4.

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Capítulo cuatro.

La respondí mentalmente, haciendo puños mis manos a cada uno de los costados.

Vamos al mismo instituto, ¿qué esperas?

—Anda si pensé que ya se habían desecho de todas las ratas— dije en alto con una sonrisa desafiante. Aunque suene raro de vez en cuando me gustaba enfadarme con alguien y quién mejor que ese animalito del bosque...

Fingió una arcada mientras me miraba mal.

—Que sepas que yo no soy ninguna rata— dijo mientras se echaba el pelo para atrás en un moviento rápido.

—¿¡Que haces loca?!— exageré llamando la atención de algunos del pasillo —¡Que me pegas los piojos!

Me perforó con la mirada y se fue con sus dos "amigas", aunque yo prefería llamarlas perritas falderas, a lo largo del pasillo. Ellas tenían la cabeza perfectamente personalizable ya que se dejaban influenciar por cualquiera.

—¿Ninguno os sentís mal?— pregunte un poco sarcástica cuando dobló la esquina. No me importaba que me oyera o no —Porque creo que a mí me ha pegado los piojos— dije a los chicos restantes que estaban ahí, los que por mi comentario echaron una leve risa.

Si os preguntáis por qué me llevo mal con ella fue porque aparte de que da mucho asco en sí, en primaria su novio se enamoró de mi y la dejó a ella, aunque a mí el no me gustase ni llegué a salir con él, nos tenemos un asco increíble las dos.

Sus "compañeras", o plastilina deberían llamarse ya que son perfectamente moldeables, eran las dos castañas de pelo y con ojos marrones. Tampoco tenían nada de lo que presumir, al igual que yo.

—Hola chicos— dije soltando un suspiro mientras giraba sobre mis talones y saludaba a Iván y Hugo.

Ellos eran hermanos e iban a mí misma clase desde primaria. Ellos fueron de los primeros amigos que hice al llegar. Los dos son rubios pero Iván con ojos marrones y Hugo verdes. Los dos son muy majos y se les quiere mucho. La verdad, aunque vienen de una familia de dinero y su ropa lo demuestra, no son como mi enemiga.

—Madre mía— dijo Iván mientras se reía porque le había hecho cara a Lara, la chica de antes.

Reí levemente

—Bueno chicos, nos vamos a tener que ir— dije despidiéndose de ellos mientras le cogía de la mano a Claudia para salir hacia clase —¡Adiós!— les despedí mientras nos íbamos por el pasillo y les dejábamos atrás con la palabra, o mejor dicho el Adiós, en la boca.

—¡Adios!— dijo Claudia —Adiós Hugo— dijo mirando a Hugo mientras le sonreía como una tonta y agitaba su mano mientras desaparecíamos por la esquina.

Sí, ella y Hugo pegaban muchísimo, los dos rubios y de ojos verdes... Pero ninguno se gustaba, solo habían habido besos de vez en cuando.

-Hija o estás enamorada o que lo que mamahuevos- dije refiriendome a la canción,- porque anda que no te quedas embobada ni nada cuando está hu...- dije mientras abría la puerta de clase pensando que habíamos llegado sobradas de tiempo y pensaba que había ese alboroto en clase con el que nadie lo oiría, pero la mano de Claudia se posó en mi boca, haciendo que parara de hablar. Entonces mire hacia la pizarra y dirigí mi mirada hacia arriba para ver el reloj. Llegamos 5 minutos tarde y por lo tanto al entrar todo el mundo nos miró centrados en nuestra conversación.

-Señoritas...- dijo la profesora bastante mayor refiriéndose a claudia y a mi- llegan tarde- dijo mientras todas las miradas se posaban en nosotras

Claudia se limitó a bajar la cabeza en modo de disculpa y yo abrí la boca para decir algo pero sentí q me golpearon en la parte posterior del tobillo. Era Claudia indicando que no dijera nada

-suspiró- tomen asiento- y señaló dos sitios, uno en primera fila y otro en última. Yo quería ir al de la última fila, estaba claro que no era una chica que prestara mucha atención en clase, pero Claudia se me adelantó y se sentó ella en el asiento que mentalmente nombré mío.

-Me debes una gorda- le susurré mientras le miraba mal y me dirigía hacia el sitio de adelante, pasando entre un recta fila de pupitres de madera, sintiendo miradas en mí debido al numerito que habíamos montado más el escándalo de ir corriendo hasta el sitio de la mesa del fondo.

Encima tenía al lado a la mejor persona de todo el mundo, nótese el sarcasmo. Me volví hacia Claudia y le hice un gesto de que la mataba, pasando mi dedo índice en una recta línea imaginaria por mi cuello, para volver a mirar al frente.

De verdad que hoy el mundo no estaba a mi favor, suficiente aguanté sin meterme en una pelea con Lara como para que ahora tenga que tentarme con discutir de nuevo con mi "compañera de al lado" aunque de ella no quería ser ni conocida. Soy de enfadarme muy rápido y seguramente no tarde en tocarme mucho los huevos y montar un número en clase. Lo que menos me apetecía era ser expulsada el primer día.

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JELOU!❤

Ya empieza el SALSEO y los SIGUIENTES CAPITULOS estarán LLENOS de ello 😏🔥

Se me ha hecho difícil escribir el último párrafo sin mencionar a la persona misteriosa¿? Para poder preguntaros...

¿Quién creeis que es?😏

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora