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Narra Shayra

Mi padre sabía curiosamente mucho de biología, es mas, me ayudo a entenderla y conocía muchos aspectos, además me dio ejemplos de cada uno.
Acabamos de terminar la tarea, que tenía, pero el me seguía contando su opinión acerca del tema, no le estaba prestando atención, me preguntaba *¿En que trabaja? ¿Que hace? ¿Como sabe tanto de biología avanzada?*

La curiosidad me mato y pregunté

—¿En que trabajas?—. Me miro sorprendido, y se rió bajito.

—Soy científico, experimentó con animales—. Respondió tranquilo.

—¿Que tipo de experimentos haces?—. Lo mire confundida.

—Investigó las células de los animales y trato de llegar a una raza perfecta en todo sentido—. Termina de escribir un documento y me observa.

—Tratas de crear una especie perfecta, a base de células de otros animales—. O algo asi

Valentina, que estaba al lado, nos escucho y se rió cuando hable, mi padre se volteó y me miró sorprendido:

—No esperaba que lo entenderás tan rapido—.

—De tal palo tal astilla—. Todos nos reímos.

Estuvimos toda la comida, hablando de los trabajos de papá y Valentina, al terminar, tomé valor para decirles que quería volver al colegio.

-Papa, Valen, yo... quiero regresar al colegio-

-Shayra...- suspira -¿Estas segura?- Se ve algo tenso y nervioso, pero yo asentí segura-¡Vale! No te discutiré, empiezas el lunes- Hoy es miércoles, pero no importa.

-Gracias papa- Le sonreí y le di un abrazó -Iré a preparar mis cosas- Subí las escaleras contenta.

Estuve toda el día preparándome y por fin terminó, me acuesto, no duermo, sólo descansó, pero mis ojos se cerraron de a poco.

Me desperté por un dolor inusual en mis manos, abrí mis ojos, estoy atada de manos y piernas en una camilla, mi boca esta amordazada, la habitación esta toda oscura y sólo hay una luz que apunta directo a mi cara.

No puedo hacer nada mi fuerza me esta fallando, mi respiración se desespera y mis lágrimas corren por mis mejillas, quiero gritar, quiero salir.

Mi miedo se hace presenté cuando una puerta se abre delante mío, de ella entran dos personas, están con batas y mascarillas y con antifaz, no puedo visualizar si son hombres o mujeres, acaban de entrar y ni siquiera me prestaron atención, sólo se dirigieron a una mesa, que no veo, escucho como murmuraban, se colocan uno a cada lado, el de la derecha tiene una jeringa enorme y procede a infectarme, me muevo, trató de alejarlo, le suplicó que pare pero no me escucha, tengo una mordaza en la boca, le tengo miedo al contenido de la jeringa es morado con azul brillante y unos puntos blancos, no logró safarme, el otro me aplasta con todo su cuerpo para que dejase de moverme, el otro aprovecha y vuelve a infectarme. Siento cómo la sustancia recorría mi cuerpo, como recorre mi sangre como un relámpago, al igual que el dolor, es insoportable, mi cuerpo me pesa, me ardían las extremidades y se me corta la respiración, mi estómago se retuerce, como si le dieran martillazos, siento mis lágrimas como cascadas recorren mis mejillas, mis gritos ahogados llenan la habitación, mientras que ellos me miran asombrados, el dolor no disminuye al pasó que va, no lo soporto más, mis gritos son inútiles, nadie me escucha, nadie me ayuda.

Siento como algo es infectado de nuevo en mi, pero este calma de a poco el dolor, hasta que veo negro.

Me despierte desorientada, de nuevo en mi cama, me senté rápido, mala idea, todo mi cuerpo se retorcio, mi cabeza daba vueltas, miré mis muñecas, no habia marcas, no logró entender nada...

EvolucionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora