Yui POV
- Hacía mucho que no nos veíamos - susurró el ojiverde que tenía frente a mí.
Raito vestía el uniforme escolar, sin rastros de haber sido atacado de la manera en el que lo fue. Aún así, una larga cricatriz recorría su mejilla en forma de x. Sonreí un poco; él intentó imitar el gesto, pero su sonrisa se torció por la tristeza que detonaban sus ojos. Raito siempre había sido alegre, así que para verle así, la situación debería ser seria.
- Me alegro de verte, Raito - hice una pequeña pausa -. Te hemos extrañado mucho.
No sé el resto, pero al menos yo sí. Te he extrañado demasiado, Raito... ¿porqué tuviste que morir?
- Créeme que lo sé - no presumía como le era usual -, he... estado observándolos.
- ¿Qué?
Bajó el rostro apenas, escondiendo su mirada tras su sombrero brevemente. Parecía estar pensando a toda velocidad, o tal vez hablando consigo mismo. Le oí suspirar y levantó de nuevo la cara.
- La Reina negra. Sé cómo darles la Reina negra.
¿Acaso no era la Reina dorada? me pregunté. Raito, casi como si hubiera leído mis pensamientos, tomó mi mano. Estaba fría, helada, tanto que causó que un escalofrío me recorriese mientras él cerraba los ojos. Me mareé, y mil imágenes volaron a mi mente cual dardos: Shu, Reiji, Beatrix, un juego de ajedrez. Fuego, mucho fuego, y después, sólo un tablero. Ambos hermanos echando el tablero a un río... y Avril encontrándolo.
Jadeé mientras me llevaba las manos a la cabeza. Mi cuerpo se sentía débil, y me costaba estar de pie, pero logré recobrar el equilibrio y pensar. El juego de ajedrez, ¿lo quemaron? Pero Shu le tiene fobia al fuego, debió ser Reiji. Y el tablero... No se rompía con nada, por eso lo echaron al río. Avril lo encontró, pero las piezas no estaban; por eso buscaba la Reina dorada, supongo. Las demás piezas deben estar destruidas.
- ¿Las demás piezas están destruidas? - pregunté.
- Avril ha creado de nuevo las piezas, pero le faltan las Reinas. Ya, Yui, ¡concéntrate! Sé la manera en que pueden crear la Reina negra.
Asentí para que continuara.
- Aunque yo ya esté muerto, mi energía vital aún ronda por la mansión. No es mi alma, pero tiene una fuerza parecida a la de una. Es por eso que pude estar ahí el día en que te transformé; lo siento por eso, pero necesitaba que ya estuvieras completa - negó con la cabeza para apartar las cosas de su mente -. Si usan mi fuerza vital, lograrán crear una Reina negra.
- ¿Porqué negra? ¿Qué hay de la dorada? - pregunté.
- Simple; soy un vampiro y mi alma está sucia. Sólo las almas puras pueden estar en el lado dorado.
Me mantuve en silencio. Tenía miedo, mucho miedo. Raito caminó hacia mí y me abrazó; sus brazos ya no eran cálidos, pero la sensación de protección se mantenía firme.
- Sólo te quiero pedir una cosa más - susurró -. Por favor... cuida de mis hermanos.
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Luciana POV
Todos nos reunimos en la entrada de la habitación de Raito. La noche caía sobre la mansión lentamente, y apenas Avril apareció con una espada, todos intercambiamos miradas inseguras. No sabíamos qué iba a pasar, pero Yui aseguraba que funcionaría de una forma u otra. La tensión llenaba el ambiente.
- ¿Estás segura de esto? - le preguntó Shu a Avril.
- Muy segura - respondió.
Era difícil ver que la hermana que siemore tuve a mi lado no fue la que yo creí. No parecía ella; no parecía ser mi Avril, la pequeña que canta la canción de Batman en vez de pensar en huir, y la que no le tenía miedo a la mansión porque no sabía qué era eso. La que nunca fruncía el ceño pero adoraba que yo lo hiciera, la que adoraba usar dos coletas y unos vestidos de muñeca. La iba a extrañar, demasiado en realidad, y no solo porque era mi hermana menor, sino también porque su alegría eterna era la única cosa que me mantenía con los pies en la tierra.
