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Dos tazas de té humeantes los separaba a ambos y un abismal silencio los consumía. Ese saludo había sido lo más cercano a una conversación que habían tenido en la primera hora, el resto sólo habían sido señas y gestos corteses. Los dos soltaron un par de suspiros y regresaron sus miradas en los interesantes surcos de sus manos.

-Esto es ridículo -dejó escapar Lili tomando una de las tazas para luego llevarla a sus labios. Después de haber saboreado aquella exótica infusión tomó el valor y encontró su voz en aquella incomodidad -. Escucha, no estoy aquí por los viejos tiempos, todo indica que ni siquiera tendremos tiempo de recordar esos años; si vine hasta aquí fue por una buena razón o al menos eso quiero creer -rebuscó algo entre las cosas de su bolso y sacó la bendita tarjeta que Gregorie le había dado -. Gregorie Hortz me envió aquí, dijo que había programado una visita contigo por el caso del niño asesinado en uno de sus campos de Quidditch. Quiere contratar tus servicios.

-No soy un detective privado y no tenía planeado encontrarme con nadie -respondió muy seguro de sus palabras -, apenas soy consciente del día en el que vivo. No he visto ni contactado gente en días.

-Pero él me dijo...

-Quizás te mintió, Dorian; no hago ese tipo de trabajos, no para alguien en especial -la bruja mordió el interior de sus mejillas para luego fruncir el ceño -. Fui suspendido hace poco del caso y de mi cargo como Auror, detective, lo que sea. Es un trabajo prácticamente secreto, así que no entiendo cómo rayos lo sabes.

-Bueno, sé de alguien que puede darnos una explicación -aclaró su garganta y se concentró cerrando sus ojos -. Henry -llamó a lo que Derek la miró como si estuviese demente -, ¡Henry!

-¿Estás bien? -le preguntó. Lo último que necesitaba era que una loca lo atacará en su propia casa.

-Ella está bien, no está loca -la voz del joven lo tomó por sorpresa, tanto así que estuvo a un par de milímetros de caer de su silla. Estaba tan cerca de él, tan, pero tan cerca -, al contrario de Lilian, su aspecto no es el más saludable -añadió mirándolo. Apartó sus ojos de él para dejarlos sobre Lili -. ¿Por qué me gritas? No soy sordo.

-¿Por qué demonios no apareciste al primer llamado?

-No soy un elfo doméstico, aparecerme aquí no es tan fácil cuando eres un ángel de la muerte.

-¿Qué? ¿Quién eres? -ambos se giraron hacia el dueño de la casa -. ¿Cómo entraste? Es imposible eludir mis escudos.

-Nada es impenetrable para la muerte.

-Excepto atrapar un ser demoníaco -Henry rodó los ojos -. ¿Cierto?

-Creí que carecía de un sentido del humor, señorita Dorian -ella bufó y se cruzó de brazos -. Soy Henry, por cierto -inclinó su cabeza hacia el detective a modo de saludo -. En las últimas veinticuatro horas me he visto obligado a dejar de lado el papel que tuve que adoptar para sobrevivir en el mundo de los humanos, debido a los brusquedad de los hechos acontecidos no tenía más remedio. Las cosas en el Mundo Mágico se están convirtiendo en una situación turbia e imagino que incluso usted, ignorante del mundo sobrenatural del cual provengo, lo sabe más que nadie -se rascó la mejilla e intentó serenarse para proseguir -. Un nombre apareció en nuestras listas hace tres meses, lugar, hora y situación específicamente detallada. Cuando llegamos allí nos encontramos que la misión era mucho más seria de lo que imaginábamos y que no estábamos preparados para ello. Lo que debíamos llevarnos no estaba muerto pero tampoco estaba vivo -Henry se paseó de un lado a otro en la sala, intentando recordar todo lo que había sucedido aquella noche -. Era muy fuerte y se había adueñado de las sombras, dudo que alguno entienda lo que significa; un niño murió esa noche, el primero de su lista -Derek hizo una mueca de disgusto al escucharlo hablar de aquello como si fuera un dato nada más que trivial -. Se alimentó de él como una sanguijuela; impedirlo fue imposible, sólo yo quedé vivo -exhaló con un ligero temblor el aire que lo estaba oprimiendo desde adentro -. Lo cierto es que lo he seguido todo este tiempo, pero ya no se pasea como un espectro. Ocupó un cuerpo de un mago, por lo tanto lo hace prácticamente indetectable. Me he acercado a él a través de la mismísima suerte y los caminos de la agónica casualidad de la vida -mordió su labio y dejó escapar una risa que no era exactamente divertida -. Me temo que debí buscar ayuda antes de que todo se me fuera de las manos. Tendría que haber llegado aquí mucho antes de que se descontrolara el equilibrio por completo. De haber sido más diligente, supongo que esto podría haber tenido un final mucho menos trágico.

-¿Mucho menos trágico? -la amargura se había adueñado nuevamente de su rostro -. ¿Sabes todo lo que pasado? ¿Todo lo que he perdido? -apuntó con su mano derecha hacia la puerta -. Es difícil encontrar algo de lógica en tu estúpida historia.

-¿Estúpida? -el ángel de la muerte se vio claramente ofendido por el mago -. ¿Estúpida?

-Largo.

-Derek... -Lili no tenía bandos, de hecho ni siquiera había querido caer allí. Pero Henry la había persuadido y había cambiado de parecer al escucharlo, sólo un poco pero lo suficiente para estar aún ahí -, piénsalo un momento.

-Fuera -se miraron y luego apartaron sus ojos de manera inmediata -. ¡Charlie! -el elfo apareció con eficiente rapidez e hizo una reverencia esperando sus órdenes -, sácalos de aquí.

-Sí, amo -la pequeña criatura comenzó a empujar a los supuestos invitados hacia la puerta sin darles tiempo a protestas.

-¡No estoy mintiendo, Wilson! Ay, ay espera, amigo no pellizques -el elfo seguía hundiendo sus dedos en la espalda de Henry hasta que logró que caminara más de prisa. Sin embargo, ni aún así, dejó de gritar -. ¡Austin Wallas estaba muriendo por envenenamiento. Su padrastro quería quedarse con la herencia que su madre le había dejado antes de fallecer; el espectro se alimentó del resto de vida que le quedaba. Es el único que tiene indicios de una muerte diferente y lo sabes!

Sus gritos se escuchaban cada vez más lejanos pero Derek había logrado escuchar con claridad cada una de sus palabras. Metió sus manos en sus bolsillos quedándose de pie frente a la ventana de la sala de estar un buen rato. Sería una locura creerle, pensó en un momento de lucidez. Pero, ¿y si era verdad? ¿Y si esta era su oportunidad de esclarecer el caso finalmente?

-Es una locura, una verdadera locura -murmuró en voz baja.

[Finalizado] El Mundo Mágico oculta un asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora