Frío

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Inu No: ¡Expliquenme eso ya!

Kagome: En realidad es una historia un poco graciosa y...

Inu No: Inuyasha, Kagome a mi despacho ¡Ahora!

Ambos jóvenes se vieron entre sí con miedo, pusieron los cubiertos en la mesa y caminaron siguiendo al hombre de coleta alta plateada, se giró únicamente para mirar con frialdad a Sesshomaru.

Inu No: De ti me encargaré después señor “Yo puedo cuidar al tonto de mi hermano menor”.

Remedó su voz de una manera burlesca pero enojada a la vez y los tres desaparecieron de allí. Una hora más tarde ambos salieron con la mirada gacha de allí, tomaron las cosas de la universidad y salieron en silencio a la entrada donde el chófer ya los esperaba para llevarlos directo a la universidad, Sesshomaru iba a seguir a Kagome para aclarar las cosas pues la mínima conversación que tuvo con ella en la habitación había quedado pendiente aunque ella se negaba a hablar, pero la mano fuerte de su padre lo tomó del cuello de la camisa impidiéndole avanzar más.

Sesshomaru: Soy un adulto, a mí no me metas en sus chiquitinadas.

Inu No: Saldré de viaje.

Sesshomaru: ¿De nuevo? *Serio*

Inu No: Si, tu madre se quedó en Europa por..  un problemita que tuvo, no sé cuándo volveré pero puede que sean meses.

Sesshomaru: ¿Y que? No me puedo hacer cargo yo solo de la empresa y del hospital y para colmo, seguramente de Inuyasha.

Inu No: Con la empresa mi mano derecha, Myoga te ayudará, de eso no te preocupes *Sesshomaru asintió* Me preocupa Inuyasha.

Sesshomaru: No lo voy a andar cuidando, me tiene harto con sus benditas carreras callejeras y para colmo…

Inu No: ¡¿EL QUÉ?!

Si, Sesshomaru había metido la pata, Inuyasha no le había contado esa parte de la historia en la que faltaba a la escuela por semanas por irse de fiesta, las carreras callejeras, las mujeres y los golpes que tenía en cada parte de su cuerpo por andar haciendo pendejadas.

Inu No: ¡Inuyasha no tiene remedio!

Sesshomaru: Sería bueno que lo metieras a un correccional *Pensativo*

Inu No: No, eso solo haría que su carácter se haga aún más estúpido…

Sesshomaru: Como sea, no me quedaré a cargo de él.

Inu No: De acuerdo… es algo de lo que se encargará uno de mis amigos.

Los jugadores de baloncesto parecían hacer un arduo calentamiento alrededor de toda la cancha debajo de ese horrible sol de mediodía, Kagome odiaba tener prácticas a esa hora, prefería que fuesen más tarde pero la entrenadora insistía ya que era el único momento en que la mayoría de las chicas tenían tiempo libre, respiro resignada al tomar un largo sorbo de agua, no le gustaba sudar pero no tenía otra opción, las actividades extracurriculares más que un requisito, eran obligación en ese lugar y aunque le gustara bailar no podía negar que se había arrepentido de elegir ese club, en especial porque ya no podía cambiarse, menos ahora que era la capitana del grupo. El pito de la entrenadora sonó llamando su atención y se levantó de las gradas para tomar su lugar en la primera posición de todo el equipo, las demás chicas no apartaban la vista de ella, tomó los pompones y escuchó con atención las indicaciones, debía realizar la nueva rutina para que las demás chicas la aprendieran.

En realidad la rutina no era tan difícil, debían caminar con los brazos extendidos moviendo los pompones de un lado a otro, dar un par de vueltas sostenida solo por una pierna, una voltereta en el aire y hacer un Split perfecto al final, dijo a las chicas que la observaran y se aprendieran los pasos, le avergonzó un poco el inicio de la rutina al levantar la pierna derecha delante de los chicos del entrenamiento ya que varios de ellos habían fijado su vista en ella ignorando las palabras al entrenador, la corta falda roja de subió sobre los muslos de sus piernas mostrando el diminuto short deportivo que prácticamente era un cachetero, generalmente practicaban solas en la cancha a esa hora pero parecía que las cosas cambiarían a partir de ese día, el pelotón de chicos soltaron silbidos al ver los pasos que Kagome hacia al compás de la música de la grabadora de su maestra, juro incluso haber visto el cabello plateado de Inuyasha entre ellos pero trato de ignorarlo para concentrarse totalmente en la rutina, dio la voltereta en el aire y se escucharon algunos suspiros, finalmente abrió las piernas para hacer el Split con los pompones al aire pero antes de que su pelvis tocará el suelo soltó los pompones y se detuvo con ambas manos antes de terminar el movimiento, le había dolido la entrepierna y de inmediato lo adjudicó a lo que había pasado la noche anterior con Sesshomaru.

Exclusivamente míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora