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Carraspeé la garganta algunas veces. No. Desde luego que no.

-Claro que no- dije restándole importancia, indiferentemente

-Tranquilo. Solo era una pregunta- dijo Claudia mirándome. Luego desvío su mirada de arriba hacia bajo por mi cuerpo. Pude sentir su mirada clavada desde mis zapatillas hasta la punta de mi pelo.

Permanecimos en silencio un rato. Solo nuestras miradas estaban puestas en el otro.

Desviando la mía, me digné a preguntar.

-Esto... ¿Pasa algo?- pregunté inseguro.

-Eh...- susurró en bajo- no- dijo al fin, encogiéndose de hombros- Solo que...- empezó, pero se vió interrumpida por unos gritos provenientes de las escaleras.

--Te pienso ganar

--Tu puta madre. A las muñecas ¿no?

Después de eso se oyeron algunos golpes en seco. Si Tn ya se había desecho de un problema, ahora tenía otro.

-Ay dios- dijo Claudia delante de mí, dándose en la frente- ¿Vienes?- preguntó mirándome de reojo, desde el primer escalón

-Si- supuse.

¿Qué estaba pasando?

Tn's POV

Nueve y media de la tarde/ noche. Estábamos en el BurgerKing. Y yo ya había montado jaleo.

Nada nuevo. Desde luego que nada se me daba mejor.

El niño, Oliver, intentaba tirarme al suelo. Si bien lo primero era llegar a tocarme, claro. Me enteré de su nombre ya que su "madre" lo llamó por ese nombre y éste respondió a su llamada

--¿Qué quieres Oliver?

--Un HappyMeal

Respondió él.

-A sí que un HappyMeal, ¿Eh?- le piqué, sabiendo que jugar con un niño enfadado era más divertido. Aunque también más peligroso, nunca sabes qué te va a sacar o quién te va a ver. No es lo mismo discutir con uno de tu edad que con un niño de diez años.

-Sí- respondió tajante- ¿Algún problema?- preguntó mosqueado

-Sí, muchos. Pero ninguno como tú- dije sujetándole la cabeza, ya que quería embestir de nuevo contra mí y tirarme por las escaleras.

-¿Entonces tú qué comes?- preguntó él, intentando distraerme para aprovechar y pegarme un empujón.

-Bueno- empecé pensando en alto, mientras mi voz se hacía más insonora mientras pensaba. Yo también pedía lo mismo.

-Sigo esperando una respuesta- dijo él, pegándome puñetazos casi no notables en las piernas.

-¡Otra cosa!- grité desesperada- No estamos aquí para hablar de eso- deduje al final.

Tras muchos más tirones de pelo, por mi parte, y puñetazos, por la suya, ví de reojo a Shoot y Claudia en lo alto de las escaleras de caracol. Cómo me vieran así me caía un sermón.

-¡Oliver!- grité llamando la atención del infante y haciéndole parar en seco- ¡Cuánto tiempo primito!- exageré e inventé agachandome a su altura y rodeando su pequeño cuerpo con mis brazos. Inmovilizandolo.

-¿¡Qué haces!?

-Teatro. Eres mi primo mientras esos dos nos vean, ¿Vale? Si lo haces, antes de irme me buscas y te doy cinco euros.

Resopló.

-Vale- dijo abrazándome también.

Después de unas miradas confusas de su madre y de mi par de amigos nos separamos y cada uno nos fuimos para un lado.

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora