Tres días para la boda

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Mi jefe me vio trabajando y me envió a casa. Me dio la semana libre y yo había dio de todas maneras a trabajar. ¿Qué iba a hacer en casa? ¿pensar en todo lo que se me venía? ¿En Louis? ¿En lo que pasó en los últimos días? ¿O en que tenía el collar que le compré a Andie y aun se lo enviaba, porque algo en mi me decía que no lo hiciera?

Tomé mi teléfono y llamé a Andie. Mientras esperaba que me contestara, me senté en el sillón a revisar mi lista de Netflix. Quizás era hora de terminar esa serie que tenía en pausa hace varios, varios meses.

-¿Hola?

-Hola, amor.

-¿Cómo estás cariño?

Se escuchaba lejos. Como si estuviese hablando por manos libres o algo así.

-¿Vas viajando?-ignoré su pregunta.

-Si, vine a Oxford, pero solo por el día.

-¿Pasó algo? ¿por qué no me avisaste para acompañarte?

-Me dijiste el domingo que ibas a trabajar hasta el miércoles, por eso no te quise molestar.

-Claro-susurré.

-Aunque podrías ayudarme en algo allá. Solo si puedes.

-Si, si-asentí-me estoy aburriendo como ostra aquí.

-Escucha con atención porque sé que me vas a llamar en veinte minutos preguntando de nuevo.

-Como me conoces-dije con una sonrisa-estoy prestando atención.

-Ve a mi departamento y no sé exactamente donde esta, pero...

-Andie-protesté-tendré que buscar algo que ni tú sabes donde esta.

-Se que está en mi departamento-rio-no, es una broma. Esta encima del sillón o en la mesita de noche. Estoy ciento por ciento segura.

-¿Qué es?

-Las flores del pelo para las chicas. Necesito que se las lleves a Gabriela, para que pueda practicar hoy.

Traté de recordar donde vivía esa amiga y no tener que llamarla de nuevo para poder preguntar.

-Te enviaré la dirección, por si no lo recuerdas.

-Gracias-asentí-iré ahora para que le avises.

-Si, tranquilo. Esta todo arreglado. Gracias, cariño. En serio me vas a ayudar mucho.

-Para eso estoy-sonreí.

-Nos vemos en la noche, pararé por tu casa de regreso.

-Esta bien. Te amo.

-Y yo a ti, cariño.

Dejé el celular en el sillón y me di ánimos para hacer lo que se me había pedido, pero primero iría por un café porque era casi las once y sentía que aún no comenzaba el día.

Me subí al auto y conduje hasta la casa de mi prometida. Saludé al conserje y le avise que iría por algo rápido, por lo que no me pidió el registro. Me miré en el espejo del ascensor y estaba cansado. Demasiado cansado.

Ojeras, pelo desordenado, falta de color en las mejillas y cero ganas de vivir. No sé cómo me iba a dar ánimos para la tarde.

Caminé por el pasillo buscando las llaves de Andie en mis bolsillos y mis manos torpes me hicieron botarlas al suelo. Protesté por lo bajo y cuando las tenía en mis manos, noté que aún tenía llaves de la casa de Louis.

Piensa y Elige [Larry Stylinson] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora