3.

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Llegamos al hotel después del partido, inmediatamente me acordé de la conversación que había escuchado entre mi hermana y el Kun Agüero.
Quería hablar con ella sobre el tema pero antes tenía que bajar a la recepción a pedir que nos suban una pizza y una gaseosa.
Cuando volví a subir me di cuenta de que Paloma había entrado a ducharse para evadir mis preguntas, pero yo no la iba a dejar salirse con la suya.
Entré al baño sin golpear, muy ruidosamente.

— Ay, me asustaste Kiara — Paloma dijo enojada.

— Dejá de hacerte la misteriosa que no te sale bien — grité yo sobre el ruido de la ducha —. Contame lo del Kun.

— ¿Qué querés que te cuente? No hablo con él.

— ¿Y que hacías en el baño del estadio escondida hablando por teléfono? — pregunté perdiendo la paciencia — ¿Existe otro Kun Agüero? Y no me digas que no era él porque me lo admitiste.

— Estamos hablando pero él está saliendo de una relación y no quiere saber nada con todo el quilombo de los periodistas, así que por ahora no pasó nada.

— Pero yo soy tu hermana, a mí me podes contar que yo no le digo nada a nadie — protesté. No podía creer que mi hermana no confiara en mí.

— Vos sos re chusma, te cuento algo a vos y se enteró medio Italia. Ahora andate que me estoy bañando.

Me fui y después de unos minutos llegaron la pizza y la gaseosa a nuestra habitación. Las acomodé en la mesita que había en el balcón de la habitación para que comiéramos allí. La vista era realmente hermosa.

— ¿Ya comemos? — me dijo mi hermana, tenía una bata puesta y una toalla en la cabeza.

— Sí — le contesté sentándome en la mesa —. ¿Me contás ahora? Te juro que no voy a decirle ni a Gonza, ni a mamá, ni a nadie.

— No hay mucho para contar — me sonrió, la sentía abriéndose un poco —. Me respondió una historia de instagram...

— We, re moderno el kuni.

— Si se hace el pendejo siempre — sonrió —, bueno nada y empezamos a hablar. No me quiero enganchar mucho ya veo que resulta que sigue enamorado de la ex o algo así.

— Jajaja estás hasta las manos hermanita — le dije.

— Callate vos, y no digas nada — me advirtió.

— Obvio que no voy a decir nada — revoleé los ojos — Que hija de puta, que ganas de  estar con un futbolista.

— No sabes lo que decís, es un quilombo.

Pero para mí no era un quilombo, me imaginaba haciendo mi vida, cumpliendo mis propios sueños, con alguien al lado que cumpliera los suyos en una cancha. Eventualmente teniendo hijos que usaran la camiseta del padre.
Una familia perfecta.

Como Anto y Leo.

Como Shakira y Piqué.

QUISIERA ALEJARME. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora