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—Está cerrada —Henry forzó el picaporte y regresó su mirada con algo de sorpresa hacia Lili, cuando lo empujó hacia un costado prácticamente con una fuerza inhumana —. ¿Qué haces?

¡Bombarda!

La puerta quedó echa añicos en cuestión de segundos y el polvo quedó suspendido en medio de un silencio sepulcral que se adueñó por completo  del recinto. Lili, sin perder un segundo, corrió hacia el interior mientras que el ángel de la muerte se encontraba aún un poco aturdido, sucio por el polvo y las astillas y definitivamente atónito por aquella innecesaria brusquedad. La bruja, sin embargo,, no estaba pensando razonablemente; buscó con la mirada a Mia, rebuscó por debajo de la cama, dentro del baño, el closet, pero no estaba, no estaba en ninguna parte.

No había un solo cabello de ella.

—¿Sabes? Podría... Podría haber atravesado la puerta sin problemas y sin provocar este alboroto, maldición —Henry tosió y sacudió su ropa negra con algo de molestia mientras se acercaba a ella —. ¿En qué estabas pensando?

—En lo peor, Henry, en lo peor —murmuró intentando ordenar sus pensamientos —. Debe estar en los jardines.

Era lo único menos paranoico que se le ocurría en ese instante. Nadie más que ella conocía cuanto amaba aquel lugar, sin embargo, no podía quitarse esa molestia de su pecho y la amargura adueñándose de su estómago. Tenía un mal presentimiento, un muy mal presentimiento.

—¿Jardines? Pasamos por allí —ella sacudió la cabeza.

—No es la única entrada para ingresar a ellos —se colocó la varita detrás de su pantalón y giró sobre sus talones para caminar hacia la puerta —, no es la única.

~°~

Derek repasó los nombres de los niños. Ya eran trece de ellos los que ocupaban el largo de su pequeña libreta. Un número que lo perseguía incluso en sueños. Soltó un suspiro mientras levantaba su mirada hacia la pizarra de su despacho. En el medio de ella se encontraba un recorte de diario: una fotografía de Gregorie Hortz sonriendo a las cámaras mientras sostenía la mano de su prometida. La famosa Mia Brandon, una bruja mestiza que en un pasado, incluso, había sido su compañera en Hogwarts. ¿Qué había de extraño en ello? Ese era el gran enigma desde que se había planteado fijar su atención en ella.

"¿Sería a caso su coartada?"

No era descabellado, sin duda no era descabellado creerlo. Se alejó de su escritorio y caminó al rededor del mismo llevando una de sus manos a su mentón. Luego de pensarlo bien y dejar de lado su negatividad, sacó su varita para apuntar hacia la pizarra para agregar el nombre de Mia entre signos de interrogación junto a su sospechoso principal. Llevaba un buen tiempo sin tener uno con tanta claridad a pesar de sentir que no era el hombre que estaba buscando. Sin embargo, estaba seguro que era su conexión con aquel asesino sin rostro que el ángel de la muerte había mencionado tiempo atrás.

Estaba cerca, cada vez más cerca de él.

~°~

Lili tapó el brillo del sol con el dorso de su mano derecha mientras intentaba ver desde la terraza algún rastro de la presencia de Mia en los jardines. Lamentablemente, ni aún con las destrezas de Henry apareciendo y desapareciendo a su antojo por cada maldito rincón de los terrenos de su familia, fueron capaces de hallarla. Hacer aquello tan sólo era un capricho para darse falsas esperanzas y tranquilizar la angustia de su agitado corazón.

Escuchó unos pasos acercándose desde atrás, no tuvo la necesidad de girarse para saber a quién le pertenecían.

—Creo que aún no debemos desesperarnos —dijo con un temblor en su voz casi imposible de ocultar —. Tal vez...

—No, definitivamente algo le sucedió —murmuró él extendiendo su mano izquierda hacia la bruja. Era la varita de Mia partida en tres pedazos uniformes sobre su pálida palma; pasó saliva con dificultad, el significado de aquella silenciosa advertencia no le gustó en lo absoluto —. Estoy seguro de que fue él, aunque desconozco el porqué —ambos se miraron con una expresión que iba más  allá de la circunstancia —. Creo que debemos dejar de perder el tiempo —Lili tomó los pedazos de la varita con suavidad y los atrajo hacia su pecho con fuerza.

—Correcto —dijo asintiendo estando de acuerdo —. Tú lo conoces más que el resto de nosotros, ¿cuál es el plan?

—Primero lo primero, debemos ir con Wilson. Lo segundo, si todo sale según el plan, atraparlo.

—¿Qué hay de Hortz?

—Creo que no debemos mencionarle este incidente. Si Wilson está en lo correcto y Hortz es también un sospechoso, lo mejor será mantenerlo lo más alejado posible de nosotros. No sabemos con certeza por qué Mia desapareció ni mucho menos por qué los acontecimientos han cambiado drásticamente de esta manera —metió sus manos en sus bolsillos y fijó sus ojos en el frente —. Pero de algo estoy seguro, él atacará una vez más y para entonces, debemos saber cuándo, dónde y cómo.

—Adelantarnos a los hechos.

—Sí, adelantarnos a los hechos —dijo con suavidad girándose lentamente hacia Lili —, cueste lo que cueste.




[Finalizado] El Mundo Mágico oculta un asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora