Capítulo 32

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POV ALFRED

Ha llegado el sábado, apenas vamos a tener tiempo para ensayar y eso me tiene algo preocupado, hasta que abro los ojos y la veo allí dormida a mi lado, entonces me doy cuenta de que nada puede ir mal, es más me doy cuenta de que esto es lo verdaderamente importante.

La miro con una sonrisa aprovechando que sigue dormida, pero sabiendo que me queda poco tiempo para disfrutar de este silencio, de esta paz antes de que la vida vuelva a la Academia.

Cuando todo esto empezó no podía imaginarme todo lo que me he encontrado, a unos amigos que me llevare para siempre, a los cuales tendré que agradecerle seguir aquí y todo lo que viva a partir de ahora, y sobre todo, me he reencontrado con ella, eso ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Tanto querer odiarla, pero como iba a odiarla, es imposible odiarla quien la odie no tiene corazón.

Acaricio su cara con una sonrisa disfrutando de sus hermosos rasgos. Beso su nariz despacio haciendo que se mueva quejándose por haberla despertado, una sonrisa aparece en mi cara al ver su pucherito.

Empieza a estirarse haciendo ruiditos y sonrió mientras la miro sin creerme aun que esto este pasando.

Cuando abre los ojos despacio, poco a poco va enfocándolos en mi, entonces su boca se abre en una amplia sonrisa. Nos miramos ambos sonriendo y le hago gestos haciéndole reír. Y entonces ambos nos miramos con intensidad y coloco ni mano en su rostro apartando su pelo de su cara y la veo morderse el labio haciendo que la boca se me seque, y entonces veo como coloca su mano en mi cuello enredando su mano en mi pelo haciendo que la piel se me erice, y entonces, la veo acercarse y juntar sus labios con los míos en un tímido beso de buenos días.

Suspiro en el beso mientras paso mi mano por su cintura para acercarla aun más, para hacer el beso aun más íntimo. Pero solo el roce de nuestros labios se me queda corto, necesito más mucho más, y por eso, paso mi lengua por su labio inferior, pidiéndole permiso para avanzar, y cuando su boca se abre dejando que mi lengua busque a la suya, siento como todo mi cuerpo tiembla, y siento como su piel se pone de gallina sacándome una sonrisa.

Me acercó más, o al menos lo intento, pero es imposible hacerlo en esa posición, por lo que me muevo colocándome sobre ella mientras continuó besándola, mientras continuó jugando con mi lengua con la suya, hasta que tenemos que separarnos para poder respirar.

Entonces nuestras miradas se cruzan y siento como un escalofrío recorre todo mi cuerpo y como siento que me excito, tanto que siento como se va creando una erección ahí abajo. Nos miramos con tanta intensidad, que no hace falta decir nada, y bajo mi boca hacia su cuello, dándole toda mi atención, besándolo, mordiéndolo, chupando, seguro de que iba a dejar una buena marca, pero aun así no paro al revés, eso me excita aun más.

Escucho como un gemido sale de su boca, y me lo tomo como una señal para seguir. Paso mis manos por sus piernas dejando un reguero de calor allí por donde mi mano pasa. Aparto mi boca de su cuello para poder mirarla y veo como me mira con unos ojos negros llenos de deseo y entonces me acerco para besarla cuando...

La música lo inunda todo, haciendo que ambos volvamos a la realidad y nos demos cuenta de donde estamos. Frustrado me separo de ella y me tapó como puedo, aunque es imposible tapar la erección que tengo entre mis piernas. La miró haciendo un pucherito y veo como resopla sin duda igual de frustrada que yo y eso me hace sonreír y darme cuenta de que esto es real, que no fue sólo un sueño y eso me hace sonreír, pero mucho.

Dejo un beso en su mejilla y me levanto antes de que el resto empiece a hacerlo, para no levantar sospechas, aunque que yo sea el primero ya es suficientemente sospechoso.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora