Luciana POV
La mujer cayó al suelo, desapareciendo segundos después. No había duda: ella era Christa, la madre de Subaru y Yui. La vampiresa se quedó estática por unos segundos, pero después giró la cabeza y se nos quedó mirando. Mis manos tapaban mi boca y podía sentir mi cuerpo temblar, pero Avril se mantenía parada firmemente a mi lado.
- Ella solía cantar - dijo en un susurro -, Chrita solía cantar.
Las lágrimas abarcaron mis ojos con rapidez, viendo que mi propia hermana tenía poco tiempo de vida. Yui caminó hacia nosotros, sus ojos clavados en Avril mientras fruncía el ceño apenas.
- ¿Ya lo sabías? - le preguntó Avril a ella, dando un paso al frente.
- ¿Qué debería saber? - respondió ella.
Avril me miró de reojo, como cediéndome la palabra. Mi garganta se sentía seca y tenía un nudo en ella, pero me forcé a hablar aún así.
- Beatrix está tras tus hermanos - empecé -. No sé porqué. Pero... cuando ella muera...
- Yo moriré - me interrumpió Avril -, o, al menos, desapareceré.
Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas, dejando ardientes trazos sobre ella. Yui nos miró por unos segundos, una expresión confundida dominando su pálido rostro mientras bajaba la cabeza por unos segundos.
- Yo... voy a hablar con Subaru - susurró.
Se alejó de nosotras dos a paso apurado. Se perdió entre las flores en cuestión de segundos, y lentamente - aunque me causaba terror - me giré para ver a Avril, que miraba sus zapatitos con atención.
- Avril - le dije, mi voz algo entrecortada.
- Lo siento, onee-chan - dijo, sonriendo -. No quiero dejarte, pero...
La abracé. Hacía mucho que no nos dábamos un abrazo. ¿No se dice que las circunstancias son las que más afectan en las personas? Pues es verdad. Abracé a mi melliza y empecé a llorar, aferrandome al cuerpo que sabía que no tendría por mucho tiempo. Ella me devolvió el abrazo, haciendo que las lágrimas salieran com más fuerza que antes.
- No será para siempre - me dijo, su voz ahora más dulce -. Cuando me vaya, no será para siempre.
- ¿A qué te refieres? - pregunté entre sollozos ahogados.
- Algún día, nos encontraremos en el cielo, junto con mamá y papá.
Me aparté de ella de golpe. Había roto la promesa, nuestra promesa. La fulminé con la mirada, aún llorando, y retrocedí unos pazos.
- Rompiste la promesa - susurré -, ¡juramos por nuestras vidas que no hablaríamos de mamá y papá!
Ella asintió.
- Pero... mi vida ya no lo vale, onee-chan. Voy a morir.
Eso fue duro, hasta para mí. Ver a mi melliza hablando idioteces era algo usual, pero eso ya era demasiado. Fruncí el ceño, me acerqué dos pazos...
Lo siente que sonó en el lugar fue el plas de la bofetada que le di.
Avril se tambaleó, tocando su mejilla que lentamente se tornaba roja. Las lágrimas de furia salieron de mis ojos mientras, enojada y triste a la vez, me fui de ahí corriendo.
Maldita sea, me dije mientras corría. Odiaba llorar. Casi nunca lo hacía. Era mostrar tu debilidad, tu lado débil que nadie en realidad debía ver... o, al menos, para mí. Seguí corriendo por los jardines, encontrando lo que parecía ser una capilla abandonada.
Entré sin pensarlo dos veces.
Apenas di dos pasos apurados dentro, sentí cómo golpeaba un cuerpo. Jadeante, sentí cómo el cuerpo se tambaleaba con un grito ahogado mientras lograba impedir mi inminente caída.
- ¿Luciana?
Levanté el rostro, viendo que el que me sujetaba era nada más y nada menos que el mayor de los Sakamaki. Shu fruncía el ceño al verme de esa manera. Supongo que debió haber pensado que yo era de las fuertes que nunca lloran, ¡y lo era!, pero algo falló.
- Shu... Y-Yo... lo siento, ya me ib--
Antes de poder completar la oración, Shu me mantuvo quieta en un abrazo. Fue extraño, pero reconfortante de alguna manera mientras más lágrimas llenaban mi mirada. Mis manos involuntariamente se aferraron a la camisa que usaba, como si estuviera a punto de caer y sujetarme fuera la única salvación.
- Christa ha muerto - dije entre sollozos, cerrando los ojos -. Christa ha muerto y sólo queda Beatrix. Avril va a morir pronto... ¡No quiero que muera! ¡Es mi hermana y la amo, es mi melliza! No quiero dejarla ir, Shu, quiero tenerla a mi lado... ¡Y debería odiarle por tomárselo a la ligera, pero no puedo!
Shu se mantuvo firme y en silencio, pero supe que estaba escuchando cada palabra mía.
- ¿Nunca te ha pasado - pregunté - que odias a tu hermano, a Reiji, pero el que sea tu familia te lo impide?
- No. Nunca me ha pasado. Nuestras vidas han sido muy diferentes desde siempre. Casi no somos hermanos, pero entiendo. Entiendo lo que sientes, ¿bien?
- ¿Cómo? - las lágrimas se detenían poco a poco.
- Tenía un amigo cuando niño, un humano como tú. Edgar. Si algo me enseñó él fue que, aunque pudiera haber dejado al perro que me regaló en las calles por culpa de mi madre, si alguien enserio te estima no te dejará por idioteces.
Era la primera vez que oía hablar a Shu así. Fue una sensación extraña, leve, pero a la vez, placentera. Como una opresión en el pecho, pero sin el dolor. ¿Qué era eso?
Shu se inclinó y apartó mi cabello de mi cuello. Supe lo que quería hacer. Quería negarme, decirle que se apartara, pero no podía. Algo no me dejaba. Hasta cuando me preguntó un ¿Puedo?, sólo asentí levemente, mis manos en su camisa.
Y lo hizo. Sentí sus colmillos enterrarse en mi piel, abriéndola, y mi sangre salió de mí con rapidez. Él gruñía alrededor de mi cuello, sus ojos cerrados apenas, mientras mi mirada veía estrellas y mi cuerpo se hacía más y más ligero. Dolía, dolía enserio, pero no me di cuenta de eso hasta que se detuvo. Mi cuello estaba impregnado de sangre. Shu me miró por unos segundos, sus ojos azules clavados en los míos.
- ¿Me odias?
Algo me hizo negar con la cabeza.
- Cuando se estima a alguien, es imposible odiarlo. ¿Entiendes ahora?
Me le quedé mirando. Sus ojos azules eran tan bellos.
Un minuto. ¿Acaso...
...ese sentimiento tan raro...
...era amor?
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Daaaaaamn, nuevo récord. ¡Dos capitulos en un día! Los amo, lectores, me hacen hacer locuras aunque aquí sean las 1:25 am ♡ Si les gusta, no olviden votar y comentar. ¡Hasta el siguiente cap!
-TheGirlNextDoor
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Soñando con un Final Feliz [Diabolik Lovers Fanfiction]
Fanfiction"Te odio." "Y yo a ti, amor mío. " Komori Yui está en la línea de fuego de su transformación para ser una vampiresa, y al no tener una humana para saciar su hambre, los hermanos reciben dos nuevos sacrificios: las mellizas opuestas. Ambas, jóvenes y...