Yui POV
Y ahí estaba yo de nuevo, sentada en mi cama con las manos en el cabello, viendo un punto infinito entre las luces del atardecer.
Mi cuerpo se sentía duro, de piedra, pero mi mente iba más rápido que cualquier cosa que me pudiera imaginar. No me movía; ni siquiera mi pecho subía y bajaba. Sin darme cuenta, contenía la respiración. Me pasaba cada vez que me preocupaba.
Dejé salir el aire con fuerza cuando me di cuenta de lo que hacía. Cerré los ojos, apretando los párpados. Era una tortura; estar sola en un momento así, sin que nadie supiera decirme qué pasaba abajo, en el laboratorio de Reiji. El tan sólo pensar en perderlo me ponía los nervios de punta. Me mordía el labio con fuerza, un pequeño hilo de sangre recorriendolo en cuestión de segundos.
Me incliné hacia el frente, dándome un impulso para levantarme de la cama. Caminé hacia el balcón lentamente. Mis pies se sentían pesados y de piedra, impidiendo que yo siguiera avanzando, pero reuní fuerzas y llegué al balcón. Mi cuerpo pedía a gritos un descanso, haciéndome recordar mi gran colapso por unos segundos. Fue un recuerdo fugaz, de uno o dos segundos, y para cuando terminó memorias más recientes tomaron posesión de mi mente.
Todo se sentía como si estuviera sucediendo en el presente. Cada detalle había sido grabado en mi mente de manera dolorosa, filuda y sofocante. Otra vez me llevé las manos al cabello por reflejo, quitando mi cerquillo de mi frente. Más recuerdos.
Ver lo que vi hubiera perturbado hasta al más fuerte de todos.
Lo que veía Avril era la pared posterior de la habitación de Raito, que estaba completamente manchada con un líquido carmesí. Sangre, para ser más exactos. Se podían ver las marcas de manos, que al parecer habían buscado la ayuda de la pared para levantarse, sin éxito alguno (ya que los rastros se deslizaban hacia abajo). También, el tapiz estaba cortado en algunas partes, con cortes finos que recordaban a navajas o cuchillas pequeñas de bolsillo. Un hedor a sangre llenaba el lugar, lo que, posiblemente, había sido lo que Shu percibió al abrirse la puerta.
Hasta ahí, nada que no hubiera visto antes. Lo horrible vino después.
Entre toda la sangre y cortes, Raito colgaba de la pared, incrustado a ella por decenas de cuchillas y navajas. Su rostro miraba al suelo, sus ojos verdes bien abiertos y opacos, además de tener la piel terriblemente blanca. Tenía los labios morados por la pérdida y, tal como había dicho Avril, parecía haber querido decir help por la forma en la cual los tenía. Su ropa estaba rasgada y su piel llena de cortes, además de tener sangre cubriendo gran parte de su frente y brazos. Sus pies no tocaban el suelo, sólo colgaban, inherentes, mientras se balanceaban por la brisa que entraba por el balcón. Las puertas estaban abiertas, y se veían pisadas marcadas con sangre que se dirigían al borde de todo. No supe si estaba vivo o muerto, pero el chillido que solté fue del mismo horror de ver al pelirrojo así.
Eso es lo tenebroso de los vampiros: vivos o muertos, no tienen ritmo cardíaco.
Gemí ante el recuerdo, justo antes de oír la puerta de mi habitación abrirse. Giré, viendo que Subaru entró a mi habitación con aire apenado, llegando a mi lado en cuestión de segundos. Aparté la mirada lo más rápido que pude, viendo que el sol ya se perdía en el horizonte y las estrellas lentamente llenaban el firmamento con sus pequeños brillos. Algo tan diminuto se veía tan hermoso...
- Subaru - lo llamé.
Giró la cabeza hacia mi dirección e hizo un gesto para que yo continuase. Algo insegura, seguí.
- ¿Cómo ha ido todo? - susurré.
- Nadie sabe nada. Reiji aún no sale de su laboratorio.
- Ya llevan dos horas... - murmuré, casi para mí misma. - Raito se sana con rapidez, ¿no debería estar ya cicatrizando?
El menor de los Sakamaki se encogió de hombros al cruzarse de brazos.
- No tengo ni idea, Yui. No sé absolutamente nada de medicina, si es lo que te preguntas; todos esos conocimientos son icónicos de Reiji. Si alguien sabe algo sobre si Raito lo logrará o no, es él.
Asentí y Subaru me hizo un gesto para salir de la habitación. Obedecí sin decir nada, justo como en los primeros días en la mansión, y ambos avanzamos por los anchos pasillos sin intercambiar diálogos o miradas. Todo se sentía frío y grande.
Llegamos a la sala, donde Kanato y Ayato esperaban. Ayato estaba apoyado en el umbral, cruzado de brazos, mientras que Kanato estaba echado en el sofá con el rostro viendo hacia los cojines. Ayato subió la mirada y nos vio bajando las escaleras a paso calmado sin moverse de su lugar en ningún momento.
- ¿Nada? - preguntó Subaru, sentándose en otro sillón.
- Cero. O Reiji se toma su tiempo, o Raito no tiene ganas de despertar - gruñó Ayato. Giró el rostro hacia Kanato -. Él se ha quedado dormido hace unos diez minutos.
Kanato soltó un quejido entre sueños, abrazando con más fuerza la almohada que tenía entre sus brazos. Me permití dibujar una sonrisa en mi rostro ante el chico que, segundos después, se quedó quieto de nuevo mientras encogía las piernas.
- ¿Quién crees que haya podido ser? - le preguntó Ayato a Subaru.
Él se mantuvo en silencio, sus ojos rojos viendo la mesa de caoba del centro de la sala. Fue un momento vacío, nada más que un par de segundos, hasta que el menor habló de nuevo.
- ¿Recuerdas lo que dijo Avril? - susurró -, "Ella lo hizo". ¿A qué se refería con eso?
- Ayato - interrumpí. El menor de los trillizos me hizo un gesto para continuar -, ¿sabes quién es Beatrix?
- La madre de Reiji y Shu, sí. ¿Qué con ella?
Antes de poder continuar, escuchamos pisadas pesadas y agotadas que se acercaban a la sala de estar. Giramos hacia las puertas dobles de la derecha, viendo que se abrían lentamente antes de que Reiji saliera de entre ellas con un aire cansado. Se ajustaba las gafas antes de levantar la mirada.
- ¿Y? - preguntó Subaru, levantándose.
Reiji se mantuvo callado por unos segundos.
- Raito ha muerto - susurró.
Más silencio.
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Bieeeeeeeen, eso me ha dolido hasta a mí </3 Sayonara, Raito-kun :( Pero ya no me odiarán tanto, o eso espero... ¡les prometo un final feliz! O, al menos, uno justo. Wow, eso ha sido casi gore escrito, ¿no? Ya saben, voten, cometen, y hasta el siguiente cap ♥
-TheGirlNextDoor
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Soñando con un Final Feliz [Diabolik Lovers Fanfiction]
Fiksi Penggemar"Te odio." "Y yo a ti, amor mío. " Komori Yui está en la línea de fuego de su transformación para ser una vampiresa, y al no tener una humana para saciar su hambre, los hermanos reciben dos nuevos sacrificios: las mellizas opuestas. Ambas, jóvenes y...