3.

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Capítulo tres.

Apoyé mi brazo el respaldo de la silla para verles mejor.

Eran dos chicos.

Bastante guapos, para que mentir.

Uno de ojos marrón oscuro bastante brillantes se fijó en mí primero. Fruncí mi ceño e inspeccioné su cara. Facciones para nada marcadas, más bien ovaladas tirando a redondas. Parecía majo pero había algo en él que me daba curiosidad. ¿Sería su forma de fruncir sus labios al pensar? Parecía mas alto comparado al otro y su pelo era un degradado de rapados a diferentes larguras, más corto (o prácticamente sin pelo) en la parte de la nuca y el pelo se convertía más largo a medida que subía su cabeza.

El otro tenía ojos asilvestrados, una mezcla de marrón y verde. Tambien era, o parecía, un poco más alto que yo pero menos que el anterior. Su pelo estaba muy despeinado y era más claro, un marrón desgastado.

Me sonaban sus caras, ¿pero de qué? ¿Eran antiguos compañeros del colegio? Me quedé pensando de qué les conocía hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.

—Y esta...— me agitó bruscamente mi mejor amiga llamando mi atención—Es Andrea— presentándome les dediqué una sonrisa titubeante al final.

—Sergio, pero llámame Shooter o Shoot — dijo el primero en llamar mi atención esbozando una sonrisa que expresaba amabilidad. O eso esperaba.

Entonces mi mirada se dirigió al otro chico, el de los ojos verdes con una ligera barba que cubría parte de su mentón. Él sí lo tenía definido en un bonito ángulo.

—Yo soy Daniel, llámame Tarifa— también le devolví la sonrisa y me dediqué a resolver mi curiosidad.

—¿Nos conocemos de algo? Es que me suenan vuestras caras—

Ambos se miraron entre ellos. Parecían desconcertados. Tarifa alzó las cejas de golpe, fundiéndose con su frente.

—¿No eras tú la que había...?— empezó sin poder terminar la frase ya que el profesor le interrumpió.

—¡Andrea!¡Al pasillo!¡Ya!— vociferó desde la pizarra. Me giré, cogí mi mochila del suelo y me la cargué en el hombro derecho con el asa mientras me despedía de mi mejor amiga y mis "conocidos". Bajé los pequeños escalones de madera oscura mientras crujían tras mi paso. Me dediqué a apoyar mi mano sobre el frío pomo de metal tintado de oro que combinaba con el suelo mientras lo giraba en dirección para abrir la puerta, hacia la derecha, dediqué mi última mirada a la clase y conecté con la furiosa e impaciente mirada del Señor Smith, el matemático.

Al salir me senté en el probable sucio suelo de baldosas grises e intenté hacer memoria de lo que me podría haber dicho Daniel mientras veía pasar a varios alumnos. Algunos acompañados por profesores, otros con papeles y libros... La verdad que en este instituto nadie me sorprendía, hay alumnos de todo tipo y también profesores. Acabé comiéndome la cabeza pero nada, no conseguía acordarme.

Varias veces vi al conserje pasear por el pasillo con una escoba de la mano. Sus botas sucias chocaban contra el suelo que hasta hace minutos está impoluto, sin una mota de polvo, que ahora seguramente se vuelva a ensuciar.

—Hola— me saludó frente a mí. Él apoyó la barbilla en el palo de la fregona.

—Hola Sam— le dije al viejo conserje que llevaba aquí años y que ya varias veces me encontraba.

Me hizo una mueca indicando que me levantara a lo que yo asentí cogiendo mi mochila y el aprovechó para pasar los finos pelos del enorme cepillo por el sitio posteriormente ocupado por mi pequeño cuerpo "estudiantil". Él me lo agradeció con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios, haciendo que su tupido bigote se levantara levemente mientras mostraba sus marcados hoyuelos y seguía su camino doblando la esquina del pequeño pasillo.

Me dediqué a esperar unos minutos de pie, los cuales parecieron horas, para esperar a que se secara un poco ya que no quería ensuciarme con la extraña mezcla llena de productos químicos que desde hace tiempo había sido aplicada.

Por fin sonó el timbre, los pasillos empezaron a llenarse de alumnos cargados de libros de variadas asignaturas, incluidas algunas que no había visto en la vida y ni sabía de su existencia, y profesores yendo a sus correspondientes despachos que intentaban no chocarse con ninguno de los estudiantes. Me sacudí la parte trasera del pantalón como acto ya habitual y me levanté, esperando a que Claudia saliera, con las manos metidas en los bolsillos traseros de mis ajustados jeans.

—Al fin— pensé para mí misma en alto porque Claudia ya había salido de clase—Anda que no tardas, ¡eh! Podría haberme salido barba y todo— la dije mientras me reía levemente por lo que había dicho. Miré a su lado derecho y estaban los chicos de esta mañana. Yo les mire con una sonrisa sin mostrar mis dientes y elevando levemente la ceja.

—¿Shoot y tarifa?— cuestioné intentando acordarme de sus extraños nombres, a lo que ellos asintieron. Shoot prosiguió a hablar

—Estábamos hablando de los deberes de hoy— dijo con cara de cansancio, acomodando de nuevo su mochila.

—¿El primer día y ya con deberes?—pregunte incrédula y a la vez con un tono de estar harta.

Todos asintieron con no muy buenas caras. La verdad ya sabía de que era capaz ese profesor pero no pensé que llegaría hasta tal punto. ¿Los deberes serían estudiarnos las arrugas de su fea cara o las presentaciones de nuevos alumnos en la clase? Porque la verdad que no sé qué podrá haber explicado del temario en un día o mejor dicho el primer día.

—Vamos a la siguiente clase— dijo esta vez Tarifa. Todos asentimos.

Los chicos se fueron por su lado y Claudia y yo fuimos a clase de francés. Por los pasillos íbamos saludando a varias personas. Más bien a estudiantes que Claudia y yo conocíamos. Ella le cae bien a todo el mundo y todo el mundo a ella. Sin embargo en un grupo de personas que saludó estaba la que no podía ni ver ni en este país.

—Claudia— la advertí por lo bajo. Sabía que ya había empezado mal el día llegando tarde y que me peleara con la persona que menos ganas tenía de ver sería la gota que colmara el vaso hasta que me deshaogase.

—Tranquila, solo les voy a saludar—dijo intentando calmarme mientras nos dirigíamos allí.

Forcé una sonrisa que salió como una mueca de desagrado, lo que realmente sentía.

—Hombre, Andrea, ¿como tú por aquí?— sonó esa voz repelente a mi lado izquierdo. Su pija y cara vestimenta y poses me ponían de mal temperamento, de muy mal temperamento, y no quería peleas el primer día.

Capítulo editado y modificado.

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WENASS!❤

Mañana nuevo Cap 😏

Quien creéis que es la "enemiga" de tn?🔥

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora