CAPÍTULO IX ¿DULCE TENTACIÓN?

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"Las tentaciones como tú, merecen pecados como yo".

Tras haber terminado nuestra conversación, la Sra Clarence interrumpió nuestro abrazo, llevaba en sus manos un precioso Baby Doll de encaje, en color negro, es un poco revelador para mi gusto, pero esto no era todo lo que me retenía a usarlo, existía un motivo más grande, y era el de estar en casa de un "completo extraño"; seamos coherentes, las razones por las que Ethan me haya confesado muchas cosas sobre su vida pasada, no es excedente para obviar el hecho de que tan solo llevo pocos días "conociéndolo".

—Srta Kailey, traigo esto para usted, si los años no me juegan en contra, puedo apostar que se ajustará a la perfección a su cuerpo, además, de que es increíblemente cómodo y ligero. Espero le guste -sonríe amablemente mientras me entrega aquella pequeña y sutil pieza de ropa. —También quería informarle, que le preparé un baño de burbujas en el Jacuzzi ubicado en el cuarto de huéspedes, exclusivamente para usted, ahí podrá relajarse antes de ir a dormir, y sobre todo, dejar atrás todo lo negativo que ha ocurrido el día de hoy.

—¡Oh! Gracias por su atención y amabilidad Sra Clarence, perooo... -miro un poco avergonzada a Ethan- ¿no cree usted que esto es demasiado?

Ethan suelta una ligera risa, a pesar de todo lo que me ha contado su sentido del humor sigue intacto, asimismo, me obsequia una mirada que denota picardía en su máxima expresión. Segundos después, me toma velozmente por la cintura para acercarme a su cuerpo; sus labios se entreabren y terminan por susurrarme al oído.

—¡Anda ve!, sé que te quedará espectacular, aunque, es una lástima que no quieras modelarlo para mí -inquiere maliciosamente.

Mi respiración se entrecorta de inmediato, el sonido grave de su voz me incita a querer cumplir hasta sus más recónditos deseos, y es que, si este hombre supiese a qué magnitud me descontrola, estoy completamente segura de que no dudaría ni un segundo en colocarme a su merced.

Opto por simular que no entendí su propuesta, de hecho, prefiero fingir demencia y hacer como que no escuché absolutamente nada de lo que dijo.

¡Hazte la loca Kailey! ¡Hazte la locaaa!

Cojo el pequeño Baby Doll y le hago un gesto de reverencia a la Sra Clarence.

—Si gusta, puede seguirme para guiarla hasta la habitación -exclama la Sra Clarence.

Sin chistar, procedo a caminar junto a ella, subimos unas escaleras en forma de "L", con unas barandillas de cristal, tan sublimes y delicadas que dan un poco de miedo apoyarse en ellas.

Al llegar al piso de arriba, la Sra Clarence me dirige hacia una de las habitaciones más grandes, es increíblemente espaciosa y elegante, tiene una cama King size, vestida con unas sábanas color crema y un precioso dosel blanco.

Quedo totalmente cautivada por la belleza que reina en este lugar, pero lo que más me encanta de este dormitorio es su decoración tan majestuosa.

Una de sus paredes, es una enorme puerta corrediza de vidrio que permite el acceso hacia el balcón, desde aquí puedes visualizar por completo el World Trade Center de las calles de Nueva York.

Sin duda alguna, me quedaría horas y horas deleitándome con esta maravillosa vista panorámica, que a su vez adula a mi selenofília. Sin embargo, me urge tomar un baño y descansar de todo lo que me aconteció en esta peculiar noche.

La Sra Clarence se acerca amigablemente hacia el balcón.

—Esperamos se sienta cómoda en esta habitación, el baño se encuentra a la derecha, y cualquier cosa, no dude en llamarme, puede marcar el número 5 en el teléfono que está en la mesa de noche junto a la cama, y con gusto la atenderemos -se despide con una amable sonrisa, acompañada de una reverencia.

Atracción Infernal © (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora