Yo soy tú Rey (Thor x Loki)

Agente de S.H.I.E.L.D.

_ Muy bien, ¿Y ya votaron?, _ me acerqué al lado de Thor a la mesa junto a los Vengadores. En eso Wanda vino dando brinquitos hacía mi con una enorme sonrisa en el rostro, abrazandome por la cintura. Lo que claramente indicaba que yo había ganado. Pero quería escucharlo de sus bocas. _ ¿Y bien capitán?, ¿Stark? _ formé una sonrisa burlista con las comisuras de mis labios, ampliando mi dicha al verlos fruncir el ceño molestos y cruzarse de brazos. Que los Vengadores, necesiten de mi ayuda, es una de las cosas que más me gustan de vivir. La revancha. _ ¿Y bien?

_ Está bien, puedes ayudarnos. _ expresó de mala gana el soldadito, desviando la mirada. Sonreí ampliamente, posando mi mirada, ahora, en Stark.

_ Lo que el dijo, cuernitos. Necesitamos de tu ayuda. ¿Feliz?

_ Mucho. _ respondí de inmediato. Tomé de la mano a mi novio y lo senté en el sillón y yo me senté sobre sus rodillas. Espere a que los Vengadores salieran de su impresión, -la cuál sólo duro unos segundos.- y se sentarán, para planificar como vencer a Thanos. Una vez todos en sus puestos. Les expliqué como se dividirían las tareas, y los grupos que formarían, así como el plan B, por si el primero fallaba. Les di esperanza, cosa muy rara en mí, pero los dejé satisfechos con la explicación. Después de eso, Wanda y Bruce prepararon la cena para todos. Nos sentamos en la mesa a comer. Yo al lado de mis hijos y Thor. El resto se acomodó en diferentes lugares. Pero lo que me llamó la atención, fue ver al capitán y al hombre de hojalata, se sentaron a la par y parecían más cercanos de lo que pensé.

_ No. _ se adelantó a decir Thor adivinando lo que pensaba decir. _ No los molestes. _ me susurró al oído.

_ Oh, vamos, Thor. Ni siquiera sabes lo que iba a decir.

_ No, pero lo sospecho. 

_ ¿Tan poco confías en mí? _ me hice el ofendido y volví mi atención al plato, mirando de reojo a la nueva super-pareja del momento. Ya encontraría una oportunidad para burlarme de ellos. La paciencia es una de mis virtudes. El almuerzo transcurrió sin problemas. Wanda y Clint levantaron la mesa, Bruce y Natasha Romanoff, se encargaban de lavarlos. Stark, Thor y Steve, de barrer la sala. Los guerreros y Sif, también quisieron ayudar a limpiar; así que Fandral, Hogun, Volstagg, ayudaron a ordenar las habitaciones. Sif se ofreció a comprar la mercadería que necesitaría esta semana, se llevó a Hela con ella. Mientras tanto, Scott y Rhodes, alias, maquina de guerra; se encargaron de limpiar el laboratorio, muy a pesar de las objeciones de Bruce. Yo después de desentenderme de mis tareas asignadas que era guardar la mercadería en la alacena, fui a hablar con mi hijo en el tejado.

_ Aquí hace una buena vista, ¿no es así? _ llamé su atención apareciendo por detrás. El solo movió su cabeza a un costado para ver que era yo, volviendo su vista a la imponente vista de los altos edificios de la ciudad de Nueva York. _ ¿Te pasa algo?, estas muy callado. Más que tu hermana, y eso, es decir mucho. _ lo vi formar una sonrisa por la comisura de sus labios, me alegra aún tener el don de palabra con él.

_ No lo sé papá, están pasando muchas cosas, y muy rápido. Es como si hubiera sido ayer que jugábamos juntos en las ruinas a cazar, o a entrenar con magia. Es como si hubiera sido ayer que mi abuelo me encerró cual bestia en las profundidades del océano de Midgard, para tenerme vigilado... _ fruncí el ceño molesto. De solo recordarlo me hierve la sangre. A partir de ese momento, a Odin, ya no lo vi más como a un padre. _ Luego..., nuestra casa; la tierra o Niflheim, no importa donde, Thanos, ya había arrasado con todo y tuvimos que mudarnos a otra dimensión. Y cuando por fin íbamos a vivir en paz... LLEGA EL RUBIO TEÑIDO, QUE RESULTA SER TU AMANTE. DAME UN RESPIRO. _ se desahogo terminando con la respiración agitada, mirándome con ojos vidriosos. James no había tenido una vida fácil, había tenido que crecer de golpe, y todo porque no supe ser un buen padre para él. Pero eso terminó, no lo volveré a dejar solo. Alcé mi mano y le acaricié el cabello, para luego tomarlo por el brazo y jalarlo hasta mi pecho, fundiendolo en un fuerte abrazo.