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Capítulo treinta y ocho.

Refregué mis ojos con el dorso de la mano para mirar la hora.

03:04 a.m.

Después de aceptar la propuesta de Sergio, mi cabeza bombardeó con preguntas toda la tarde-noche, por eso me encontraba en medio de la oscuridad de la cocina.

Los chicos nos habían propuesto quedarnos a dormir, y como nueva novia, acepté. Grave error. Tuve que dormir con Sergio y, para colmo, sus gatos no pararon de maullarme y arañarme.

Balenceé mis pies hacia delante y atrás. La encimera de la cocina no era cómoda pero esperaba no tener que estar allí mucho tiempo. Sólo bajé a por un vaso de agua a las dos, y ahora a las tres, seguía hablándole a la nada sobre mis pensamientos.

No se escuchaba nada, solo el ruido de los electrodomésticos y mi respiración calmada. La luz de la luna se escondía entre unas nubes grises, tan opacas que no se veía nada en la cocina.

Acabé mi segundo vaso de agua de un trago y me limité a pensar.

¿Enserio estaba ayudando en esto a Sergio? Cuando lo "dejáramos" probablemente su novia me odiaría, eso con suerte de que no me presentase a sus fans.

Suspiré profundo cuando oí pasos amortiguados cerca. No me asusté, pues sería alguno de los chicos.

Él entró en la cocina y lo único que atiné a divisar fueron sus puntas teñidas de rubio.

Logan.

Abrió el frigorífico y como si no estuviera se sirvió un vaso de zumo. Apoyándose en la encimera, me miró con los ojos achinados y el ceño fruncido.

—Es un idiota— susurró con voz ronca de recién levantado. Me revolví incómoda y apreté levemente el vaso.

—No sé de quién ha...—

—Sergio— me cortó, haciéndome enmudecer.

¿Acaso él sabía leer mentes? No.

Además, no debía olvidarme de que seguía siendo el idiota de Logan.

—¿Qué tiene que ver conmigo?— pregunté cuando volvió a darle un trago a su zumo.

De espaldas, vi como sus hombros se hincharon y encogieron.

—Pensaba que te importaba— se cruzó de brazos y me miró interrogativo.

—Y lo hace, pero no de la manera que crees— fruncí mi ceño.

¿A qué venía eso?

Cogí aire y me desinflé. Mañana tendría demasiadas ojeras y pocas ganas de ir al instituto.

—No soy bobo.— me atraganté al oírlo, ¿iría a decir lo que estaba pensando?

—Oye, no no...— intenté cortarle.

—Sé que no te gusta la idea de ser su novia— me calmé al oírle, él no se había dado cuenta de que iba más allá de eso.

—Bueno...— balbuceé, pues no terminaba de estar errado.

—No sé a qué ha venido su propuesta, pero puede que le gustes— soltó de repente, encaminado a la puerta para irse.

Me callé. No, imposible. Si de hecho le estaba ayudando a recuperar a su ex novia.

—Estamos saliendo para ayudarle a recuperar a Sara— confesé, aunque juré a Sergio no hacerlo.

—Lo imaginaba, pero no entiendo cómo has sido tan tonta de aceptarlo— salió de la cocina y quedé de nuevo sola.

No entiendo cómo has sido tan tonta de aceptarlo.

Yo tampoco.





⚔⚔⚔

¡WENAS! 🐙🖤

Sé que estoy demasiado inactiva pero voy a intentar actualizar más seguido.

⚠️GRACIAS POR LOS 26K DE LECTURAS, OS AMOO⚠️

🖤🖤

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora