CAPÍTULO XVI ¿AMOR O SIMPLE DESEO?

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"Era perderte o perderme, y cariño, ya había perdido bastante contigo...". -Elizabeth Santillán.


Es increíble como de una forma tan extraña el universo entero atiende a tus pedidos, y es que, antes de llegar a esta ciudad, un misterioso impulso me hizo un día desear conocer a alguien que me trastocara la mente en un instante, alguien que, rompiera todos aquellos prejuicios y paradigmas implantados en mis valores morales, ¿Y adivinen qué? Mi deseo fue concedido, alguien llegó a robar mi atención sin previo aviso, con una burda actitud de chico gangster.

Ethan poseía todo aquello que podía enamorarme, pero... Asimismo, poseía todo aquello que un día podría terminar siendo mi peor perdición, y es justamente esto último lo que me tiene aquí, huyendo de un depredador que sin razón alguna me ha vuelto su presa favorita.

★★★★★★

Abro mis ojos para despertar luego de aquel efusivo deseo de anoche, al parecer estoy sola en la cama, otra vez... Sin embargo, trato de no caer en pensamientos catastróficos, por lo que decido ponerme en pie y buscar fuera de la habitación algún indicio de Ethan.

Al salir me topo con Mozart y Pecas, están mirando un programa de comedia llamado "Two and a half men", en el Smart TV de 65" ubicado en el recibidor del apartamento, están tan sumidos en su feliz mundo que no se han percatado de mi presencia.

—¡Buen día chicos! -saludo amablemente.

—¡Buen día fierecilla! -dicen ambos al unísono alegremente.

Fierecilla por aquí, fierecilla por allá, no es un apodo que me agrade mucho, sin embargo, viniendo por parte de ellos, sé que es un gesto de aprecio, por lo que le he tomado cariño escucharlos llamarme así.

Miro a mi alrededor, no hay ninguna señal de que Ethan esté por aquí, por lo que opto por preguntar.

—Chicos, este... Una pregunta, ¿Y su jefe? no lo veo por aquí, ¿salió? -pregunto simulando inocencia.

El rostro alegre de ambos se apaga en un instante, es como si hubiesen cambiado el programa de comedia por uno de "American horror story", sus caras reflejan automáticamente la respuesta que estaba tratando de evitar hace minutos.

Un suspiro explosivo se escapa de mi boca, Ethan no pretenderá usarme las veces que le plazca y luego dejarme al "cuidado" de sus perros falderos.

—Preguntaré por última vez, y espero no afirmar lo que estoy pensando.

¿D Ó N D E

E S T Á

E T H A N

C O O P E R? -enfatizo letra por letra con tono amenazante.

Mozart y Pecas se miran a la cara, intentando hallar una buena respuesta que los ayude a salvar su pellejo. 

La mirada gacha de Pecas tratando de esconderse para no confrontarme habla por sí sola. 

Tras unos segundos así, Mozart se atreve a dirigirme la mirada, y en un tonto balbuceo responde a mi pregunta.

—Emm... Fiere... Digo Kailey... -exhala bruscamente para luego volver a tomar aire- ¡El jefe, no está! -exclama casi en un lamento.

Sabía cuál sería la respuesta, este... ¡Imbécil! volvió a hacerlo, pero esta vez, se va a joder, no pienso volver a caer en su vil trampa, no pienso estar a cargo de su estúpido caso, no pienso saber más de él.

Y si Laurent quiere ir a por mí, ¡pues bien! Al menos, él no finge ser lo que no es, él huele a rata, mira como rata, se expresa como rata, parece una rata, y efectivamente ES UNA RATA.

Atracción Infernal © (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora