Capítulo 47

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POV AMAIA

Un mes después de salir

El tiempo pasa volando no puedo creerme que  ya haya pasado un mes desde que Roberto dijo mi nombre en la gala final. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que apenas he podido asimilarlo todo.

Cuando salimos y vimos todo lo que había pasado mientras estábamos dentro, hizo que me asustara, habían pasado cosas increíbles en un abrir y cerrar de ojos. Gente a la que admiraba me pedían cantar con ellos, gente que pensé que eran intocables querían quedar conmigo, tenían un montón de seguidores en las redes cuando ni si quiera publicaba nada, habían miles de gente esperándonos allí donde íbamos, y empezar los conciertos y ver cómo Vistalegre o El Palau, estaban llenos, era increíble e impensable hace solos unos meses. Estaba como en una burbuja no podía asimilar todo lo que me estaba pasando, y a la vez ya estaba empezando a preparar cosas para sacar. La verdad, si no hubiera sido porque mi hermano se ocupó de gran parte de todo eso, creo que me hubiera vuelto loca.

Pero dentro de toda esa locura, estaba él, a él le estaba pasando lo mismo, estaba viviendo algo parecido y eso hacia que nos entendiéramos mejor que nunca. Salir y ver toda la repercusión que habían tenido nuestros actos allí dentro fue complicado de asimilar, y sobre todo cuando los primeros días teníamos una cámara siempre detrás preguntándonos sobre nuestra relación, esa que ambos pensamos que habíamos sabido guardar de miradas curiosas, aunque supongo que una mirada siempre dice mucho más que un beso.

Al principio recuerdo que me agobie un poco que me preguntarán todo el rato sobre él, pero me di cuenta, nos dimos cuenta de que si lo tratábamos con naturalidad, al final todo se acabaría normalizando, y aunque aún nos siguen preguntando un mes después, ya no nos sentimos perseguidos.

Aún recuerdo aquellos primeros días nada más salir. Volver a casa, sentirme de nuevo en mi habitación y sin él, tuve miedo a recaer, tuve miedo de echarlo tanto de menos que ese miedo volviera a mi. Pero algo había cambiado desde esa última vez, aunque no estaba físicamente a mi lado, si estaba a mi lado. Nuestras conversaciones eternas durante la noche, los mensajes a cualquier hora cuando veíamos algo que nos recordaba al otro. Todo eso me animaba y me hacía darme cuenta de que estábamos juntos en esto y que pronto nos íbamos a ver, aunque ese pronto a veces se hacía eterno.

Los días que nos veíamos para ensayar o simplemente porque teníamos un día libre y queríamos pasarlo juntos, era lo mejor. Me llenaba tanto de energía ese tiempo que podía esperar todo lo que hiciera falta solo por volver a vivirlo. Esos pequeños momentos juntos merecía la pena cualquier espera, aunque tenía claro que no quería que eso durará para siempre y por eso le había dicho a mi madre mi intención de irme a Barcelona a vivir, era lo mejor para mí carrera y además...él estaba ahí.

Pero eso tenía que esperar, quería acabar piano allí y para eso aún quedaba, quería disfrutar del verano, de los conciertos, de estar todos juntos y por supuesto de estar con él todo el tiempo posible.

Tenía concierto aquí con los chicos en unos días y además, iba a darme una recepción por mi victoria en el programa, quería que él viniera pero me había dicho que hasta el día del concierto no iba a poder llegar porque estaba con cosas de su disco, lo entendí aunque me había echo muchas ilusiones con que pudiera venir y pasar unos días juntos antes de que llegarán el resto para el concierto, tenía muchas ganas de enseñarle donde vivía, de enseñarle mi hogar como él había echo durante el concierto en el Palau, y aunque me hubiera gustado que fuera ahora, sé que ese momento iba a llegar y solo por eso estaba tranquila.

