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Narra Shayra

El se dirigió a las ventanas mirando de arriba a abajo, luego las cerraba. Aproveche para levantarme lentamente, cuando subí la mirada, el estaba delante mio, respire nerviosa y el solo me tomo de la mandíbula, me miro directamente, pero yo, solo cerré mis ojos. No se por que, pero este chico, con su sola mirada, causa terror. Casi por sorpresa me pregunta:

—¿Que te hicieron?—. Cuestiona

Yo, aun con los ojos cerrados y con ganas de llorar respondí. —Solo me beso—.

El soltó mi mandíbula y baje mi cabeza, al abrir mis ojos, el se agacha delante mio y pregunto:

—Entonces... ¿Por que estas llorando?—. Dice gentil

Al ver sus ojos no pude aguantar las lágrima, no pude contestarle nada, pero me dice:

—¿Te dolió mucho el empujón?—.

Yo me sorprendí, cuando pregunto eso aun mirándome, sus ojos, cambiaron de color, de Rojos, pasaron a ser Celestes brillantes. Mientras el esperaba una respuesta, yo miraba embobada sus ojos, ya no sentía miedo de el, me daba lástima.

—Lo siento, debí ser mas delicado, perdon—. Mientras me acaricia la cabeza.

—¿Po.. Por que me ayudaste?—. Preguntó nerviosa

El miro con una cara de confusión y me dijo:

—¿No sabes, quien soy?—. Me miraba atento a la respuesta.

—N...No, ¿Como te llamas?—. Intentaba romper el hielo pero el parece enojado, se gira y se alborota el cabello. Yo no entendía nada, ¿Por que me ayudo? ¿Por que le preocupo tanto?

Aproveché los minutos cuando el no me miraba, eché un vistazo al lugar, era un edificio en construcción que nunca terminaron, es raro por que parece que lo hicieron y lo dejaron a tan poco de acabar, las paredes y el suelo están cubiertos de tierra, hay herramientas y algunos cables sueltos, no pude ver muy lejos, el lugar estaba oscuro, pero pude divisar una escalera. Mire al extraño, se apollo en una ventana y no se movió, camine lentamente lo suficiente para asegurarme que no escucharía, me dirigía de espaldas a las escaleras, observando al extraño, que no se diera cuenta de mi escape, sentí una pared detrás mía, al lado estaban las escaleras.

Lo bueno, es que llegue sin que el extraño se diera cuenta, lo malo es que las escaleras no estaban construidas, solo era una rampa muy resbaladiza, yo no me fijé en eso y cuando pise me fui derechito al suelo, estaba cubierta de tierra, cuando me levanté, el extraño me miraba desde arriba de las escaleras, me dolían las piernas pero logre pararme rápidamente. Pero el extraño ya estaba delante de mi y me levantó de las piernas.

Me ató las manos con una soga del techo, no podia tocar el suelo, yo estaba aterrada, pensé que me haría daño, el me miro y dijo:

—Te dije que no te movieras—. Me agarro de mis cachetes y los apretó para que lo mirara a la cara.

No dije nada, tenia ganas de llorar *¿Que me va a hacer?* pense, mientras creía lo peor.

El dio un suspiro largo y alegó:

—Max—

Lo miré confundida para que continuará:

—Me llamó Max—. Afirma

No sabía que decir pero el respondio primero:

—Ya se el tuyo, Shayra, esto no se lo puedes decir a nadie. Juro que no te hare daño y se que tienes muchas preguntas, pero tienes que contarme todo lo que hace tu padre, cualquier cosa que haga, me lo tienes que decir—. Dice tranquilo

Lo miré extrañada, el esperaba una respuesta, de mi boca solo salieron balbuceos:

—Ahh...Yo...No...Yo—.

—¡Solo.Hazlo!—. Me grito en la cara, mientras apretaba mi cuello.

EvolucionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora