Enfrentarse.

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Butters tomó la delantera extendiendo los brazos para detener a sus amigos, quienes continuaban contrarrestando preguntas y empujándose el uno al otro.

—No entiendo qué pasa aquí, pero tienen que detenerse ahora.

—¡Eso es! —Kenny se refugió a su espalda—. ¡Detén esto, Butters!

—¡No lo defiendas, Butters!

Kyle se quejó, acercándose a ambos. Leopold mantuvo los brazos extendidos para guardar la distancia, temeroso.

Estando en la acera frente a la escuela, pronto se convirtieron en el centro de atención para los jóvenes que se dirigían a clases; algunos de ellos caminaban apresurados y algunos otros se tomaban el tiempo para escuchar la escandalosa discusión.

—¿Qué hacías en casa de Craig? —cuestionó McCormick.

—¡No estaba en casa de Craig! —volvió a echar su peso hacia ellos, siendo retenido.

Sin querer, sus palabras causaron la expectación de algunas personas, quienes prestaron todavía más atención a lo que decían.

—¡Stan me lo dijo!

Kenneth soltó media verdad, ocasionando que los jaloneos sin sentido cesaran. Silencio. Incluso los espectadores se sumaron a la falta de palabras, siendo hasta que el judío se cruzó de brazos y ladeó la cabeza que la tensión se disipó.

—¿Stan te lo dijo? ¿Cómo lo supo...?

—¡Ajá! —el más alto del grupo le señaló con el dedo—. Estuviste en casa de Tucker.

El acusado frunció el entrecejo. Butters intentó advertirles algo de lo que, gracias a la huida de Kenny, ninguno de los dos logró percatarse, pues Kyle corrió tras él para alcanzarlo. Los cuchicheos de la multitud hicieron que Stotch se estremeciera, por lo que optó por correr al interior de la institución en búsqueda de sus amigos.

El tumulto creado por su controversial conversación ingresó a la par de los estudiantes a los corredores de la escuela y, en uno de ellos, Kevin Stoley y Nichole Daniels conversaban con tranquilidad.

—¡Hey, Kevin! —saludó Clyde.

Mientras se acercaba a él, pudo verlo despedirse de su novia con un beso cariñoso.

—Hola, Clyde —le devolvió el saludo con una sonrisa una vez que estaban frente a frente.

—¿Qué tal vas con Nichole?

Preguntó, dándole un golpecito juguetón en el hombro.

—Muy bien -—respondió simple, pero con una alegría evidente—. Escuché que estás buscando un entrenador o algo así.

—Ah, sí, pero ya lo encontré.

Restó importancia ante la curiosidad de su colega.

—¡Qué rápido! ¿Y quién será?

No obstante, su charla se vio interrumpida cuando escucharon las pisadas feroces que se aproximaban por uno de los extremos del pasillo. Ambos voltearon a la dirección indicada, percatándose del pusilánime chico de cabellera negra que caminaba hacia allá como si no se enterara de nada de lo que pasaba a su alrededor.

Sin poder advertirle a tiempo, Clyde, Kevin y el resto de jóvenes en el lugar fueron espectadores de la persecución entre el pelirrojo y el rubio que concluyó cuando chocaron de frente contra Stanley: Kyle se estampó contra Kenny, quien perdió el equilibrio y se fue de espalda contra él.

Casi de inmediato, Donovan corrió hacia los tres chicos en el suelo, seguido por Stoley.

Broflovski intentó quitarse al otro de encima, pero se quejó al experimentar un dolor agudo en el brazo cuando lo apoyó. El chico encima de él lo escuchó, entonces se movió para auxiliarlo.

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