Mis padres, mis hermanos, mis abuelos, mis primos, mis tíos, mis amigos, todos estarán ahí conmigo este día tan especial, estaba lista y preparada aunque sin duda nerviosa, me habían dicho que ya había un montón de gente en la plaza del ayuntamiento y eso me tenía ilusionada a la par que nerviosa, estaba lista para salir cuando escucho como golpean en la puerta.

-¿Si?

-¿Has acabado Amaia?

-Si mamá-digo mirándome por última vez en el espejo antes de salir.

Cuando lo hago veo a mi madre mirándome con una amplia sonrisa.

-¿Qué?

-Esta muy guapa cariño-dice sonriendo mientras me insta a que baje las escaleras. Yo tomó aire y bajo las escaleras esperando encontrarme con toda mi familia allí abajo, pero lo que no esperaba para nada, era verlo a él allí, justo al final de la escaleras con una sonrisa puesta en su cara, una sonrisa que marcaba esos hoyuelos que le salían, una sonrisa que me dejaba ver sus paletas separadas y una sonrisa que le achinaba los ojos y antes de ser consciente siquiera, estoy bajando las escaleras de dos en dos corriendo con los brazos extendidos hasta lanzarme a él, haciendo que se trastabille un poco y casi nos tire a los dos, pero consigue mantener le equilibrio y nos fundimos en un abrazo fuerte, en el que ni si quiera el aire era bienvenido. No sé cuánto tiempo llevamos así abrazados cuando siento como poco a poco se separa y cuando nos miramos ambos estamos sonriendo con todas nuestras fuerzas.

-Pensé que no podías venir-digo casi en un susurro y lo oigo reír antes de volver a abrazarme.

-Era una sorpresa-dice sacándome una sonrisa antes de volver a separarse y volver a mirarme y aunque estamos rodeados de toda mi familia y me muero de la vergüenza, no puedo más y me acerco para juntar sus labios a los míos en un pequeño beso pero con la promesa de agradecerle está sorpresa como dios manda cuando estemos solos.

-Anda chicos vamos que llegamos tarde-dice mi padre con una sonrisa abriendo el cortejo y todos les seguimos.

Cuando llego a al ayuntamiento y veo toda la gente que ahí allí siento con me sudan las manos de los nervios, esto es un sueño, que digo ni si quiera en mis mejores sueños hubiera pensado que esto era posible. Enseguida siento como su manos se enreda con la mía, sin necesidad de decir nada él está ahí apoyándome.

-Sal ahí. Todos y cada uno de ellos están aquí por ti.

-Pero no sé qué hacer.

-No tienes que hacer nada, solo tienes que ser tu-dice guiñándome un ojo.

-Ven conmigo-digo tirando de su mano hacia el balcón.

-No yo...

-Por favor-digo suplicándole y lo veo asentir mientras ambos caminamos hacia fuera seguidos de toda mi familia, y cuando salimos y todos nos ven los gritos son ensordecedores, y no sé cómo me siento, es algo indescriptible pero solo tener su mano apretando la mía me hace ser más valiente, me hace sentirme en tierra firme.

-Hola-es lo único que logró decir y todos gritan y lo miro y sonrió esto es increíble-estoy flipando, muchas gracias por venir a todos-digo y todos vuelven a aplaudir-queremos daros las gracias los dos y todos por comprar todas las entradas, es increíble.

Y todos aplauden de nuevo y entonces empieza a gritar que cante y yo no sé que cantar, estaba desconcertada y entonces siento como él me tira de la mano y me anima a hacerlo, le sonrió y con más ánimo y fuerza cojo el micro entre mis manos, cierro los ojos y canto, canto para todos los que me siguen, para todos los que me apoyan cada día, para esos que espero que dentro de unos años estén ahí conmigo, con mi música, siempre. 

CONTINUARÁ...

Gracias a todos por leer, mañana más, el final está muy cerca, solo quedan dos capítulos y me da pena pero a la vez estoy feliz de que os haya gustado.

XXOO

Twitter: tamyalways

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