Caminé hacia ella y le di un abrazo que me devolvió al instante. Mi melliza no había crecido, sino que ahora actuaba como quien era en realidad. No más coletas ni canciones en la ducha, ni correr tras mariposas ni pedidos de smoothies de fresa. No sabía qué venía, pero todo eso se iba a perder con el viento.
- Te quiero - le dije bajito al soltarla del abrazo.
Ella sonrió mientras caminaba hasta la puerta. La abrió sin mayor esfuerzo y caminó dentro, sola, mientras levantaba la espada de tal manera que la punta rozaba el techo. Yui se refugiada en brazos de Reiji, mas yo no caminé hacia Shu. Quería ver a mi hermana.
Murmuró unas cosas mientras la espada se teñía de negro. Amla atse ed aigrene al damot, repetía una y otra vez, mientras que de entre la oscuridad una silueta negra con un sombrero hacía una reverencia ante ella de la manera más coridal, como y si ella fuese una mujer noble y él un campesino. El sombrero cayó al suelo y desapareció al igual que la sombra apenas ésta tocó la espada.
En el suelo había una Reina negra cual carbón.
Avril bajó la espada y tomó la figura, regresando hacia nosotros. Ayato y Kanato miraban la pieza que alguna vez había sido su hermano mientras que Shu y Reiji intercambiaban miradas.
- Hay que ponerla en el tablero - instruyó Shu, entrando a la habitación.
Caminó hacia la pared de atrás y rasgó el papel tapiz mal puesto, dejando a la vista una puerta negra. Avril la abrió y entró; casi quince segundos salió sin la pieza.
- ¿Está segura ahí dentro? - preguntó Subaru.
- Sí, no te preocupes - le respondió Avril.
Subaru asintió y se cruzó de brazos.
- Y ahora... ¿de dónde sacamos un alma más? - pregunté.
- Iré a buscar una - Avril parecía estar segura mientras salía de la habitación.
Bajó las escaleras de dos en dos, su espada aún en mano. La seguí, tratando de alcanzarla, aún sabiendo que ella era más rápida que yo desde niñas. Alcanzó la puerta principal, y tomó un chaleco del perchero. Se lo puso segundos después.
- Cerca de aquí hay un pueblo, creo que para el amanecer puedo traer un alma - dijo, sonriente.
- ¿Estás segura que estarás bien? - preguntó Reiji, llegando a nuestro lado.
Avril asintió. Sin pensarlo dos veces tomó la perilla e intentó girarla. Lo hizo de nuevo, una y otra vez, pero la perilla no giraba en la más mínimo. Ella, nerviosa, chasqueó la lengua y la soltó, extendiendo su mano hacia mi dirección.
- Dame tu llave, onee-chan - me pidió.
Asentí y me llevé las manos al cuello. Mientras me apartaba el cabello, busqué el seguro del collar en mi nuca, tanteando lentamente. Mis ojos se abrieron de par en par.
No tenía mi collar.
- Mi collar - susurré, nerviosa -, ¡mi collar no está!
Silencio. No puede estar pasando, no ahora, me dije mientras seguía buscando. Aún así, nada. Mi collar no estaba, la llave no estaba en ninguna parte.
- Eso quiere decir... - susurró Kanato, abrazando una almohada negra.
No lo digas, ¡no!
- La mansión entera está bajo un sello... y no podemos conseguir un alma más - concluyó Subaru.
Es el fin.
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Holiiiii ^_^ Hoy intentaré subir tantos capitulos como pueda, aunque no duerma ;w; Quiero las ojeras de Kanato, son bien kawaii~ Asdfghjkl bueno, ya saben, voten, comenten, y hasta el siguiente cap ♥
-TheGirlNextDoor
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Soñando con un Final Feliz [Diabolik Lovers Fanfiction]
Fiksi Penggemar"Te odio." "Y yo a ti, amor mío. " Komori Yui está en la línea de fuego de su transformación para ser una vampiresa, y al no tener una humana para saciar su hambre, los hermanos reciben dos nuevos sacrificios: las mellizas opuestas. Ambas, jóvenes y...