El ambiente en Hogwarts estaba relajado para los estudiantes, como se dice comúnmente "La calma antes de la tormenta", puesto que era el periodo de relajo antes de los exámenes finales. El tiempo había pasado, ya se encontraban en Mayo. Quedaban sólo dos meses para terminar el año escolar. Por una parte, Hermione estaba nerviosa. Malfoy estaba distante, y su plan cada vez se complicaba más. Por otro lado, Draco estaba impaciente. En una reunión extraordinaria, pilló a Voldemort de buenas, váyase a saber porqué. Fue ahí cuando decidió preguntarle si podía extender el plazo hasta antes de Navidad, y para su sorpresa, su lord aceptó. "Tétrico" pensó. En fin, Hermione estaba en la biblioteca leyendo algo ligero, para distraerse. Por la mañana encontró a Ron y a Pansy Parkinson besándose. Si bien es cierto no le molestó, lo encontró completamente inapropiado. De la nada, apareció Theo, quien le sonrió.
—Hola, Hermione—
—¡Theo!— Se levantó para abrazarlo. —Te he extrañado— confesó.
—He tenido tiempos difíciles, sabes que soy parte del bando oscuro y como tal, a veces me encomiendan misiones y esas cosas—
—No lo olvido, pero la verdad no entiendo por qué estás metido ahí...No pareces ser uno de ellos.—
—Lo sé, quizás algún día sepas mis verdaderos motivos.—
Ambos se sentaron frente a frente, charlando de lo acontecido últimamente en clases.
—Malfoy no me habla.— dijo de repente.
—Lo sé, ha estado actuando muy raro. Está más huraño de lo habitual, y da la casualidad que las fechas justo coinciden cuando se dejaron de hablar. ¿Me vas a contar por qué saliste huyendo ese día?— Inquirió curioso.
Ella dudó. —Bueno es que yo...ese día...Malfoy dijo algo y sentí cosas. Me acobardé y salí corriendo.— confesó.
—¿Qué tipo de cosas?—
—Ehm... algo así como mariposas en el estómago— dijo nerviosa.
—Herms, sabes que eso no puede pasar, va en contra de la naturaleza. Va contra del plan. ¿Cómo tu lógica no es más fuerte?—
—Lo sé, por eso mismo dudé de todo...y he decidido mantener la distancia. Pero ya no más. No seré cobarde, Theo. Entiendo la gravedad del asunto, es de mi vida de la que estamos hablando. Así que apenas lo vea, me acercaré nuevamente.— Finalizó.
—Qué bien, podrías hacerlo ahora mismo— Dirigió su mirada a una mesa alejada, donde él estaba coqueteando con una Slytherin de un año menor. A la chica le hirvió la sangre y se paró furiosa a donde estaba él.
—Malfoy, ¿Podemos hablar?— Inquirió, mirándolo fijamente.
—Claro, dime.— Dijo sin inmutarse, indiferente.
—A solas— remarcó.
Draco parpadeó sorprendido. ¿Estaba Granger celosa? Tenía que comprobarlo.
—Cariño, nos juntamos en la noche, ve a mi habitación de nuevo— Le dio un fugaz beso, el cual la chica aceptó gustosa y se retiró. A Hermione le tiritó el ojo de ira. —Toma asiento, Granger—
La chica miró la silla donde anteriormente se había sentado la otra muchacha, y luego de unos segundos, se sentó.
—Escucha, Malfoy— arrastró las palabras con desdén.— Te iba a pedir disculpas por haberme comportado así ese día, pero veo que estás muy ocupado, así que ya no importa.— Hizo ademán de levantarse y él la miró.
—¿Por qué no te importa, Granger?— Le susurró al oído, obligándola a acercarse a él.
—Porque...bueno, estás de novio y yo no quiero tener problemas con esas estúpidas— escupió
—¿De novio? No seas ridícula. ¿Acaso estás celosa?— Le guiño un ojo.
—¿Cómo crees, Hurón? Parece que se te atrofiaron algunas neuronas. Bueno, sólo te comentaba porque estaba harta de que no te aparecieras en las rondas de prefectos, así que espero que hoy vayas. Nos vemos, Malfoy.—
Draco se desesperó, no quería que se fuera. Sin pensarlo, la tomó haciéndola quedar frente a frente. Ambos se miraron nuevamente, la miel se fundía con la plata, diciendo más que con un millón de palabras. — Quiero mostrarte algo hoy, Granger. ¿Me acompañarías? Estoy seguro que te encantará. —
—Claro, Malfoy...—
—Nos juntamos a las 19,30 en la puerta principal. No faltes.— Cerró los ojos, inspirando el olor a canela, embriagándose. La chica se separó y se fue a sentar nuevamente con Theo.
—Theo, hoy le pondré el brazalete a Malfoy— Dijo con decisión.
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Ya en el castillo, más específicamente en su habitación, había una lechuza que de sólo verla, hizo que una gota helada de sudor le recorriera la espalda. Vaciló por un segundo, y dejó al ave entrar. "Demian" saludó. El ave ululó feliz y estiró la pata. Había un sobre de pergamino muy fino, con el sello de los Malfoy.
"Estimado Draco,
Como bien sabes, el Señor Oscuro está impaciente por tu misión, aunque de igual forma es consciente de que te dio más plazo, no jueges con su paciencia. En su afán por conseguir lo que quiere, me ha comentado que de desistir de tu misión, me veré en la obligación de lanzarte un Imperio si es necesario con tal de que mates a la sangre sucia. Estás advertido que no llegaré a tal punto, así que espero recibir noticias pronto.
Lucius M.
Draco tragó saliva, preocupado. Escribió rápidamente una carta en respuesta a su padre y la devolvió con Demian. Sabía que su padre no dudaría en hacer lo que fuera necesario para satisfacer a Voldemort, lo que no sabía era qué mierda haría de ahora en adelante, el plazo se acababa.
Disculpen lo corto del capítulo, no había mucho que agregar la verdad. Ya no se puede agregar más, de lo contrario, serían situaciones superfluas que rayaría en lo aburrido. Así que, ahora se viene lo que hemos estado esperando! Nos vemos en el próximo capítulo, el decisivo!
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El Brazalete de Knomit
Romance"Te advertí que me dejaras en paz, que no me fastidiaras. Ahora, tienes los días contados. Y créeme, será peor si lo dices a alguien. Quizás te creas la sabelotodo perfecta, sin embargo yo sé cómo eres, y déjame decirte esto: Te mataré, Granger. No...