Capítulo 18: Una noche para recordar.

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Muchísimasgracias a todos sus reviews, en serio estaba muy preocupada por nopoder actualizar, pero he tenido bastantes dramas en mi vida y bueno.Ya estoy por terminar el semestre en la universidad, así que ahísubiré más seguido. Y en serio, les prometí que esta historiatendrá final, sí o sí. Aunque me lleve mil años jaja, muchasgracias de nuevo por sus reviews, no olviden mi historia! 

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Hermione estaba decidida a sacarle toda la verdad a Draco Malfoy, "el fin justifica los medios" se excusaba mentalmente. Había tenido la oportunidad de estar a solas en el despacho de Snape hace unos días atrás, y en un impulso y yendo contra todos sus principios, robó una poción que sabía que algún día le serviría. Pues bien, hoy era el día perfecto. Esperaría hasta el momento indicado para maquinar su plan. Que por una vez hiciera algo "malo" no era indicador de que era una mala persona ¿O si? Tragó saliva, sacudiendo la cabeza.

—¿Vas a estar toda la noche así, sumida en tus pensamientos? — Fue súbitamente interrumpida por Draco, quien sostenía un vaso lleno en su mano.

—No, disculpa.—carraspeó— Estaba recordando la cara que puso Ron cuando se enteró de este...acontecimiento.—mintió y el chico sonrió. Su cara debió haber sido todo un poema. Notó que Hermione tamborileaba los dedos en sus piernas, se notaba un poco incómoda, rápidamente tomó ambos vasos y volvió a llenarlos, al ofrecérselo nuevamente ella vaciló y Draco enarcó una ceja.—¿Te estás arrepintiendo, Granger? — arrastró las palabras.

—No, Malfoy.— dijo sin convicción

—¿Tienes miedo, entonces?— la provocó.

La chica entrecerró los ojos, le quitó el vaso de las manos y bebió la mitad, demostrándole que estaba equivocado. —No te tengo miedo, Malfoy. Ni a ti, ni a tus extrañas actitudes.—

Draco enarcó una ceja nuevamente. Había estado tomando hace horas y el alcohol comenzó a hacerle efecto. Miró la botella y estaba vacía. Se paró rápidamente -lo que sin duda fue peor a la sensación de mareo que lo embargaba- y se dirigió a su habitación a buscar otra botella.

Hermione supo que era momento de actuar, inmediatamente sacó el frasco de su bolsillo y vertió unas gotas dentro del vaso de Malfoy, lo suficiente para que hiciera efecto, pero no tanto para que se notara que había algo extraño dentro del vaso. Cuando sintió al chico bajar, se acomodó en el sillón fingiendo interés en la chimenea.

—Bendito Merlín que tenía otra botella, ¿no crees?— dijo tambaleándose un poco.

—Claro, Malfoy. Como digas.— dijo aparentando normalidad.—Me toca a mí servir esta vez— Tomó la botella y el vaso de él, tratando de que su nerviosismo no fuera tan obvio. Sirvió y agradeció a Godric que la poción y el whisky no hicieran una reacción que alterara su aspecto. Sin mirarlo a los ojos, le entregó el vaso y Draco se lo tomó de una vez. Hermione lo imitó, sintiendo el calor recorrer su garganta. Esperó unos minutos -que parecieron eternos- para hablar.

—¿Puedo comenzar con mis preguntas, Malfoy?— inquirió con timidez.

—Sí— dijo atropelladamente. ¿Qué coño pasaba? Quería decirle que no, sin embargo las palabras salieron de su boca sin pensarlo. Quizás realmente había sido mucho alcohol, ya no pensaba con tanta claridad. Sí, eso debía ser. ¿Qué otra cosa, sino?

—¿Qué sentiste cuando supiste que estabas condenado a vivir lo último del año conmigo, Malfoy?— dijo con las mejillas levemente sonrojadas por el exceso de alcohol. Ella jamás bebía, y un vaso y medio de whisky de fuego definitivamente era un exceso para su nula vida etílica.

El Brazalete de KnomitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora