[Finalizado] El Mundo Mágico oculta un asesino.

C: 15

·Tarde·

Nadie podía saber su nombre por obvias razones. De hecho, había utilizado múltiples nombres durante muchos siglos. Sin embargo, tenía que admitir que Derek Wilson le quedaba a la perfección. En realidad, era de su talla de pies a cabeza en todos los sentidos. El mago que había ocupado aquel cuerpo había tenido un gran temple y una habilidad extraordinaria. 

Sí, se habían complementado, el primero sin saberlo y él sin quererlo.

Su primer encuentro fue cuando el muchacho había cumplido dieciocho años. Tomar su cuerpo había sido un mal necesario, en unos de sus enfrentamientos casuales con la joven muerte. De no haberlo encontrado, Henry lo habría atrapado por aquellos años. ¿Qué mejor que un Mago para esconderse? Era el escondite perfecto, ya había saboreado antes a tipos como él. Sin embargo, con el joven hechicero había sido diferente.

Derek Wilson había logrado anular su posesión más de una vez, lo que lo hacía sin duda alguna poderoso. Con el tiempo, había descubierto que en realidad sucedía cuando su cuerpo humano enfermaba o se embriagaba. Lo hacían más fuerte a pesar de que muchos pensarían lo contrario. Deshacerse del Auror le había tomado un buen tiempo.

Ahora, ahora Derek Wilson le pertenecía posiblemente para siempre.

-Señor.

Entró a la mansión de los Hortz con una sonrisa, ignorando a su paso  la presencia de aquel nefasto heredero. El encuentro con Henry lo habían puesto de un muy buen humor como para darle importancia a la cobardía de aquel sujeto; escuchar las voces de sus invitados reavivó aquella adrenalina que se había traído consigo.   

-¡Lamento la tardanza, me encontré con un viejo amigo! -giró sobre sus pies con sus brazos extendidos y repasó sus labios con su lengua -. ¡Que el ritual de comienzo!

***

-Mierda -Lili soltó el hacha y apoyó sus manos en aquel campo invisible. Lo palpó con las palmas, no le hacía daño, pero era extrañamente fuerte -. Sabían que vendríamos.

-Es obvio -dijo Henry colocando una de sus piernas en el suelo; dejó el libro en el mismo y lo abrió en la página que el Padre Louis les había marcado -. Pero no fueron tan listos. 

-Ya entiendo, no lo hicieron con magia ordinaria.

-Ni extraordinaria -agregó este apuntando hacia el libro -. Son campos de protección pero satánicas. Tendrás que ayudarme, estas oraciones están en latín pero conociéndote no será una complicación para ti.

-Cuando todo esto termine, te denunciaré a los jefes de las muertes. Si es que existen -este le regaló una sonrisa y regresó su atención hacia las hojas del santo libro -. Bien, ¿qué debemos decir?

-Escucha bien. Todo lo que digamos tiene que ser al unísono, si cortamos esa oración entonces perderá efecto. Lo mantendremos hasta que notemos que se abre el escudo para nosotros. ¿Estás lista? -Lili no dijo ni una sola palabra y en su lugar asintió para colocarse junto a él.