CAPÍTULO I ¿CASUALIDAD O DESTINO?

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"La casualidad no existe, todo surge de la más profunda fuente del destino". -Ferrik.


Hoy, es uno de esos días en los que despierto agitada, y es que a menudo tengo sueños en donde un hombre va tras de mí con la intención de arrebatarme la vida. Nunca he entendido ¿por qué siempre tengo el mismo sueño?, pero de lo que sí estoy segura es que jamás me adentraré a un callejón a solas cuando caiga la noche...

—Buenos días Bagui.

Saludo a mi fiel compañero, es un adorable canino raza Cotton, con el pelaje negro con blanco y unos preciosos ojos marrones; él, es quien siempre me llena de besos cuando tengo pesadillas.

Mientras lo acaricio, echo un vistazo para ver la hora del reloj y me sobresalto al mirar que son más de las 11:00hrs.

¡No puede ser!...

Otra vez se me ha hecho tarde para ir a trabajar.

Doy un brinco fuera de la cama, y me apresuro en tomar las primeras prendas de ropa que encuentro en mi armario, que por suerte, son las de mi trabajo.

Una falda azul oscura, camisa blanca de vestir, tacones altos en juego con el color de mi vestimenta, y un par de accesorios que terminan por adornar mi vestuario, hacen el completo outfit para pasar el día en la oficina.

Vuelvo a mirar el reloj, las minutos vuelan, y al notar que no tengo tiempo para desayunar, tomo un trozo de pan que había dejado la noche anterior en la mesa y lo guardo en mi cartera.

Tengo que dejar de ser tan desorganizada e impuntual. Sin dudas, no puedo ir por la vida tentando a la suerte.

¿Hasta cuándo Kailey?

Me despido de mi peludo amigo, y salgo corriendo para tomar el ascensor del edificio en donde vivo, mi vecino tan amablemente sostiene la puerta del elevador para que logre alcanzarlo.

—Gracias, Sr Martins- -saludo afablemente.

—Buen día Srta Kailey, ¿va tarde, como de costumbre?

¡No puede ser! Es increíble que hasta el vecino me tacha de irresponsable.

—Solo un poco Sr Martins, no sé qué le ocurre a mi alarma despertador. -esbozo una gran sonrisa, y espero ansiosa que el ascensor abra sus puertas para correr hasta la salida y coger un taxi.

★★★★★★

Al llegar a mi trabajo, saludo a todos con prisa para sentarme en mi escritorio a trabajar, antes de que llegue mi tan "adorable" jefe. No es que me caiga mal, simplemente siento que es un poco "intimidante".

Cuando por fin enciendo mi ordenador, una voz grave y dominante retumba en mis oídos, al girar la silla, me encuentro nada más y nada menos que con la figura elegante de un hombre alto, de tez blanca y unos ojos azules que invitarían a cualquier mujer que los mírase a desnudarse por completo ante el mar en calma que reflejan sus iris.

¡Sí!, se trata de mi jefe directo el Sr Chris Evans.

—Muy buenas tardes Srta Campbell. ¿Sería tan amable de acompañarme a mi oficina? -inquiere con suma seriedad.

¡OK!, esta vez no funcionó mi plan de pasar desapercibida, no sé qué excusa podré inventarle...

Ya va, ¿será que le digo que algún amigo falleció y tuve que ir corriendo a darle las condolencias a los familiares y por eso llegué tarde?

Atracción Infernal © (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora