Desliz

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Frunció el ceño cuando llegó a su despacho y descubrió la puerta entreabierta, eran las 7 de la mañana ¿Quién podía estar allí a esa hora? Y más que nada, dentro de un lugar que era de su propiedad, tomo la manilla con cierto grado de molestia y abrió rápidamente para verificar que todo estuviera en orden, sin embargo las dos mujeres se sobresaltaron al escucharlo entrar y él continuó viéndolas con seriedad.

Kanna: Sesshomaru, buenos días, lo lamento por irrumpir aquí tan temprano pero tengo un compromiso más tarde y adelante la cita que tenía con Rin.

Ambas chicas bajaron la cabeza en señal de disculpa y Sesshomaru cerró la puerta casi sin prestarles atención hasta caminar a su escritorio.

Sesshomaru: No hay problema.

Ni siquiera prestó atención a todo lo que las mujeres hablaban porque estaba concentrado en un expediente, la siguiente hora pasó con rapidez para él pero no para Rin, quién escuchaba a Kanna de manera un tanto avergonzada, finalmente la muchacha de piel blanca como el papel se fue, pero Rin se quedó sentada en la camilla, como siempre viendo por la ventana, Sesshomaru apenas se dio cuenta que la chica seguía allí porque no paraba de escribir en su computadora hasta que unos minutos más tarde, escucho el sollozo de la chica, se giró extrañado hacia ella y ella seguía sin verlo a la cara, él se puso de pie y caminó hasta ella con seriedad.

Sesshomaru: ¿Aún sigues aquí?

Rin: Lo..  lo lamento, ya me iba…

La chica se llevó las manos a la cara y rápidamente intentó quitar las lágrimas de su cara, puso ambos pies en el suelo e iba a empezar a caminar para salir de alli pero él la tomó por la muñeca impidiéndole avanzar.

Sesshomaru: ¿Ocurre algo?

Rin: No es nada…

Sesshomaru: ¿Kanna te dijo algo desagradable?

Rin: No…

Sesshomaru: ¿Entonces qué ocurre?

Le sorprendía la misteriosa sensibilidad que había tenido por esa niña desde que la conoció, verla llorar solo había despertado más su interés en ella, nunca había estado a solas con una chica que lloraba, incluso la situación le parecía extraña ¿Por qué demonios le ayudaba tanto?

Rin: ¿No escuchó la conversación verdad?

Sesshomaru la hizo sentar de nuevo en la camilla sin quitarle la mirada de encima mientras sus mejillas seguían llenándose de lágrimas, y él se colocaba frente a ella a su altura.

Sesshomaru: ¿Te dijo algo malo verdad? *Insistió*

Rin: No fue así, es solo que… la conversación me hizo darme cuenta de… *Suspiró* Estoy realmente sola…

Sesshomaru abrió un poco los ojos al comprender a qué se refería Rin, ella de nuevo vio hacia la ventana.

Rin: Todos allá afuera tienen amigos, familia, hermanos, un padre..  una madre… algo que yo nunca más podré tener… porque los perdí *Sesshomaru guardó silencio* Y cuando me tenga que ir de aquí… ¿Que será de mi? Tendré que vivir en la calle porque no tengo a quién acudir, no fui a la escuela por lo que nunca podré conseguir un trabajo… ¿Tienes idea de lo que se siente estar siempre solo?

No exactamente como ella se sentía, pero sí tenía una idea de lo que era la soledad, por lo que se limitó a seguir con la boca cerrada y a seguirla escuchando.

Rin: No puedo seguirme aprovechando de su generosidad *Lo ve a los ojos* Está pagando mi estancia en el hospital, me buscó a una especialista que me ayudara con mis recuerdos pero honestamente… dudo mucho poder recordar algo, no siga perdiendo el tiempo en ayudarme señor Sesshomaru…

Exclusivamente míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora