POV AMAIA
He pasado la semana bastante bien, aunque he tenido momentos de bajón, pero no sé es por trabajar con Ana que es imparable o porque de verdad la cosa se ha calmado un poco, parece que estar juntos en el mismo lugar ya no es tan terrible, aunque a parte de pasarme la sal o una servilleta apenas hemos hablado.
Estaba empezando a sentirme bien aquí dentro, y aunque solo tuviera su música, empezaba de nuevo a sentirme bien con él, era como si volviera a conquistarme, como si me costara de nuevo un mundo alejarme de él, aunque nunca quise que esto pasará, nunca quise tenerlo más que un amigo o alguien con quien compartir una pasión como es la música, pero la vida es así de montaña rusa, cuando quieres darte cuenta todo ha cambiado. Ahora estaba pasándome algo parecido, pensé que me había curado, que podía volver a tener una vida sin pensar en él y bum...me lo pone el destino de nuevo en mi camino.
Y sé que tengo que mantener mis sentimientos bajo control, porque por mucho que cambie las cosas él nunca va a volver a sentir como antes, sé que, aunque intenta no demostrarlo, aún sigue odiándome, y eso no va a cambiar, aunque tengamos que convivir durante tres meses juntos.
Pero lo que yo sentía cada día, era distinto, sentía que mis sentimientos estaban ahí, que estaban poco a poco volviendo a florecer, y a pesar de que sabía que iba a doler mucho, no podía evitarlo, porque a pesar de todo, amarlo, fue una de las cosas más bonitas de mi vida.
Estamos en clase de yoga y nos toca un ejercicio en el que todos nos tapamos los ojos, y entonces a uno le toca levantarse y abrazar a otro sin que este sepa quién eres, era una forma de transmitir tu cariño sin que nadie más nos viera, era una manera de crear un mundo entre dos personas, y solo pensar en ello mi mente se iba a él, pero no, no podía hacerlo.
Cuando llega mi momento tengo claro que lo mejor es darle el abrazo a Aitana y hacia allí que voy rápidamente. La abrazo con todas mis fuerzas por su espalda mientras beso su mejilla una y otra vez. Ella es mi mejor amiga aquí dentro, cuando la conocí pensé que nunca podría llegar a ser su amiga, pensé que era distinta, pero en dos semanas hemos conseguido una confianza que nunca antes había tenido con nadie, bueno si, quizás con él. Cuando voy a levantarme escuchó como me dicen que elija a otra persona y yo no puedo dejar de mirarlo a él, ¿me atrevería a hacerlo? ¿Aceptaría él mi abrazo? No, no puedo hacerlo, cabeceo intentando mantener las lágrimas bajo control y miro hacia su derecha donde esta Ana y pienso que es la mejor opción porque ella también me ha apoyado todo este tiempo, ella ha estado ahí cuando la necesitaba y es la mejor compañera que podría tener. Camino despacio hacia ella, colocándose justo detrás de ella, pero entonces me doy cuenta de que no puedo, no puedo hacerlo tengo que dárselo a él.
Antes de arrepentirme me pongo de rodillas detrás de él y lo abrazo con fuerza y siento como se tensa, sin duda sabe que soy yo. Siento miedo de repente de que se levante y se vaya, pero entonces siento como poco a poco se va calmando y yo acaricio su mano con la mía mientras siento como los ojos me pican y entonces recuerdo la primera vez que sentí como solo con una caricia hacía que mi cuerpo se derritiera, recuerdo aquel día en que por mucho que decía que no, al final no pude evitar caer, no pude evitar dejarme llevar por lo que este chico raro me hacía sentir.
He vuelto a quedar con él la verdad es que no sé por qué, no sé si es porque estoy sola o porque me gusta su compañía. La verdad es que tiene un aura mística que me atrae y además ha hecho que me sienta bien cada vez que lo he visto.
Cuando llegó a su encuentro allí está de pie con una sonrisa siempre puesta en la cara y esa mirada intensa que hace que casi las piernas me fallen.
-Esta vez si has llamado.
-Te dije que lo haría ¿no?
-Si, pero ya no se ni que pensar-dice con una sonrisa- ¿damos un paseo?
-Claro-digo con una sonrisa y paseamos él uno junto al otro hablando de lo que más nos une la música.
-Entonces te gusta The Beatles.
-Claro son un referente para mí, me gustan desde hace mucho. Pero también me gusta el Kanka, Rozalén, Rosalía... me gustan los grupos alternativos, no sé soy especial para la música.
-Ya veo...¿alguien de por aquí?
-Bueno conozco una canción que me gusta mucho.
-Vas a tener que cantármela.
-Quizás en otro momento-digo con una sonrisa y lo veo sonreír, y entonces nos quedamos mirándonos fijamente y siento un cosquilleo en el estómago. Y entonces, empieza a llover chirimiri, pero cuando queremos darnos cuenta empieza a calar en nuestros cuerpos. - ¿Y ahora?
-Ven-dice agarrándome de la mano y salimos corriendo por las calles hasta que nos metemos dentro de un edificio, ambos cansados por la carrera y empapados, pero sin poder dejar de sonreír.
-Madre mía, con el chirimiri.
-Si que moja ¿eh? -dice con una sonrisa y no puedo evitar reírme.
- ¿Dónde estamos?
-Es mi casa. Si quieres podemos entrar y secarnos o si no podemos esperar aquí a que descampe-dice nervioso sacándome una sonrisa. Le agarro de la mano y tiro de él hacia el interior.
-Es chula, ¿vives con tus padres?
-Bueno ahora no, es las casa de mis padres, pero hace meses que se fueron a vivir a Valencia con unos tíos míos. Ahora vivo sólo.
-Guau-digo sorprendida viendo todo el orden de la casa-yo no podría vivir sola, madre mía con lo desastre que soy-digo haciéndole reír.
-Terminarías cambiando o te comería la mierda-dice riéndose y yo me río con él, tiene una risa demasiado contagiosa. -Toma para que te seques. Si quieres puedo sacarte algo de ropa mía, no sé cómo te quedara, pero...
-Está bien-digo con una sonrisa dirigiéndome hacia el baño, con un pantalón de chándal suyo y una sudadera.
Cuando me cambio y salgo veo que él también ha hecho lo mismo y que esta con el guitarra sentado en el sofá, perdidos en las notas que salen de la guitarra.
- ¿Qué tocas?
-Oh, aun nada.
- ¿Nada?
-Bueno, me gusta componer, por eso aun no es nada.
-Oh que chulo, yo creo que no valgo para ello.
-Todo el mundo vale, sólo tienes que ponerse en serio. Toma, tócame esa canción de aquí que te sabes-dice entregándome la guitarra y yo me siento a su lado en el sofá con la guitarra en la mano, cierro los ojos y empiezo a tocar mientras las palabras salen de mi boca, y entonces escucho como él me sigue, haciendo las segundas voces y lo miro y veo como siente la música, como la canta con tanto sentimiento, y me doy cuenta de que a pesar de que nunca me hubiera imaginado fijarme en alguien como él, no puedo evitar sentirme atraída, como si de un imán se tratase.
Paro de golpe, dejando la guitarra a su lado y salgo hacia el balcón mirando como la lluvia fuera sigue cayendo, enseguida lo siento detrás de mí y mi cuerpo se estremece a pesar de que ni si quiera me ha tocado.
-¿Estas bien? -pregunta casi en un susurro cerca de mi oído y siento como todo mi cuerpo tiembla, me doy la vuelta encarándole y nuestras miradas se unen, y nunca antes he sentido una conexión así con nadie, nunca, y antes de darme cuenta, estaba colocando mis manos en su cuello y juntando mis labios con los suyos, en un beso que no quería que tuviera fin.
Continuará...
Espero que os haya gustado el capítulo, mañana seguimos donde lo hemos dejado, tanto en el pasado como en el presente y como ese abrazo y esos recuerdos pueden o no afectar a lo que ahora están viviendo. Mil gracias a todos por leer y por los comentarios.
XXOO
Twitter: tamyalways
ESTÁS LEYENDO
Nos volvemos a encontrar
RomanceAmaia pasa su ultimo verano antes de entrar en la Academia, en Barcelona junto a su hermano, allí conoce a un chico que cambia su vida por completo. Algo provoca que que se separen, y no, no es una buena separación. Cuando creen que pueden dejar to...