Capítulo 9

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POV ALFRED

Ha llegado el día de la gala y no me encuentro del todo bien, estoy volviendo a los primeros días, estaba otra vez sintiendo que las paredes vuelven a estrecharse a mi alrededor.

Tengo tanto miedo de tenerla a mi lado, tanto miedo de volver a dejarla entrar en mi vida, que estoy volviendo a comportarme con ella como un capullo, algo que le prometí que no haría, pero es que el miedo me paraliza y a veces me hace ser un idiota.

Creo que el resto está notando esa tensión entre los dos, que estoy consiguiendo lo contrario de lo quería desde un principio que nadie se diera cuenta de nada.

Pero cuando la veo, siento de nuevo un vuelco en el corazón, cuando la escuchó cantar, una sonrisa aparece de nuevo en mi cara, cuando la siento tan cerca que solo nos separa un palmo, solo pienso en tocarla, y cuando me toca, siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Todo eso ya lo he sentido antes, y también ese dolor que me prometí a mí mismo no volver a sentir, así que ahora solo huyo de ella e intento alejarla haciéndole daño, y consiguiendo con ello que algunos de mis compañeros se ponga de su lado, y lo entiendo, a la vista de todos soy un capullo, pero en realidad, solo soy una persona que tiene miedo y que lucha para evitarse más dolor.

Ha llegado el día de la gala y quiero estar bien, quiero que la música lo cure todo, pero de nuevo la veo, de nuevo casi siento como su piel toca la mía, y de nuevo vuelvo a ponerme esa coraza.

-Son solo dos por personas-digo mirando su plato y veo como su cara cambia.

-Le he dado el mío Alfred-dice Ana y me siento un idiota por ser así, pero no sé qué coño me pasa cuando me siento así, con esa presión en el pecho y ese agotamiento que no me deja ni pensar- ¿puedo hablar contigo un momento? -dice tirando de mi hacia la habitación y yo el sigo sin decir nada.

-Tu dirás-digo mirándola.

-Mira Alfred, no sé qué te pasa con Amaia, no sé si os ha pasado algo o no, pero estas siendo muy cruel con ella. Creo que si te ha molestado algo deberías decírselo y ya está.

-Me ha molestado eso y se lo he dicho.

-No te comportes como un crío-dice riñéndose. -De verdad sé que eres un gran chico, lo sé porque he aprendido a ver a través de esa coraza que tienes, pero si sigues comportándote, así como un idiota, la gente va a pensar que lo eres, y no lo eres.

-Me da igual lo que piense la gente.

-Lo sé, pero es injusto que no verán al verdadero Alfred ¿no? -dice mirándome fijamente y dejándome pensativo. -Piensa en eso tan grave que te ha hecho y piensa si quizás no es una tontería o quizás un malentendido o quizás la culpa no sea del todo de ella. Piénsalo ¿sí? -dice dándome un beso en la mejilla y dejándome allí con la cabeza echa un lío, y pensando si no tiene razón, pensando en que quizás la culpa fue mía por ver más allá de lo que era, por ver algo donde no lo había.

He quedado con ella después del beso de ayer. Quiere hablar conmigo y por su forma de decirlo no sé si me va a gustar o no esta conversación.

La veo llegar y siento un nudo en el estómago, porque si, no voy a negármelo a mí mismo, he sentido algo por ella en estos días, algo que nunca pensaría que podía llegar a sentir tan rápido, me gusta, me siento muy bien con ella y quiero disfrutar de esto, aunque sea solo un poco más.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora