CAPÍTULO XIV ¿PELIGROSA AMENAZA?

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"El amor es como la guerra. Fácil de iniciar, difícil de terminar, imposible de olvidar". -H.L Mencken.

En ocasiones, la vida nos somete a vivir una y otra vez el mismo karma infernal. Esto es consecuencia de un suceso cíclico que no hemos podido cerrar, y hasta que, de raíz no cortemos con la maleza, esta seguirá apareciendo para recordarnos lo miserable que ha sido nuestras vidas por causa de nuestras malas decisiones...

                                                       ☆☆☆☆☆☆

—¡Hola Dante!, nos volvemos a encontrar -dice una voz intimidatoria con tono burlón.

No me hace falta voltear para saber de quién se trata, esa voz tan aborrecible es inolvidable, aun así, me giro para colocarme frente a nuestro centinela. Quiero que note que no tengo miedo de enfrentarlo, por lo que mis ojos instintivamente se quedan clavados en la mirada lasciva de Laurent para desafiarlo.

Pensé que además, me toparía también con el mal aura de algunos de sus secuaces, pero para mí sorpresa, esta vez vino acompañado de una despampanante mujer.

Ella tiene una larga cabellera, que llega casi hasta sus voluptuosos glúteos, se nota que su cuerpo voluminoso es muy amigo del bisturí, quien se ha encargado de esculpir una silueta en forma de "S", tan detalladamente perfecta que luce irreal a simple vista, su piel blanca y tersa me hacen recordar a las muñecas de porcelana, y por sí fuese poco, el Botox en sus labios y, sus ojos marrones oscuros, adornados con unas enormes pestañas, denotan en ella la lujuria en su máximo esplendor.

Vislumbrada por esta solapada pareja, caigo en cuenta de que el rostro de Ethan está sumido en una extraña expresión que guarda los sentimientos de ira, desprecio, decepción, y frustración. 

Sus dientes rechinan, y su mirada fulminadora les envía una gran advertencia, que amenaza con matarlos en este preciso instante si se atreven a dar un paso en falso.

Ethan se pone de pie automáticamente, para ofrecerme su mano y situarme de inmediato a sus espaldas.

Laurent quién no pierde un momento para hastiarnos, comienza a bufarnos mirándonos de arriba hacia abajo, con esa retorcida risa enfermiza que tanto lo caracteriza.

—¡Vamos Dante! ¿No piensas saludarme? -dice entre risas- No me digas que, ¿estás molesto conmigo después de ese pequeño gesto de cariño que deje en tu hombro? -hace un gesto de tristeza fingida.

Sin duda alguna, el cinismo en este hombre no tiene límites, por lo que Ethan no tarda ni un segundo en responderle.

—¿Qué quieres Laurent?, ¿una retirada tranquila entre ambas bandas, o que tú y cada uno de los tuyos terminen con un agujero en la cabeza?, tú eliges -ruge Ethan con mirada desafiante.

—¡No puede ser! Yo vengo en son de paz, para agradecerte el gran favor que me hiciste al presentarme a esta muñecota, ¿y tú me tratas así de mal? -inquiere mientras toma por la cintura a su acompañante como gesto de dominio y pertenencia- ¿No piensas saludar a tu queridísima Cristal?, la he cuidado muy bien, cómo puedes notar -dice tras pasar su lengua por la mejilla de la chica.

¡Que escena tan repugnante!

Mirar este tipo de gestos tan obscenos entre una pareja siempre me han parecido vomitivos, además, ver como ella al parecer lo disfruta, me hace pensar que esta mujer es otra escoria igual, o peor que Laurent. 

Sin duda alguna, son el perfecto ejemplo de aquel conocido refrán: "Dios los cría y el diablo los junta"

—Hola Cristal -saluda Ethan sin tanto afán.

Atracción Infernal © (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora