2.

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Capítulo dos.

No sé si el haberlo hecho más veces me tranquilizaba o me aterraba.

¿Y si esta salía mal?

Primero salté la valla de metal fácilmente ya que estaba en mal estado, aunque por ahí no pasaban personas, o por lo menos estaba prohibido. Empecé a sentir la adrenalina subir mientras recorría todo mi cuerpo. Sentí mi corazón bombear más fuerte y mis manos levemente sudadas.

No será tan difícil.

Avancé entre la poca maleza que había con la boca seca y me dispuse a saltar el parachoques de la autopista. Sí, iba a cruzar una carretera de cuatro carriles —dos de ir y dos de venir— separados por otro parachoques en la mitad, lo cual era lo único que me garantizaba un atisbo de confianza. Muchos pensarán que es de locos y yo también lo pensaba.

Dios mío, que estoy haciendo.

Decidida a volver hice ese amago cuando oí unas sirenas de policía cerca.

¿Que me pillara la policía o un coche?

Los vehículos pasaban demasiado rápido comparado a la señal 100, seguramente la mayoría fuesen a 120 o más. Mi pelo cobraba vida cada vez que un coche pasaba por delante, haciéndolo moverse con fuerza.

Con el corazón en un puño y el estómago apretujado me encaminé —O más bien corrí como un cervatillo— hacia el parachoques del medio. El olor a llanta quemada y desgastada contra el alquitrán de la carretera disparaba mis niveles de adrenalina y quemaba mis fosas nasales. La carretera estaba bastante desgastada, tenía bastante tiempo y muchos baches, la cual parecía una lija porque las pequeñas piedras que componían esa masa uniforme estaban bastante saltadas.

Salté el segundo parachoques, este estaba en mejor estado pero estaba también oxidado. Solo me faltaba correr un poco.

Solo un poco.

Volví a mirar la hora, las 8, y miré hacia atrás. Solté un suspiro, al menos la policía se había ido, pero yo seguía expuesta a un accidente. Apreté la mandíbula y dejé que mis pulsaciones se dispararan. Mi ritmo cardíaco amenazaba con romper mis costillas con sus fuertes pulsaciones. Para colmo, el poco aire que cogía no ayudaba. La primera parte la pasé bien, dentro de lo aceptable, pero en el último carril un Ford Mustang gris oscuro paso más rápido de lo normal. Mi pecho iba a estallar y con un poco de suerte, resistir a un paro cardíaco.

Admirabé el brillante lustre que tenía, parecía nuevo. No tenía pensado esparar ahí a que pasara y me pillara, por lo que —a pesar de la parte de mí que decía que moriría— apoyé mis manos temblorosas en el capó del coche y le salté como en un potro de esos de gimnasia. Si antes sentía bombear mi sien, ahora ni lo sentía. Antes de terminar de saltarlo miré a la luna del coche y les sonreí, no les vi bien las caras ya que la luna reflejaba la luz del sol. Al acabar ví que me desvié un poco a la derecha por la dirección del coche pero salte rápido el resto de vallas y ya me metí en el patio del instituto.

Dejé que mi adrelanina disminuyera considerablemente hasta el punto en el que mis piernas temblaron como gelatina.

—¡Oh, SI!— grité con una sonrisa tonta. Ni siquiera pensé en haber sido capaz de hacerlo. Intentando calmarme volví a gritar —¡¿Quién lo hizo?!— Esta vez murmuré para mí —Oh sí, oh sí— dije llamando la atención de varias miradas, pero decidí ignorarlas y entrar ya que ya llegaba tarde por 5 minutos.

Corrí por los pasillos, aun estando prohibido y abrí directamente la puerta, creando un audible sonido. Todas las miradas se posaron en mí, incluida la del profesor.

—¿Andrea?— me preguntó el profesor.

Maldije en mi cabeza. Era el mismo hombre canoso y amargado que me tenía manía el año pasado y supongo que este también. Cogí todo el aire que necesitaba y respondí.

—La misma— respondí sonriéndole, provocando algunas risas de fondo. Mi sonrisa se esfumó al ver la cara de él.

—No se haga la graciosilla conmigo. Llega tarde— retrucó el profesor subiendo las gafas que se escurrían por el puente de su nariz. Esperaba una justificación por mi retraso.

—Eh... Pues...— titubeé —Fue mi perro que pues...— aclaré mi voz. —Llegué tarde de pasearlo— dije intentando parecer creíble mientras buscaba a Claudia con la mirada.

Claudia era mi mejor amiga desde que tengo uso de razón. Era más alta que yo y, notablemente, más guapa. Siempre había sido la típica rubia con ojos verdes que cae bien a todo el mundo y no se lleva mal con nadie. Es responsable y organizada. Lo contrario a mí.

—Bueno, siéntese, pero esa excusa ya la utilizó— respondió a duras penas el profesor, girándose a la pizarra para seguir con su clase.

—Es que los perros son una gran responsabilidad— forcé una so risa ladeada mientras subía los escalones hasta el sitio de Claudia. Él me miró desafiante y de mala manera y siguió con lo suyo.

—¿Que horas son éstas?— preguntó sin darme siquiera tiempo a sentarme.

La miré alzando una ceja y saqué al menos mi estuche.

—Hola a ti también— respondí evitando el tema. Se rió en bajo y comprobó que el señor molesto que tenía como profesor no nos escuchara. Nosotras nos sentábamos en una de las filas de atrás y a su vez una de las más altas.

—Sí, lo que digas— alisó un mechón que caía por su coleta con el dedo. —¿No piensas contarme?— se rascó la nuca mientras apoyaba el codo en la mesa. Le gustaba mucho los cotilleos.

—¿Vas a insistirme todo el día?— la miré reojo y esta vez fue ella quien alzó la ceja. Me di cuenta de lo despeinada y roja que me encontraba por correr tanto. Mi pecho subía y bajaba irregularmente por mi respiración agitada.

—Suéltalo— se pegó más a mí, mirándome inquisitiva.

—He cruzado la autopista— mordí el interior de mi mejilla reprimiendo una risa. Claudia estaba estupefacta.

—Un día de estos me iré preparando las  herencias que recibiré— dijo irónica y las dos reímos por su comentario. —Y también una llamada de lamento a tus padres— añadió mirando al frente de la clase.

Golpeé su hombro cariñosamente y resoplé en bajo. Aún así oí unas risas leves detrás de nosotras.

Claudia también lo había notado. Nos miramos y asentimos a la vez que nos giramos.

Capítulo editado y modificado.

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HOLA!❤

Qué tal estaiiis?

Yo sigo muy emocionada con esta historia y tengo muchas ganas de publicar el siguiente capítulo 😏

La verdad que quería esperar a que la historia cobrara un poco más de sentido y quería añadir un poco más de SALSEO, pero ya en los PROXIMOS CAPITULOS la SKUAD estará presente 😏🔥

Ganas?

Mi Más Bonita Casualidad || ShooterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora