El Gran Secreto: Una historia de Star Wars --- Terminada.

Estoy contigo, ahora y siempre

Humanos bellos y queridos :) les gustó que Ayden y Ben por fin se casaran oficialmente? Pues como debe ser, a continuación viene la luna de miel 😈 sensibles abstenerse y pasar hasta la siguiente imagen que vean entre el texto ;) naaa tampoco está taaan salvaje pero advierto por si acaso jeje

PDV: Kylo Ren
Al besarla sentí una oleada de sensaciones y sentimientos. No era ni la millonésima vez que la besaba pero la quería, la deseaba. La estreché en mis brazos cuando se separó lentamente de mí, y besé su frente.
-Ben...
-¿Sí?- se separó un poco de mi cuerpo y alzó la mirada.
-Estás conmigo, ¿no?- yo sonreí, bajé las manos hasta las suyas. Las tomé y las alcé hasta mis labios para besar sus nudillos. Mantuve siempre el contacto visual, haciéndola sonrojarse cuando me escuchó responderle con voz sincera.
-Hasta mi último aliento.
Me tomó del brazo cuando giramos hacia los presentes y ellos nos sonrieron. Avanzamos un poco. Ayden iba a decir algo cuando la puerta se abrió de par en par y entraron los troopers a dos filas con los blásters en manos, se detuvieron a unos pasos de nosotros, que nos habíamos frenado en seco ante la intromisión. Ellos giraron hacia el centro de las columnas y dieron un par de pasos hacia atrás para flanquearnos el paso. El camino que ellos trazaron llevaba por los pasillos privados de la nave, manteniéndonos fuera de la vista del resto de pasajeros, hasta una alcoba cuya puerta se abrió al detectarnos de pie frente a ella. Ayden y yo intercambiamos una mirada rápida. Iba a avanzar cuando la detuve.
-¿Qué pasa?
-Pienso iniciar esto bien- repliqué y me incliné para cargarla cual princesa y llevarla dentro. Ella rio ante la sorpresa.
Al ingresar, la puerta se cerró detrás de nosotros, la puse de vuelta sobre sus pies y presioné un botón para sellar la puerta... No quería tener interrupciones de ninguna clase.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Ayden al ver el lugar al que nos condujeran. Era un amplio dormitorio, con mucha iluminación y una cama enorme. No veía su expresión pero su tono no daba a entender si estaba haciendo una simple pregunta o si esta tenía un significado más íntimo y no tan inocente.
Le rodeé la cintura por la espalda y apoyé la barbilla en su hombro.
-¿Qué más podría ser?- susurré -. Es nuestra noche de bodas- deposité un beso en su mejilla. Ella rio por lo bajo y giró hacia mí. Me puso las manos en los hombros y las subió a mi rostro.
-¿Sabías de esto? ¿Que Leia tenía todo preparado para nosotros?
-No tenía idea, sólo me dijo que la alcanzáramos en el salón cuando te llevaste a Rey.
-Fue hermoso. Los anillos, la ceremonia privada, tu traje, mi vestido que por cierto estás pisando.
-¡Oh, lo siento!- exclamé viendo a mis pies, prácticamente salté para mover mis pies de la cola del vestido. Ella sonrió ampliamente, luego se puso seria de nuevo.
-Fue hermoso y no me imagino todo esto con alguien más.
-En mi vida nunca me sentí tan feliz como ahora que sé que legalmente puedo llamarte mi esposa...
-Mierda- dijo de repente poniendo su palma en la frente.
-¿Qué pasa?
-Tal vez deberíamos volver pronto... Ya sabes, el tiempo transcurre de forma diferente.
-¿En verdad quieres volver?- ella asintió.
-Necesitamos alejarnos de la guerra. Tú mismo lo dijiste. Y hasta donde sé, la Tierra no está en guerra de momento- sonreí de lado.
-Bien, volveremos. Quiero que mi única preocupación sea preguntar cómo estuvo tu día- ella sonrió de lado -. Y por lo mientras- me agaché, la rodeé por las piernas y la alcé del suelo. Ella rio suavemente y se equilibró sosteniéndose de mis hombros-, voy a darte la mejor noche de bodas que se pueda tener- la llevé hasta la cama, se apoyó en los codos y yo puse las manos a los lados, la observé un segundo -. No pensabas robármela, ¿o sí?
-Nunca me hubiera cruzado por la mente.
Llevó su mano a mi nuca y me atrajo hacia ella. Nuestros labios se unieron despacio, y se movieron juntos de forma pausada. Escalé por su cuerpo, obligándola a recostarse, y la seguí cuando me atrajo a ella.
Le rodeé la cintura con el brazo y la estreché contra mi cuerpo mientras la besaba. Subió sus manos por mis brazos hasta mi rostro, las pasó por mis hombros y al final las dejó colgar a mi espalda. Flexionó las rodillas y me coloqué entre sus piernas, presionando mi cuerpo contra el de ella; con una mano subí su falda y presioné su muslo. Mis besos se volvieron más invasivos y los mezclé con un ocasional mordisco a sus labios.
Me empujó por el hombro y se colocó a horcajadas de mí. Me incorporé y llevé mis manos a su espalda donde encontré los cordones del corset mientras le besaba el cuello. Llevó las manos hacia su velo pero la detuve.
-No- mi voz era una súplica, me miró extrañada -. Déjame hacerlo.
Bajó las manos despacio y se puso de pie, se quitó los tacones y redujo un poco su estatura. Me senté en el borde de la cama y con manos seguras, ella quitó los seguros de mi capa y luego llevó sus dedos a los botones de mi chaqueta.