Capítulo 34 (contenido +18)

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KAI

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KAI

—¿Qué tal el spa? —pregunto atrayéndola hacia mí todavía en el sofá.

—Pues la verdad que bien. Antes de ir hemos comido en un japonés que estaba riquísimo y en el spa nos hemos reído un montón con Alma y Raquel, las masajistas. Son amigas de Main, así que ya te puedes imaginar. Vaya dos... —ríe por primera vez desde que entró a casa y yo me regocijo en su sonrisa.

Le acaricio el pelo, que hoy está aún más suave que otros días y huele a productos de peluquería.

—¿Te has cortado el pelo?

—Sí, bueno... las puntas. Sólo me lo he igualado.

—Estás preciosa.

Sonríe tímida.

—Y tú, ¿qué has hecho?

Irrumpir en la revista de mierda que se ha atrevido a publicarte en portada, amenazar a su jefe, volver a casa y darle una buena a un fotógrafo que ha intentado acercarse a menos de dos kilómetros de la cabaña...

—Nada fuera de lo normal, he estado hablado con el director de la revista, aclarándole un par de puntos sobre lo que pueden o no publicar —ella frunce el ceño —. Por eso me he ido tan pronto. Aún así la revista se ha publicado muy temprano así que no he podido hacer nada. Espero... más les vale que la próxima vez tengan más cuidado con lo que escriben.

—Ah... —se abraza a mi cuello.

—Esta tarde he salido a correr un rato y luego he estado trabajando con el portátil hasta hace un momento.

—Entonces... ¿estás cansado? —sus manos acarician mi pelo con suavidad.

Tiene ganas de jugar... parece que el masaje le ha sentado bien.

Se acerca a mi cuello y lo lame lentamente antes de dar pequeños mordiscos.

—Para esto nunca —imito sus palabras apretándola contra mí.

—Mmmm... quiero darte un masaje.

—¿Un masaje?

—Sí, ven —se muerde el labio y se levanta del sofá de un salto, tirando de mi mano —. Sube al dormitorio —me empuja hacia las escaleras —. Pon una toalla grande encima de la cama y túmbate.

Me gusta cuando quiere llevar el mando en este aspecto. Saber que me ha necesitado tanto durante todo el día como yo a ella me hace estar más ansioso aún de su cuerpo.

Me desnudo por completo y tal y como me ha pedido extiendo una toalla en la cama y me tumbo hacia abajo.

Unos minutos después escucho cómo sus pies descalzos golpean los escalones de madera y entra en la habitación.

Me incorporo sobre mis hombros y la miro. Solo lleva puesto un conjunto de encaje negro y tiene el pelo suelto.

Joder, es preciosa.

| COMPLETA ✔ |   Aunque tú no lo sepas © [ATNLS 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora