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Me desperté... No en una celda, tampoco en un laboratorio, menos en un hospital. Digamos no estoy en un sitio para el experimentó que soy, me encuentro en una habitación con muebles de madera y toques antiguos, amplía, luminosa, cama matrimonial, en frente un televisor plasma encima de una hermosa chimenea moderna, sillones negros con almoadones cuadrados, en medio una mesita de vidrio con tres controles uno negro, otro gris y el ultimo blanco. Hermosos tapices morados en las paredes que la rodean, un balcón con vistas hacia las montañas, ventanas enormes cubiertas por cortinas negras delgadas y largas, un armario enorme rodeado de muebles con adornos de vidrio o jarrones con hermosos dibujos, todo muy delicado, simplemente precioso.

Cuestión, me levanté y caí de rodillas al suelo, el dolor de cabeza no me dejaba ni respirar, me senté con cuidado en la cama, ya por lo menos pude abrir los ojos, mirar al frente e intentar pararme una segunda vez, objetivo logrado. No me preocupé en salir de la habitación, por lo menos era linda y acogedora, asi que me dedique a explorar cada centímetro, una puerta blanca lleva al baño y dos hersomas puertas de vidrio negro al balcón y la ultima puerta, de madera roja con los bordes dorados, al igual que el picaporte ovalado. Que seguro, es la puerta principal, supuse que estaría cerrada, ni me molesté en abrirla. Dediqué mi tiempo en observar desde el balcón el bello paisaje, pude notar una piscina enorme y que era una mansión. No se cuánto tiempo paso, pero el lugar es hermoso, parece estar en medio de la nada, todo muy silencioso, el sol se ocultaba entre las montañas y árboles, creando una belleza natural a simple vista, cuando desaparece por completó, me siento sola y pérdida, no se como explicarlo.

Tocan la puerta -Señorita, ¿Puedo pasar?- No reconozco la voz, pero es de una mujer.

No respondo, ella toca y grita varias veces, pero no pienso acercarme, me apoyó en la puerta del balcón, esperó a que se valla, varios minutos pasan, ella toca la puerta desesperada y se va corriendo, me apoyé en la puerta, intenté escuchar algún sonido, escucho como sigue corriendo y gritando un nombre, parece ser un pasillo largo, pero ahora viene una persona mas con ella y por sus pasos parece ser un hombre. Abre la puerta de golpe, un hombre de traje, parece un guardia:

-¿Que paso, Lisa?- Le hablo a la mujer de antes.

-Yo... Yo llamaba a la señorita y no respondía- Mencionó un tanto asustada.

El se voltea, me observa de pies a cabeza.

-¿Acaso no la escuchaste, pequeña?-

No contestó nada.

-¿Te estas haciendo la sorda...-

-¿Que hacen aqui?- Interrumpe un hombre con bata de científico, tiene guantes blancos de plástico, pero se los quita y los guarda en el bolsillo. Esta sonriendo pero en sus ojos refleja que no esta contento.

-Señor, no quise molestarlo- Se inclina en señal de disculpa -La señorita, no contestaba los llamados y pense que...- Deja de hablar y me mira.

-¿Que habia escapado? Dime ¿Alguna vez alguien se escapo de MI mancion?- Destaca el "mi".

-Disculpe si lo ofendi señor- Se inclina de nuevo

-No hay problema, pero ¿Por que estan aqui?-

-L..Laa señorita no atendía a mis llamadas en la puerta, me asuste y llame a un guardia, disculpeme señor- La mucama se ve aterrada.

-Deja la comida y se largan-

Dicho esto deja la comida en la mesita de luz y salen.

-Bueno ¿Tienes hambre?- Pregunta tomando un bocado.

-¿Donde estoy? ¿Quien eres?-

-La pregunta es ¿Quieres conocerme?-


EvolucionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora