Amor de Atletas. (Jungkook. Fanfic) [Completada]

C a p i t u l o 7 #2

SU MIN

Me estaba empezando a despertar cuando sentí una fuerte presión en mi rodilla. Me quite rápidamente la sabana que tapaba a esta. Abrí mis ojos de par en par al ver que mi rodilla estaba muy hinchada y de un color morado muy definido.

—¡Yu Qi!—no puedo dejar pasar esto. Me duele mucho.

Ella se levantó rápido al escuchar mi grito, se dirigió a mi cama, al mirar mi rodilla se echó para atrás por la impresión.

—¿Q-qué te sucedió?—me miró con asombro.

—Me había caído ayer en la práctica pero pensé que era un dolor pasajero. Llama a una ambulancia, por favor—corrió, tomó su celular y empezó a marcar los números.

Tomé mi celular de la mesita. Marqué al número de Jimin.

—¿H-hola?—se escuchaba aún dormido.

—Jimin, iré al hospital, necesito que le digas a kook—miré como Yu-Qi empezaba a meter ropa en una mochila.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Te pasó algo?!—quité el celular de mi oreja al escuchar los gritos de Jimin.

—Estoy lesionada. Mi compañera de cuarto ya llamó a la ambulancia. ¿Dónde está Kook?—suspiró.

—Acaba de salir a entrenar. No te preocupes, iré en persona a decirle lo que pasa ¿Bien?—yu qi se acercó a la ventana, me hizo una señal de que la ambulancia ya estaba afuera.

—Me tengo que ir, Jimin. Si hablas con Jungkook, por favor dile de una manera tranquila y relajada ¿Bien?—rió un poco.

—Claro—le colgué.

—Ven, te ayudaré—me levanté de la cama con la ayuda de Yu Qi. Ella tomó la mochila que contenía ropa.

Al salir de la habitación no había muchas personas por el pasillo. Bajamos las escaleras. Al llegar afuera había mucha gente.

—¿Su Min?—me miró asombrada la entrenador—¿Qué te sucedió?

—Debemos irnos, señorita—habló el paramédicos.

Le hice una pequeña reverencia a la entrenadora.

Con ayuda de Yu Qi y del hombre, me subí a la ambulancia. Espero que esto no sea algo que pueda y me quite la ida a las regionales, eso sería algo triste y doloroso para mi corazón, o aún peor, que mamá y Min Hyung se enteren.

La ambulancia empezó a andar. Estaba sentada sobre una camilla y Yu Qi estaba a mi lado mirando como el paramédico inyectaba algo en mi rodilla. Sentí dolor.

—¿La hinchazón cuando empezó?—me preguntó el paramédico.

—Hoy en la mañana—tomó nota en una pequeña libreta.

—¿Cómo sucedió el accidente?—me miró.

—En las prácticas de ayer. Había hecho un giro y caí al suelo sobre mi rodilla—asintió.

No preguntó más, solo miraba mi rodilla.

Al cabo de unos minutos ya habíamos llegado al hospital. Me bajaron en la camilla. Cuando entramos al hospital algunos médicos miraban la escena, fue allí cuando llegó un medico de unos cuarenta o treinta años.

—¿Accidente o golpe?—el doctor miró mi rodilla y le preguntó al paramédico.

—Fue un accidente pero el golpe se lo llevó por completo en la rodilla—el paramédico le respondió.

—Bien. Vamos a urgencias—yu qi estaba a mi lado, cuando escuchó eso abrió sus ojos de par en par.

Los paramédicos me movieron con la camilla por un pasillo angosto. Al ver en una puerta que decía: sala de emergencias, mi corazón se detuvo. Entramos por un pasillo, pero había habitaciones, entramos a una de estas. El paramédico me ayudó a bajarme de la camilla y me dejó sobre la cama que acompañaba a la habitación.