Madurez

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Se pasó todo el día esperando algún tipo de reclamo para aclararle que quizá lo mejor era que se olvidará de ella, sin embargo Inuyasha nunca apareció, se extraño porque Miroku si estaba allí y lo más seguro es que se había quedado en casa de Bankotsu baboseando como de costumbre, al llegar las 12 del mediodía arregló sus cosas y fue directo con el chófer para encaminarse al hospital, cuando llegó Rin apenas estaba saliendo de la habitación de niños con una pequeña mochila que tenía junto con la poca ropa que había usado en su estadía allí por 18 años.

Rin: Señorita Kagome *Sonríe* Un placer verte, en verdad no sabe cómo te agradezco lo que haces por mi.

Kagome: Hola Rin *La abraza* Olvida lo de “señorita” solo dime Kag y en realidad no es a mí a quien debes agradecer.

Rin: ¿Ah no? *Extrañada*

Kagome: Es Sesshomaru el que pagara todo, logró convencerme ayer porque tengo fondos reducidos gracias a mis padres *Roló los ojos* Pero no te preocupes Rin, él pagará tu estadía en el internado, tus clases de inglés y lo que necesites para aprender en Francia, además de todas tus necesidades.

Kagome rebuscó entre las cosas de su mochila y finalmente le extendió un papel que ella recibió en sus manos con una sonrisa.

Rin: ¿Qué es esto?

Kagome: Supongo que nunca habías visto uno, es tu pase de avión.

Rin: A decir verdad, me da miedo volar sola…

Kagome: No tendrás que hacerlo ¿Ves a ese chico de allá?

Rin: Sí… ¿Quién es él?

Kagome: Se llama Kohaku, él también va al internado al que tú irás y estudiará contigo, te ayudará en todo lo que necesites, es bastante amigable y carismático. Pase a recogerlo minutos antes de venir por ti, es hermano de mi mejor amiga Sango.

Rin: Entonces estaré bien *Sonrió* En verdad te agradezco señorita, digo Kagome… aunque me gustaría hablar con Sesshomaru antes de partir.

Kagome: Puedo acompañarte, vamos a buscarlo.

Caminaron hacia el ascensor mientras charlaban y cuando llegaron a la puerta tocaron suavemente, nadie abrió por lo que Kagome optó por abrir y esperarlo juntas adentro sin embargo lo que vio la dejó congelada en su sitio, apoyado sobre el borde de su escritorio estaba (o más bien acostado) Sesshomaru con una mujer que reconoció enseguida cuando se dio media vuelta un poco asustada al escuchar la puerta abrirse, Rin dio un paso hacia atrás desviando la mirada pero Kagome la sostuvo lo suficientemente para notar como Sesshomaru apartaba a Kagura de su lugar para acomodarse la corbata, luego las vio con seriedad y retomó su compostura parado en el suelo.

Sesshomaru: ¿Qué hacen aquí y por qué entran sin tocar?

Kagome no podía hablar de la cólera que sentía al encontrarlos en aquella posición, era evidente que ahora sí estaba celosa y no podía creer lo que Sesshomaru hacia a sus espaldas, Rin lo notó y tuvo que hablar antes que la doctora lo notara también.

Rin: Tocamos la puerta pero nadie atendió, pensamos que no había nadie y lo íbamos a esperar aquí…

Sesshomaru entrecerró los ojos clavando su vista en Kagome, ella tenía los puños apretados pero no podía decir nada… se suponía que no eran novios. Kagura sonrió sin notar lo que ocurría porque solo aquellos dos entendían lo que pasaba con una tan sola mirada casi asesina por parte de ambos.

Kagura: Kagome, un gusto verte…

Se acercó y la abrazó pero Kagome no correspondió y tampoco dejaba de ver a Sesshomaru a los ojos con furia, ella se separó y también saludo a Rin.

Exclusivamente míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora