Capítulo 2: Arriesgando el pellejo por un amigo.

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Hola! Nos encontramos de nuevo. Uf, qué gratificante ha sido escribir esta historia. Gracias por seguir acompañándome.

Quiero hacer una aclaración: El brazalete de Knomit si existió, perteneció a la cultura egipcia. Cuando estaba hilando todo para crear esta historia, no quería usar el mismo nombre del brazalete que aparece en la serie que me inspiró, por lo que decidí buscar uno y me gustó ese. ¿Les ha gustado la historia hasta ahora? ¿Críticas? ¿Consejos? ¿Alguna pareja que les gustaría que estuviese presente? Soy toda oídos, o en este caso, ojos.

Nos vemos, con cariño

NatBlack.

Disclaimer: Todos los personajes no me pertenecen -lamentablemente-, sino que a la maravillosa J.K Rowling, la historia de la cual tomé prestada la idea es "A korean Odissey" (se las recomiendo!).

Con cariño, NatBlack.

Capítulo 2: Arriesgando el pellejo por un amigo.

Las vacaciones habían finalizado, y era hora de volver al colegio. Hermione había ido a Italia con sus padres a pasar la Navidad y Año nuevo, pero aún así logró hacerse de un tiempo para visitar la Madriguera y ver a los Weasley y a Harry.

Ya en el castillo, se recostó en su cama a pensar en lo acontecido últimamente. "El brazalete" recordó. Lo sacó de su baúl y lo examinó. ¿Sería hora de investigar un poco más al respecto? Quizás, si tenía suerte, también podría encontrar el nombre de la vasija que predijo tan desconcertante visión. Decidida, y haciendo caso omiso a "Lav-Lav" y a las gemelas Patil, bajó hacia la sala común de Gryffindor, encontrándose con los gemelos Weasley.

— Hey, Herms! No te escapes— Dijo Fred.

— Fred, no tengo tiempo ahora. Tengo que ir a la biblioteca—

— Está bien, pero prométeme que tendremos un tiempo para charlar, es algo importante— le guiñó un ojo con diversión.

—Si, no lo olvidaré. Hola, George— Saludó al gemelo, quien había estado en silencio.

— ¿Cómo está mi cuñada favorita? — respondió.

— ¿Cuñada? — preguntó con curiosidad.

— Claro, ¿qué mejor que ser una Weasley?— Dijo George. Hermione no se percató de que Fred miraba atento a su reacción.

— George, te he dicho hasta el cansancio que no me gusta Ron. Quizás sentí algo por él antes, pero desde que estuvo con Lav-Lav, olvídalo.— Dicho esto, se marchó a sentarse con Harry y Ron.

— ¿Qué pasa, Fred? Pareciera como si hubieses tenido que dormir con tía Muriel.— se burló.

—¿Por qué siempre que estamos a solas con Herms le haces esas preguntas?—

—Esperando a que me responda que se muere por ti, como lo deseas—

Fred quedó en silencio, sabía que Herms le atraía desde hace ya varios años, sin embargo también sabía que por estar Ron enamorado de ella, jamás podría ser. Es por esto que intentaba deshacerse de esos sentimientos, a veces con nulos resultados.

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Ya en la biblioteca, estando en su mesa predilecta y con una torre de libros buscando información sobre la vasija y el brazalete pero sin éxito, decidió descansar un poco los ojos. A veces sentía que perdía la noción del tiempo cuando leía, porque el cielo ya estaba oscuro.

Frustrada, comenzó a ordenar sus cosas para ir a la primera ronda que tenía de prefectos luego de Navidad. Con todo lo que había pasado últimamente, se había olvidado por completo de que era Prefecta.

El Brazalete de KnomitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora