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Capítulo 30 (contenido +18)

KAI

Joder, no puedo creer que hayamos comprado toda esta mierda

Dejo las bolsas sobre la encimera de la cocina y poco a poco vamos colocándolas en las estanterías. Se me cae la baba viendo a Jade colocar los productos, me parece adorable la forma en la que frunce el ceño para concentrarse en colocar cada cosa en su sitio.

Íbamos a comprar sólo lo de la pizza, pero al final nos hemos traído medio supermercado, así que tardamos un buen rato en poner todo en su sitio.

—Mete la tarta en la nevera o derretirá —pide tendiéndome la caja de cartón.

Se ha empeñado en que teníamos que comprar una tarta porque aún no habíamos celebrado mi cumpleaños y tenía ganas de hacer algo especial.

La única razón por la que le he dicho que sí es porque quiero llenar su cuerpo de chocolate para después limpiarlo con mi boca.

Suena su teléfono, pero está ocupada subida en un taburete intentando colocar las cosas en la estantería de arriba, así que lo cojo y se lo paso después de mirar la pantalla.

—Es Santaclaus —pongo los ojos en blanco y le paso el móvil.

—¿Sí? —pregunta al descolgar —. Erin, hola —me mira y pone mala cara. Ha entendido lo de Santaclaus y yo estoy riendo a carcajada limpia —. Sí, sí, estoy con él. Bien, sí, ¿ocurre algo? Oh, es eso —me mira y hace una mueca con la cara —. Por mi sí, claro, ¿cuando es? —¿cuando es el qué? Frunzo el ceño —¿Mañana? Ah, vale, el que viene, perfecto. ¿Tendría que llevar algo? ¿De verdad? Supongo que Kai sabe dónde es, sí. Vale, pues nos vemos, estoy deseando conocerla —ríe tímida y se despide antes de cortar la llamada.

—¿Qué coño quería? —me acerco a ella y le tiendo mis manos para ayudarla a bajar del taburete.

—Vamos a cenar con mis abuelos el jueves, hay una gala benéfica.

Maldigo para mis adentros.

Mierda, había olvidado la gala.

—Tú no vas a ir —hablo serio y la señalo.

Hay demasiados peces gordos en ese tipo de cenas. Jade no va a entrar ahí.

—¿Por qué no? Me apetece conocer a mi abuela y estaría bien que hiciéramos pública nuestra relación.

—¿Relación? —niego con la cabeza.

—Tenemos una relación, ¿no? —está cruzada de brazos.

No quiero ponerle nombre a esto, sería cosificar algo demasiado importante.

—Por supuesto —confirmo dando pequeñas caricias en su frente, para que la desarrugue —, pero temo que puedan surgir problemas si lo hacemos público. Además, ¿qué tipo de relación tenemos?