Veintinueve días para la boda

188 12 1
                                    

Sábado. Fin de semana. ¿para qué fueron creados los fines de semana? Según lo que yo creía, para beber, tener mucho sexo y recorrer Netflix, pero si tienes una novia que tiene todo tu horario ya comprometido, esas fantasías mueren de a poco.

Sábado y estábamos conduciendo a Oxford. Me odié por no pedir el día libre y así hacer todo de una vez, pero aquí estábamos, camino a elegir el menú de nuestro matrimonio. No podíamos solo elegirlo por teléfono y ya. Teníamos que ir, comer y ver que nos iban a servir. Si íbamos a tener más de una opción por los vegetarianos y un millón de cosas más que Andie me repitió unas tres veces por teléfono.

-¿Crees que hemos estado discutiendo mucho últimamente?

Me quedé pensando en la respuesta acertada para esa pregunta. Si debía responder con sinceridad, entonces sí. Nos pasábamos todo el día peleando, pero tenía miedo de que esto le doliera.

-¿Por qué la pregunta?

Intenté averiguar si esto era una preocupación o solo una pregunta al azar.

-Bárbara me dijo que antes de casarse solo discutió con Antony, que hasta llegaron a cancelar la boda unos días antes, pero que era normal por todo el estrés, pero siento que nosotros no estamos así.

En qué mundo vive-pensé.

Habíamos peleado y mucho. Me enteré de cosas que aun dudaba a poco tiempo de casarnos y no quería pensar que cancelar la boda sea una opción, ya que en un arranque de enojo podría decirlo.

-Bueno, nosotros discutimos mucho-empecé a decir con cuidado-así que creo que estamos normal.

Ella asintió dando a entender que era lo mismo que pensaba. Vi la salida para llegar a Oxford y nada más fue mencionado. Me estacioné y subimos tomados de la mano hasta la recepción. Él chico reconoció a Andie de la última vez que estuvimos aquí y nos dirigió a un salón gigante, con solo dos mesas. Había un hombre vestido de blanco y al vernos se levantó para saludarnos.

-Andie Wynwood.

La esperó con los brazos abiertos y ella lo abrazó por largo tiempo, escuchando su risa mientras él decía lo feliz que estaba de vernos aquí.

-Ayer estábamos hablando con Andie sobre esa boda en Liverpool.

Ella se vio feliz de que él comentara esa historia y se giró para verme mientras hablaba.

-Tenía unos dieciséis y Gary era el encargado de todo, obviamente-rodó los ojos-y recuerdo haberme acercado a él y preguntarle si podía decirme como hacer unos pequeños pasteles porque quería esos mismos en mi matrimonio.

-Y aquí estamos. Casi diez años después listo y dispuesto para trabajar contigo, al fin.

Ambos parecían demasiado felices por lo que estaba pasando, que en un momento me sentí ajeno a todo esto. No sentía que era parte de esta elección, sino más bien un espectador. Veía todo desde lejos, como sentado en una función del cine, viendo como Andie y Gary conversaban sobre aperitivos, tipos de vinos y más cosas.

-¿Quieres empezar, Harry? espero que hayas venido con hambre.

-Si, claro.

Me acomodé la servilleta en las piernas y lo vimos caminar hasta la puerta para comenzar a traer la comida.

-¿Estas bien?-Andie me tocó la mano-no estarás enfermo del estómago de nuevo.

-No-negué-estoy bien.

Aparecieron tres personas con dos bandejas cada uno y nos llenaron la mesa de pequeñas muestras de comida, pero no veía lo que más quería; las muestras del pastel.

Piensa y Elige [Larry Stylinson] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora