Cincuenta y un días para la boda

241 10 3
                                    

Viernes por la tarde y volví a casa de Andie. No sólo porque la extrañaba, si no que había pasado los últimos tres días con Louis y no quería que ella comenzara a notar mi ausencia y empezaran las discusiones.

Se había comportado bastante tranquila los últimos días, por lo que al entrar al departamento y verla llorar me descolocó un poco.

-¿Amor? ¿Está todo bien?

Dejé mi bolso encima de la mesa y casi corrí para ver si se había hecho daño, pero ella asintió rápido y se limpió las lágrimas con un pañuelo.

-Llegaron las respuestas de las invitaciones.

Me pasó una caja llena de sobres, sellos, timbres y más cosas.

-¿Pasó algo? ¿alguien que teníamos previsto no vendrá?

Ella negó mientras comenzaba a juntar todos los pañuelos usados y se levantaba a botarlos. Lo que me dio tiempo para revisar rápido si algo andaba mal, pero parecía que todos habían respondido, por lo que no entendía el motivo de la crisis.

-Es un desastre todo. No sé si llegaron todas las invitaciones. No sé cómo comenzar a organizar todo desde ahora en adelante. No sé si falta alguien y lo deje afuera. No tengo idea de nada.

Puso su cabeza en medio de sus rodillas para poder respirar mejor y yo le tomé los hombros para poder calmarla. Le di un abrazo suave y tranquilizador y sentí su pequeña mano en mi pecho, mientras respiraba profundo.

-Vamos a solucionarlo. Lo primero es organizar todo. ¿tienes la lista de todas las personas a las que le enviamos esto?

Ella asintió rápido y corrió a su habitación para buscar la larga lista de personas que esperábamos a que vinieran. Mas de trescientas.

Nos sentamos en la mesa del comedor y mientras yo le nombraba a la gente que había respondido, ella los descartaba de su lista.

-¿Viste que no es tan terrible? Solo diez personas faltan que confirmen y son tus tías y primas. Las llamas y listo. Tenemos el número exacto.

Tomó su celular y comenzó a llamar una por una, escuchando escusas de por qué no habían enviado su confirmación a la dirección que dimos. Me dio tiempo de recostarme y dormir por una media hora. El trabajo me estaba matando. Otro fin de mes con presentación donde dejaba la oficina solo para almorzar.

-Mi tía Karen no responde el teléfono y es la última en mi lista.

Escuché como me gritaba al notar que me había quedado dormido, por lo que me senté en la cama y traté de pensar en una solución.

-¿Cuándo tenemos que ir a Oxford?

-En dos semanas, Harry. Te mandé mi calendario. Pensé que lo tenías claro.

Asentí dándole a entender que recordaba cada cosa que ella me decía y traté de sonar calmado.

-Cuando viajemos la pasamos a ver y le preguntamos en persona. No va a variar mucho si va ¿o no?

Negó mientras miraba la larga lista que habíamos hecho juntos hace meses. Fueron días y días de pelea, pero llegamos a un consenso bueno, donde los dos ganamos.

-¿Cuál es el nuero final?

Le pregunté al intentar ver la lista, pero ella seguía leyéndola una y otra vez. Siempre decía que había olvidado a alguien, que se iba a encontrar con esa persona en la calle y le dolería decir que se casó y no fue invitado porque no lo recordó.

-Doscientas treinta y cinco.

Doscientas treinta y cinco-mi cerebro repitió como eco infinito.

Piensa y Elige [Larry Stylinson] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora