CAPÍTULO V ¿NOS VOLVEMOS A ENCONTRAR?

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"La puta costumbre de buscar ángeles en el infierno". David Sant.

¿Les ha pasado alguna vez que mientras más le huyen a algo, o alguien, más los encuentran? Si tu respuesta es afirmativa, entonces entenderás cómo me he sentido estos últimos días...

Al querer separarme rápidamente del pecho de Ethan Cooper, él sagazmente me lo impide tomando con su mano derecha mi mentón, obligándome a mirarle a los ojos, obligándome a ser sumisa ante él, obligándome a idolatrar su esencia llena de astucia y sensualidad.

Sus labios gruesos e imponentes dejan asomar ligeramente su soberbia dentadura al notar mi estado bochornoso, y sin más, decide ponerme en claro que estoy a su merced.

No caigas Kailey...

—¿Nos volvemos a encontrar señorita?

Esa pequeña oración ha dejado abierto un campo vibracional en todos mis sentidos, y aunque mis movimientos a menudo actúan a favor de él, hoy he decido tomar el control de ellos, así que aparto bruscamente su mano de mi mentón, y opto por responderle rígidamente.

—Disculpe Señor, no sé a qué se refiere. Al parecer me ha confundido con alguien más... Con su permiso, mi reunión del día de hoy ya culminó, así que procederé a retirarme -respondo tajantemente.

Sus ojos retadores revelan cierto deseo por querer prolongar nuestro encuentro, así como su vivaz sonrisa se asoma, debilitando por completo todas mis defensas.

—Disculpe señorita, de seguro la he confundido con alguien más -se acerca a mi oreja izquierda para susurrarme- alguien con la que me topé ayer en un callejón... -se aleja un poco de mí para empezar a hablar en un tono de voz un poco más alto- Sí, me confundí. Me disculpo nuevamente, sé que usted no es de esas mujeres que andan en callejones buscando lo que no se le ha perdido -me guiña su ojo izquierdo.

Su respuesta irónica, su manera de acorralarme con su astucia, y su poderosa aura, desequilibra todos mis sentidos. Sin embargo, no quiero darle largas al asunto, no aquí, no ahora, así que pongo todo de mí para ignorarlo.

El Sr Evans nota inmediatamente nuestro corto, pero magnético contacto, su mirada de sorpresa deja notar un poco de inconformidad ante la situación, por lo que se dirige hacia nosotros con una falsa sonrisa para calmar las aguas.

Termino por dar pasos hacia la puerta de salida, sin siquiera mirar atrás, evitando a toda costa más contacto visual con Ethan Cooper. Así podré tener muchísimo más control sobre mis emociones, y por supuesto, esto me ayudará también a calmar mis hormonas adolescentes.

Al salir de la oficina del Sr Evans, me descompongo por el momento de éxtasis que tuve ahí adentro, me recuesto un poco en la pared para realizar un pequeño ejercicio de respiración que me ayudará a mantener la cordura de toda esta situación.

Cierro mis ojos, inhalo y exhalo profundamente, cuando de repente escucho una voz dulce y familiar, que se ha vuelto sin duda alguna, un sedante para mí desde hace unos meses.

—Buenos días Kailey, ¿te encuentras bien? -pregunta un poco preocupado-.

—¡Hola Aaron!, ¿cómo estás? ¡Sí! Gracias por preguntar, solamente estaba meditando un poco, esta semana ha sido un poco difícil para mí -le sonrío afablemente.

—Comprendo, ¿es por eso que estás aquí tan temprano? -una pequeña sonrisa burlona resplandece en su rostro perfilado.

—¡Oyeeee! No soy tan impuntual como lo haces creer -le doy un pequeño codazo, como símbolo de confianza.

Atracción Infernal © (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora