dalia podía seguir en algún lugar aunque pensé por un tiempo que estaba muerta. Ahora sólo quiero irme y empezar de cero, como cualquier mundano- pude ver a Rey haciendo una mueca, torciendo la boca, y su expresión en los ojos -. También voy a extrañarte.
Ella dio un tirón en la comisura de sus labios como si sonriera de lado rápidamente.
-¿Y cuándo se van?
-Espero que no sea dentro de mucho... Unas 3 horas como máximo.
-Espero poder estar en el hangar para entonces- le puse la mano en la mejilla.
-No te preocupes por estar presente si no puedes. Por eso vine ahora. Para despedirme en caso de que no pudiera hacerlo después- ella frunció el ceño.
-Es sólo un Hasta luego, ¿no es cierto?- sonreí melancólica.
-Sí.

El Gran Secreto: Una historia de Star Wars --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora